El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales promueve la duración temporal para las Procuraciones o Fiscalías Generales. Es para terminar con los "inaceptables mandatos vitalicios en cargos de decisión política”.
E
l Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y
Sociales (Inecip) advirtió acerca de los ataques a la autonomía de los
Ministerios Públicos y pidió que se discutan los mecanismos para prevenirlos.
En este contexto, el organismo emitió un comunicado donde
recomendó promoverse la duración temporal de los cargos en las Procuraciones o
Fiscalías Generales, argumentando que esto servirá: "Para terminar con los
inaceptables mandatos vitalicios en cargos de decisión política”.
El medio APF Digital brindó detalles sobre el escrito
difundido por la entidad que tuvo una activa participación en la formulación
del sistema de juicio por jurados en Entre Ríos.
En el mismo se señala: “La afectación a la autonomía de los
Ministerios Públicos de Santa Fe y Entre Ríos de los últimos meses deben ser un
llamado de atención a nivel nacional. La persecución política a fiscales y
fiscalas que cumplen con su deber de investigar crímenes complejos y sensibles
para el poder de turno se ha vuelto moneda corriente en nuestro país”
“Es necesario denunciar estas situaciones y replantear la
institucionalidad de los Ministerios Públicos provinciales para garantizar la
eficacia en la persecución penal de los crímenes más dañinos para nuestra
sociedad. El primer e ineludible paso es poner fin a los mandatos vitalicios en
las fiscalías o procuradurías generales”, sostuvo el Inecip.
Luego de referirse a ejemplos de ataques a fiscales en
distintas partes del continente, el documento indica: “La situación de Santa
Fe, que trasciende a distintos partidos políticos, cobró notoriedad incluso a
nivel regional. Este año, por primera vez en su historia, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos realizó, a solicitud de la Asociación de
Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público de la Acusación santafesino, una
audiencia temática para analizar la situación de las fiscalías locales de
nuestro país”.
Además, sin nombrarla, se hizo referencia a la remoción de
Cecilia Goyeneche de su cargo en el Ministerio Fiscal de Entre Ríos. “Más recientemente,
el desplazamiento de una fiscal de Entre Ríos es el último capítulo de una
serie de eventos de larga data”, deslizó el texto.
“Esos hechos deben ser denunciados con firmeza, y se debe
apoyar a quienes son perseguidos y luchar para que su valioso trabajo no sea
revertido”, expresó el centro de estudios.
Y agrega: “Pero también es necesario – contrastó - discutir seriamente los mecanismos necesarios para prevenir y repeler esos ataques a la autonomía, no como un derecho individual de los y las fiscales, sino como un derecho de la sociedad a tener un sistema de justicia eficaz”.
“Entre otros aspectos, debe promoverse la duración temporal
de los cargos en las Procuraciones o Fiscalías Generales, para terminar con los
inaceptables mandatos vitalicios en cargos de decisión política”, propuso.
En Entre Ríos, la Constitución provincial de 2008 estableció
que el Ministerio Público Fiscal tendría autonomía funcional en el Poder
Judicial para ejercer la acción penal pública y conducir las investigaciones.
En uno de los últimos artículos, la Carta Magna estableció que todos los
funcionarios letrados de la Justicia son “inamovibles mientras dure su buena
conducta”.
Sin embargo, el actual titular del organismo, Jorge Amilcar
Luciano García, accedió al cargo antes de la sanción de la nueva Constitución.
El funcionario fue promovido al cargo por el ex gobernador
Jorge Busti en septiembre de 2007, y su pliego obtuvo la aprobación en
diciembre de ese año.
Su designación, en rigor, fue como Fiscal General ante el
Superior Tribunal de Justicia. Pese a la modificación del rango del organismo,
siguió al frente.
El Inecip apuntó también que: "Los mecanismos de
designación de esas autoridades deben transparentarse y democratizarse. Además,
los procesos disciplinarios de sanción y remoción de fiscales deben adecuarse a
los estándares internacionales, para que dejen de ser mecanismos de persecución
arbitraria o protección injusta, y se conviertan en instancias eficaces de
control. Y las máximas autoridades de los Ministerios Públicos deben asignar
todos los recursos necesarios y respaldar a las fiscalías que estén realizando
investigaciones de alto impacto o enfrentándose a casos de criminalidad
organizada”.
“Nadie puede hacerse el desentendido. Tenemos la oportunidad de discutir seriamente qué Ministerios Públicos Fiscales pretendemos: si queremos organismos burocráticos que a duras penas logren perseguir delitos menores, o si vamos a lograr que se conviertan en fieles representantes de los intereses generales de la sociedad, incidiendo eficazmente en el control de la criminalidad, le pese a quien le pese”, concluyó el informe.