El presidente dice que “lo dejaron solo en la más difícil”, por el Acuerdo con el FMI, y la vicepresidenta reprocha no haber repudiado el ataque a su despacho. La afinidad de los entrerrianos.
L
a relación del Presidente y la Vicepresidenta está en su etapa más tensa y amenaza con romper el Frente de Todos. Mientras Alberto Fernández señala que el sector cristinista lo dejó solo en el proyecto de acuerdo por la deuda con el Fondo, Cristina reprocha que el titular del ejecutivo no se expresó en contra del ataque a su despacho. ¿Cuál es la afinidad de los peronistas entrerrianos?
Los entrerrianos, en su mayoría, están alineados con el Presidente aunque no desconocen que el arribo de Alberto Fernández a la Casa Rosada fue idea y obra de la Cristina Fernández de Kirchner.
En el debate del proyecto de Acuerdo por la deuda con el FMI que se dio en el Congreso quedó en evidencia el apoyo a Alberto: sólo el camporista Tomás Ledesma voto en contra de la iniciativa luego de sostener un silencio que se rompió tras la votación, en las redes sociales, al postear el comunicado corporativo del sector cristinista. Casaretto, Osuna y Gaillard sostuvieron la postura en favor del Presidente.
En el Senado, el único peronista siempre estuvo alineado a la figura presidencial. Edgardo Kueider no sólo votó a favor, sino que desde su asunción en la Cámara Alta dejó expuestas las diferencias con el kirchnerismo que se definió en la conformación de un sub-bloque.
Kueider fue a tono con el gobernador Gustavo Bordet, quien además de respaldar el acuerdo argumentó cada vez que le fue posible tanto las bondades de adherir como lo inconveniente que hubiese resultado que el proyecto no se convierta en ley.
Puntos en conflicto
- Si bien el acuerdo con el FMI era vital para el Gobierno, diputados y senadores referenciados en La Cámpora votaron en contra.
- El ataque al despacho de CFK y el posterior silencio del Presidente amplificaron la disputa.
- Alberto Fernández le mandó un mensaje por Telegram, pero para Cristina Kirchner no fue suficiente y no se lo contestó.
- Sergio Massa se acercó hasta el Senado en el momento de los ataques, pero ahora prefiere no interferir en lo que valora como un “matrimonio desavenido”.
- El Presidente también desconfía del ministro del Interior porque está convencido de que juntó votos en contra en el Congreso.
- El entorno presidencial le pide lanzar el albertismo y dejar a La Cámpora fuera de los espacios de poder.
- El Presidente también desconfía del ministro del Interior porque está convencido que juntó votos en contra en el Congreso.
La votación del proyecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional llevó la alianza al límite. Alberto Fernández creyó hasta último momento que el kirchnerismo podría abstenerse pero tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado sus representantes más fieles votaron en contra y, además, no respetaron el acuerdo de no exponer en el recinto su postura y después de la votación emitieron duros comunicados.
Kueider "militó" el Acuerdo con el FMI en el Senado de la Nación.
El ataque al despacho de la vicepresidenta amplificó las disputas. En el primer piso del Senado aún no le encuentran explicación al silencio del Presidente. Cristina Kirchner recuerda y enumera distintos ataques que hubo en los últimos años y los repudios que se hicieron. Incluye el atentado contra Clarín y remarca que fue condenado por La Cámpora. “Como debe suceder ante cada atentado. Y Alberto sigue en silencio”, dicen en su entorno.
En cambio, Cristina resalta la figura de Sergio Massa. El titular de la Cámara de Diputados dejó el recinto en donde se trataba el acuerdo con el FMI cuando comenzaron los ataques y fue hasta el Senado, gesto que la vicepresidenta valora.
“Lo que sucedió es como cuando te peleás a la mañana con tu mujer. Te vas a laburar y te enterás de que en la calle le afanan. Te olvidás de la pelea y vas a buscarla”, grafican en el kirchnerismo sobre el gesto que esperaban y nunca llegó.
En tanto, un mensaje por Telegram no basta cuando se trata de una de las agresiones institucionales más graves a un representante del Poder Ejecutivo durante este gobierno. La vicepresidenta no contestó ese mensaje porque le dejó el sabor de haber sido hecho con la intención de comunicarlo a los medios, pero no de ponerse a disposición ante el ataque.
Por su parte, Fernández puede decir que días antes tampoco recibió el gesto que esperó cuando Máximo Kirchner votó en contra. “Me dejaron solo en la más difícil y en el proyecto más importante”, no deja de repetir. Incluso, para el Presidente la tregua con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, también se terminó.
Alberto está convencido de que el funcionario recolectó votos en contra mientras que lo desmienten desde la Cámara de Diputados, donde se vio a De Pedro activo buscando votos en colaboración con Sergio Massa y Germán Martínez.
¿Qué pasará con el futuro del Frente de Todos?
El Presidente cree que, al dejarlo solo, ya no tiene que consultar con Cristina Kirchner sobre las decisiones de gobierno. El apoyo a un equipo económico que se encargará de llevar adelante las medidas de “la guerra contra la inflación” es una muestra, ya que se trata de funcionarios que no tiene el aval de la vicepresidenta y de anuncios que parecen insuficientes.
Kicillof y Massa ensayan una alternativa para evitar la ruptura del Frente.
“¿Unidad para qué?”, se preguntan, en tanto, desde el kirchnerismo donde las voces sostienen que las decisiones de Fernández ya no los representan. De todos modos, la ruptura no es una opción.
Sorprenden las voces en off del entorno de Fernández que hablan de las cajas que controla La Cámpora y hasta los desafían a dejar los lugares. ¿Por qué deberían correrse cuando aportaron gran parte de los votos?
La ex jefa de Estado quiere sentarse a una mesa para discutir hacia dónde ir, pero Fernández no parece dispuesto a convocarla. Hay quienes le dicen que no debe hacerlo. Son quienes le piden que lance el albertismo desde el inicio de la gestión y vieron en las renuncias públicas del kirchnerismo después de la derrota electoral la posibilidad de ruptura.
Por ahora, el Presidente escucha pero no define.
En diciembre, el tercer socio de la alianza, Sergio Massa, planteó institucionalizar el frente y la toma de decisiones. No tuvo suerte. Hoy mira la fórmula presidencial a la que apostó en 2019 sin saber qué hacer.
“Cuando un tercero se mete en un matrimonio desavenido, termina lastimado”, dicen en el Frente Renovador. Hoy, entre el Presidente y la vicepresidenta no hay mediadores. Mientras tanto, la preocupación por el futuro de la alianza llega a cada uno de los dirigentes del Frente de Todos.
Cristina y Alberto dividen las aguas dentro del Frente.
En esta coyuntura, esperan que, al igual que en 2017, puedan volver a hablar, recompongan el vínculo y negocien pensando en que hay una elección presidencial por delante en la que el peronismo tenga posibilidades de ganar.
Más información en nuestra sección Entre Ríos en los medios nacionales: El mapa de la fractura política del oficialismo
Fuentes: Perfil, La Nación.