D
e la redacción de INFORME DIGITAL La recordada resolución nº 125/08 del primer gobierno de Cristina Kirchner, que inauguró un conflicto con pequeños, medianos y grandes productores rurales que duró casi 130 días, cumplió 10 años este domingo. La pelea tuvo epicentro en Entre Ríos, incluyó sendos actos masivos de las dos partes y cortes de rutas y asambleas masivas en todo el país, tuvo su punto cúlmine con el voto del ex vicepresidente Julio Cobos en el Senado y reconfiguró el tablero político con consecuencias que perduran aún hoy. Aquel 11 de marzo –conmemorado este domingo con un modesto acto- el entonces ministro de Economía K, Martín Lousteau (luego devenido opositor y hoy cerca de Cambiemos), anunció la sanción de la Resolución, que establecía un nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de trigo, maíz, soja y girasol, sujetando su aumento o disminución a la evolución de los precios internacionales. Entonces el porcentaje para la soja estaba en 45%. Al día siguiente, las cuatro entidades nacionales del campo - Confederaciones Rurales, Federación Agraria, Sociedad Rural y Coninagro- anunciaban la suspensión de la comercialización de carnes y granos en todo el país, en rechazo a la medida oficial. En Entre Ríos la primera movilización del conjunto de pequeños, medianos y grandes productores, tanto organizados como autoconvocados, que se sintetizó llamándose “campo” en general, se produjo en Semana Santa en las rutas 12 y 14, a la altura de Ceibas. Luego los puntos de protestas se multiplicarían: Paraná (Túnel Subfluvial y Casa de Gobierno), Gualeguaychú, Diamante, La Paz, Chajarí. Iban cobrando protagonismo los dirigentes que lideraron la oposición a la 125 en la provincia: Alfredo De Angeli, Luis Miguel Etchevehere, Jorge Chemes, Alfredo Bel, Juan Echeveherría… En el oficialismo provincial las reacciones fueron dispares. Mientras que el entonces secretario de Producción –y gran empresario avícola-, Héctor Motta, cruzaba a la presidente que gobernaba la Nación con el mismo signo político de la gestión provincial, acusando que metía “la mano en bolsillo" al campo, el gobernador Sergio Urribarri se alineaba con la Casa Rosada –y sus funcionarios hacían lo propio- y empezaba a perfilarse como uno de los más férreos gobernadores kirchneristas. Motta terminó desplazado y suplido por Roberto Schunk. Sin embargo, el gobierno y el Partido Justicialista entrerriano iniciaban procesos internos de división que nunca lograron suturarse. Intendentes, funcionarios y legisladores iban tomando partido a favor y en contra de las retenciones con el correr de los días en un camino que tuvo como protagonistas de su choque más importante al ex gobernador y su antecesor, padrino político y entonces presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Busti. El divorcio político más resonante de los últimos años en Entre Ríos tuvo su punto de no retorno el día que Jorge Busti se subió al camión desde el que se encabezaba un acto de los ruralistas contra Cristina Kirchner y el propio gobernador entrerriano. "¿Urribarri dónde está?" inquiría un cartel de los chacareros detrás de Busti, en una de las postales de los pormenores políticos del conflicto que quedaron para el recuerdo. (ver fotos) En la provincia los hechos que marcaban la profundización del conflicto no eran menores. El 24 de Marzo el gobierno nacional ordenó que Gendarmería reprimiera a los productores que cortaban el Túnel Subfluvial; dos días después hubo una masiva concentración frente a la Casa Gris; y se mantenían los cortes. A los pocos días de abril los productores anunciaron una tregua de un mes y levantaron el paro patronal. Aunque, sin soluciones, 30 días después volvieron los cortes. En la interna del gobierno y el PJ provincial, Urribarri conseguía por entonces alinear buena parte de la tropa. Se recuerda el día en que logró disciplinar al Consejo del partido –presidido por Busti- de no sacar una declaración anti-K y encolumnar a los intendentes, aunque a la noche debió tolerar una manifestación de productores en su propia quinta. A los chacareros les molestaba que no los recibiera y que pasara la mayor parte del tiempo en la Casa Rosada, donde tenía gran trabajo con CFK por gobernar la provincia que era prácticamente la línea de fuego. Luego del multitudinario acto del “campo” en el Monumento a la Bandera de Rosario, mientras en Buenos Aires el kirchnerismo realizaba el suyo, sin avances en las negociaciones, en la provincia se multiplicaban los cortes. Avanzaba junio y las situaciones sumaban tensión en vez de posibilidades de acuerdo. Un punto de quiebre se dio con la detención de De Angeli en Gualeguaychú en medio de una nueva represión de Gendarmería. Luego, la ex presidente decidió enviar un proyecto para que el Congreso discuta las retenciones móviles, un giro en la situación hacia su solución final. Cuando se votó en Diputados, los entrerrianos que lo hicieron a favor fueron, desde el frente para la Victoria-PJ (que se dividió), Nelio Calza y Raúl Solanas;: en contra lo hicieron, desde la UCR, Gustavo Cusinato y Sergio Varisco; desde el FpV-PJ no K, Cristina Cremer de Busti, María Petit y Gustavo Zavallo; desde el socialismo Lisandro Viale; y Emilio Martínez Garbino desde su unipersonal Concertación Entrerriana. Luego, el histórico conflicto tendría su instancia culminante en el Senado, cuando los votos a favor y en contra empataron y el vicepresidente radical y presidente de la Cámara Alta, Julio Cobos, se vio obligado a desempatar en el momento que quedó para la historia: su voto “no positivo” y su frase “que la historia me juzgue si me equivoco".