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l tercer mandato de Jorge Pe dro Busti en el Ejecutivo entrerriano tuvo un conflicto que trascendió fronteras y en el cual tomó un protagonismo estelar en defensa del medio ambiente: la instalación de las papeleras en territorio uruguayo, sobre el río Uruguay. Esa postura del exgobernador junto a la que tomó luego en el conflicto del kirchnerismo con el campo, donde se enfrentó con Urribarri, signaron la primera década del siglo 21.

Busti se puso al hombro una disputa que se inició por las papeleras y que fue rápidamente escalando como un tema conflictivo entre los dos países. En 2002 que el asunto sale a la luz pública con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre el proyecto de Montevideo de construir dos plantas papeleras en el río Uruguay pero estalla el conflicto en 2005 con el anuncio del presidente uruguayo Tabaré Vazquez.

Busti encabezó el reclamo por la instalación de las papeleras en Uruguay.

Vazquez afirmó que la instalación de las papeleras no producirían una agresión mayor ni al medio ambiente ni a los ciudadanos. Así, luego del anuncio Presidente uruguayo, se entregó al presidente argentino Néstor Kirchner un documento con 35 mil firmas que demandaban la no instalación de las plantas.

El gobernador Busti expresó que "nunca" las empresas (la finesa Botnia o la española Ence) "vinieron a la provincia de Entre Ríos a ofrecer el proyecto", para instalar las fábricas pasteras en esa región.

Al ser consultado por INFORME DIGITAL sobre el trato que le dio el presidente uruguayo al tema, Busti señaló: "Creo que Tabaré tiene poco margen de movimiento; creo que tuvo su oportunidad de haber convocado a las empresas, de mantener la inversión, pero a su vez haber discutido el lugar donde se instalarían y el diseño de las misma".

Busti ya comenzaba a extender el reclamo entre sus pares en el encuentro de gobernadores organizado por el presidente Néstor Kirchner en mayo de ese año. "Si vienen es para prestar su apoyo al Gobierno y firmar la demanda que presentará el presidente en La Haya", había dicho.

Los habitantes de Entre Ríos se posicionaron abiertamente en contra de la instalación de las fábricas, mientras que el Canciller argentino Rafael Bielsa lo consideró "una cuestión nacional" y pidió a Uruguay para que se "discontinúe" la instalación de las plantas hasta conocer el resultado de los estudios ambientales de la comisión binacional.

Durante los meses posteriores al anuncio se realizaron, a modo de repudio, diversos actos en contra de la instalación, además de cortes de la ruta internacional 136, que une la localidad de Gualeguaychú con Uruguay.

Las manifestaciones en el paso fronterizo fueron una constante del reclamo.

Tabaré Vázquez y el entonces ministro argentino de economía, Roberto Lavagna, se reunieron para discutir el tema de las papeleras. Vázquez pidió a Lavagna que se considerara el tema, frente al gran malestar que había provocado entre los habitantes de Gualeguaychú.

Entonces, Jorge Busti junto a su vicegobernador, Guillermo Guastavino, denunció a Uruguay por las papeleras ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington, por permitir la instalación de las papeleras sin haber realizado estudios de impacto ambiental.

La presentación de Busti y Guastavino ante los organismos internacionales fue realizada en calidad de ciudadanos entrerrianos directamente afectados.

Busti y Guastavino pidieron al tribunal que "declare que el Estado uruguayo ha violado la Legalidad Supranacional Americana al autorizar y aprobar dos emprendimientos industriales en razón de sus altos componentes contaminantes, de las evidentes carencias de control ambiental y del probado riesgo de vida para alrededor de 300.000 personas que habitan en la ribera argentina-uruguaya".

El presidente de Uruguay Tabaré Vázquez.

Además, efectuaron otra denuncia ante la Oficina del Ombudsman de la Corporación Financiera Internacional (CFI) y del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones, Meg Taylor, para tratar de bloquear los créditos internacionales que puedan recibir las empresas.

Desde Washington, Busti resaltó que los "apoya mucha gente, miles de entrerrianos y hermanos uruguayos, y también contamos con el apoyo indiscutido del presidente Néstor Kirchner que ha hecho de esta causa una cuestión de Estado Nacional".

La CAO, oficina de la ombudsman del Banco Mundial, debió emitir un informe a las autoridades de ese organismo internacional para que apruebe o rechace la entrega de dos créditos de 200 millones de dólares para las empresas papeleras.

Busti había dicho a un medio radial que “a lo mejor había algún incentivo para que el Uruguay aceptara las papeleras” y en Uruguay lo consideraron un agravio.

En Entre Ríos se esperaban los resultados de este informe para realizar un "estudio del impacto ambiental acumulativo", que estaría "listo a fines de diciembre". Las implicaciones políticas de este conflicto con Uruguay tuvieron en octubre una marcada tensión diplomática cuando el país vecino decidió llamar en consulta a su embajador en Argentina a partir de unas declaraciones radiales de Jorge Busti.

Busti había dicho que “a lo mejor había algún incentivo para que el Uruguay aceptara las papeleras”. La Cancillería uruguaya interpretó estas declaraciones como una acusación de corrupción, como un agravio. Frente a esta actitud, el Gobierno nacional respondió con la misma moneda y llamó para consultar al embajador argentino en Uruguay.

En el conflicto por las pasteras argentinos y uruguayos se manifestaron juntos.

Por otra parte, dentro del ámbito político nacional también se generaron discrepancias. El gobernador Jorge Busti se enfrentó con su par de Corrientes, Ricardo Colombi, frente a las declaraciones de este último en busca de atraer a su provincia las papeleras que rechazan los entrerrianos. Busti afirmó que las declaraciones de Colombi debilitan la lucha en defensa del ambiente, respaldada por el propio presidente Néstor Kirchner.

"Vamos a ir a Corrientes con una delegación de la Subsecretaría de Medio Ambiente, legisladores de todos los partidos, para explicar el punto de vista científico y técnico por lo que nosotros creemos que estas papeleras son contaminantes en el río Uruguay", decía Busti tras el cruce con Colombi.

“La debilita en medio de una batalla jurídica que estamos dando en el marco del derecho supranacional, ante el ombudsman del Banco Mundial, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ahora en un amparo ambiental que vamos a presentar en Finlandia".

Busti pidió en aquel momento al presidente Kirchner que discuta la instalación de las papeleras en Fray Bentos en la reunión de mandatarios del Mercosur. El entonces gobernador le solicitó al presidente argentino que este tema se debatiese en el Mercosur para que "se traten de adaptar las resoluciones para la protección del medio ambiente". Los ambientalistas levantaron un muro en la ruta fronteriza y bloquearon el paso a Uruguay.

Luego, Busti destacaría la intervención del rey de España en el conflicto por las papeleras. "Siempre he considerado al diálogo como herramienta superadora de conflictos y veo auspiciosa la intervención del Rey Juan Carlos", dijo el mandatario en un breve encuentro con el periodismo en Paraná, al término de una reunión del gabinete entrerriano.

Busti aclaró que "para dialogar se necesita grandeza, dar toda la información necesaria y buscar la verdad".

El presidente Vázquez, a fines de 2006 resuelve enviar militares para custodiar la obra de Botnia; Kirchner califica la medida de "afrenta" y los ambientalistas responden cortando por primera vez los tres puentes que unen ambos países. La construcción se encontraba en un estado avanzado.

La papelera comenzó a funcionar el 12 de noviembre tras la autorización de Montevideo, con una perceptible emisión de olores. Los ambientalistas argentinos denuncian intoxicaciones, mientras que la empresa asegura que las emisiones son inocuas aunque, luego de que alumnos de una escuela cercana sufren mareos, Uruguay reconoce que Botnia superó brevemente los valores de emisiones permitidos.

La empresa insiste en que no hay vínculos con los olores y, a fines de 2008, Uruguay rechaza los exhortos y las peticiones de información emitidos por la Justicia argentina.

En septiembre de 2009, Argentina dice en La Haya que con las plantas se pone en riesgo el río Uruguay. La respuesta uruguaya rechaza esa afirmación y reitera que las fábricas cumplen con los estándares ambientales internacionales.

Luego de más de siete años del aquel supuesto que se pronunciaba sobre las pasteras sobre el río Uruguay, el 20 de abril de abril de 2010 la Corte Internacional de Justicia resuelve de forma vinculante y definitiva el litigio.

En 2010, la victoria electoral de José Mujica en los comicios uruguayos permite que reviva el diálogo. El 13 de enero, el todavía presidente electo se reúne con su par argentina, Cristina Fernández. El 1 de marzo, Mújica asume su cargo. Poco más de un mes después, visita a Fernández. Ambos acuerdan que los cancilleres coordinen la agenda de relaciones bilaterales para después de la resolución de La Haya.

El conflicto del campo

En marzo de 2008 las decisiones del gobierno nacional confrontaron con los intereses del campo tras la polémica Resolución 125/2008, iniciativa del entonces Ministro de Economía Martín Lousteau, que imponía retenciones móviles. Busti tomó posición y se enfrentó a Urribarri y al sector kirchnerista del PJ.

Busti en el acto del campo junto a los chacareros y el emblemático cartel.

El sistema de movilidad y los aumentos en las tasas de retención de la soja y el girasol desencadenaron el paro agropecuario dispuesto por los terratenientes al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que tenía solo tres meses en el cargo.  

"¿Urribarri dónde está?" rezaba una de las pancartas de los ruralistas en el conflicto del campo se desataba y donde Busti tomaba posición contraria a su partido y enfrentaba al entonces gobernador Sergio Urribarri.

Busti enfrentó a su propio partido y a Urribarri, alienado con el kirchnerismo. Fue el divorcio político más resonante de los últimos años en Entre Ríos y tuvo su punto de no retorno cuando Jorge Busti se subió al camión desde el que se encabezaba un acto de los ruralistas contra Cristina Kirchner y el propio gobernador entrerriano.

Busti se enfrentó con Urribarri, a quien formó y había postulado y proclamado como gobernador solo tres meses antes. Durante mucho tiempo se extendió ese antagonismo tras esa decisión política.

Tuvo momentos álgidos y supremos, como cuando Busti en un acto en María Grande llamó "profiláctico" del gobierno nacional a Urribarri.

Busti le pasaba el mando a Urribarri, antes de enfrentarlo por la 125.

Ese 2008 el gobierno y el Partido Justicialista entrerriano iniciaban procesos internos de división que nunca lograron suturarse. Intendentes, funcionarios y legisladores iban tomando partido a favor y en contra de las retenciones con el correr de los días en un camino que tuvo como protagonistas de su choque más importante al ex gobernador y su antecesor, padrino político y entonces presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Busti.

Ese conflicto con pequeños, medianos y grandes productores rurales, que dividió al PJ provincial y nacional, duró casi 130 días.

La pelea tuvo epicentro en Entre Ríos, que incluyó actos masivos de las dos partes y cortes de rutas, además de asambleas masivas en todo el país se extedió por unos 130 días.

El conflicto tuvo su punto cúlmine con el voto del ex vicepresidente Julio Cobos en el Senado y reconfiguró el tablero político con consecuencias que perduran aún hoy. “Mi voto es no positivo”, expresó Cobos en la madrugada del 17 de julio de 2008  luego de esa maratónica sesión que finalizó de madrugada.

Por su parte, Urribarri se mostraba junto al kirchnerismo en los actos que realizaba a favor de la medida del gobierno nacional.