Aunque dicen evitar meterse en la pelea del FdT, dirigentes opositores advierten que los próximos 60 días serán decisivos. Mencionan cinco puntos centrales para analizar una fractura peronista.
E
sta semana proliferaron las hipótesis en las conversaciones opositoras donde apuestan a que se conserve la institucionalidad y a mantener la unidad. Dicen evitar meterse en la interna pero advierten que "serán sesenta días decisivos". Luego de que Guillermo Moreno pidiera la renuncia del Presidente y la Vice, en la oposición no quieren que se generen “profecías autocumplidas” pero advierten sobre las dificultades de anticipar lo que pasará.
Los referentes opositores mencionan cinco puntos centrales para analizar una fractura dentro del oficialismo. Entre las máximas de quienes integran Juntos por el Cambio están "no meterse en una pelea ajena", "no tomar decisiones como rehenes de lo que haga el peronismo", "garantizar la institucionalidad", "mantener la unidad propia" y, por último, "no generar profecías autocumplidas".
Dentro de las conversaciones políticas de la última semana se habla de qué va a pasar con el Gobierno, tema que es alentado desde el mismo oficialismo con declaraciones como la de Guillermo Moreno, quien solicitó la renuncia de Alberto y Cristina para luego convocar una Asamblea Legislativa que nombre a "un gobernador veterano que asuma la responsabilidad de conducir el país".
"¿Se puede seguir planificando la carrera electoral de 2023 con las mismas características?", analizan desde la oposición.
Además, según consigna Perfil en su nota periodística, el escenario planteado da lugar a un sinnúmero de especulaciones e hipótesis, algunas con sustento y otras más inverosímiles, mientras hay una pregunta que está detrás de esos diálogos en la oposición: ¿Se puede seguir planificando la carrera electoral de 2023 con las mismas características?
La opción de pensar en un
adelantamiento del calendario electoral enciende nerviosismos en las filas de
JxC. Algunos, incluso, en la intimidad le ponen cuenta regresiva: “Los próximos
60 días serán decisivos”, dicen, mientras un referente del PRO se ataja: “Mejor no generemos profecías autocumplidas”.
“Un proceso electoral en medio de un caos es jodido”, anticipa un dirigente de la conducción radical, ya que en la UCR están confiados en las chances que tienen de volver al poder en 2023.
En este marco, y todavía con sus guerras internas para definir liderazgos, en el radicalismo tienen la certeza de que manteniendo la unidad sus chances se multiplican y una aceleración de los plazos podría alterar los planes.
De todas formas, algunos ponen
paños fríos a la hora de pensar los escenarios. Tal cual el deseo de Moreno, en caso de renuncias del
presidente y la vice, la línea sucesoria o quien defina la Asamblea Legislativa
debe completar el mandato. Un adelantamiento de la elección debería votarse en
el Congreso.
Con tantas reminiscencias alfonsinistas de Alberto Fernández, están también los que recordaron que en 1989 las presidenciales se adelantaron de octubre a mayo. La versión que gana cada vez más adeptos es la de que el cristinismo impulsará un adelantamiento de la elección bonaerense; “Cristina sabe que van a perder la presidencial y va a querer conservar la Provincia como reducto de poder”, aventuran.
Por su parte, Elisa Carrió suele estar
acostumbrada a dar pronósticos sobre el devenir político pero esta vez, cerca suyo, dicen que mira todo con incertidumbre.
“No ve nada. O Alberto se la banca y es una agonía hasta el final o hay un imprevisto y se acelera todo”, señalan los allegados a Carrió. Es que una aceleración no solo cambiaría el panorama electoral, sino que abriría escenarios nuevos.
Cómo dije ayer, muchos se empeñan en dividirnos y recurren a las mayores bajezas. Lamento el daño que causan a personas de bien. Sepan que viéndolos actuar, solo me comprometen más con la unidad del Frente de Todos https://t.co/CUVnvHk4AC
— Alberto Fernández (@alferdez) March 28, 2022
Entre las hipótesis hay quienes ya imaginaban a Alberto y
Cristina renunciando y Sergio Massa haciéndose cargo, a lo Eduardo Duhalde en
2001. Es una situación que eventualmente podría poner en tensión a Juntos por
el Cambio, entre la lógica de la institucionalidad pero la oposición al
peronismo. “¿Qué pasaría si Massa hace un giro pro mercado?”, siguen
aventurando.
El escenario de Cristina haciéndose
cargo tampoco lo descartan. “Lo deseable sería que ellos se ordenen y
dialoguen”, analizan en la UCR, y agregan: “Y que Alberto no renuncie, porque
ella no es confiable”, como para que no queden dudas.
"No lo vemos como algo racional, por eso es difícil analizar cuál será la salida”, advierten sobre la posibilidad de que Cristina asuma la presidencia.
“Nuestra filosofía es mantenernos alejados del quilombo de ellos y que se arreglen solos”, resumen cerca de Patricia Bullrich, búnker en el que desconfían de la profundidad de la pelea. “Ellos van a querer mostrar las dos facetas, no es claro cuán peleados están, por eso tenemos que tratar de estar lo más lejos posible”, advierten.
“No va más el pejotacentrismo”,
dicen en la Coalición Cívica, quienes añaden: “Nosotros no nos prendemos ni
fogoneamos nada, pero no podemos tomar decisiones en función de ellos. Hay que
decidir autónomamente. Vamos a hacer lo que creemos mejor”.
Son momentos convulsionados en el mundo oficialista y la oposición no está exenta. El objetivo que intentarán a toda costa es no perder la unidad, incluso ante los escenarios más tensionantes.
Contribuir a la institucionalidad,
pero sin romper la lógica oficialismo y oposición, plantean. Uno de los
dirigentes consultados no duda en reconocer la dificultad hacia adelante: “No
lo vemos como algo racional lo que va a pasar, es más psicológico, por eso es
difícil analizar cuál será la salida”.
Fuente: Perfil.