Este sábado se celebrará finalmente el postergado Congreso provincial de la Unión Cívica Radical. El vínculo con Cambiemos, la afinidad con Frigerio y la proyección a 2023 serán algunos de los puntos a debatir en el encuentro.
E
l congreso provincial de la UCR de
Entre Ríos sesionará este sábado, de manera virtual, y se espera por las repercusiones que surjan
del mismo. No obstante, el consenso domina en los dos asuntos que tienen por
resolver: la conformación de la Mesa del congreso y la definición de la
política de alianzas que llevará el partido en las elecciones de este año.
Dentro de los puntos a tratar está el vínculo en Cambiemos que, más allá de que no se apunta a la ruptura de la alianza, varias voces pujan por potenciar la presencia de la UCR en el espacio.
En lo que refiere a la conformación del Mesa del Congreso, hay acuerdo entre los grupos mayoritarios del partido para que la corriente Convergencia, que lidera el diputado Jorge Lacoste nomine al presidente del Congreso, aunque no será Lacoste ya que no es congresal. El resto de la mesa se integrará con representación de otros sectores internos.
Este primer paso es necesario porque
es la primera sesión del congreso con los delegados que surgieron de la última
interna. Como pasó para la integración del Comité Provincial, aquí también son
las corrientes Illia y Construir las que tienen mayor representación entre los
congresales.
Sobre el segundo punto del orden del
día, la política de alianzas, no hay entre los grupos mayoritarios de la UCR
nadie que esté planteando romper con el PRO. De modo que se aprobará la
continuidad de Cambiemos.
También importan las expresiones de resistencia a Frigerio. El líder del PRO milita la provincia buscando su proyección para acceder a la Casa Gris en 2023 y ya acordó con el sector de Atilio Benedetti, donde sería precandidato a diputado nacional. Aún resta definir el orden en la lista donde presuntamente el exministro del Interior sería quien encabece la misma seguido por postulantes de la UCR.
Encabezar
la lista
Lo que asoma como un motivo de
discusión es el interés de algunos sectores para aprobar una resolución, como
la que se dictó en 2019, para que la UCR sea la que encabece la lista de
candidatos a diputados de Cambiemos, puesto como condición para continuar en la
alianza con el PRO, el GEN y el MSE.
Pero todos saben en el radicalismo que una resolución de este tipo no es más que una expresión de deseo sin poder resolutivo, por la sencilla razón de que el congreso de la UCR representa a un partido y no a todo el frente electoral.
El congreso radical, como máxima
autoridad partidaria, puede fijar ese criterio para llevar a la mesa de
negociaciones con el resto de las fuerzas aliadas: que la UCR encabece. Pero si
se pone como condición para integrar la alianza, se caería Cambiemos. Y nadie quiere eso.
Por sentido común, la resolución del
congreso de un partido no puede ser vinculante para el conjunto de la alianza
que integra ese partido. Y, en términos formales, lo único que le pide la
Justicia Electoral a los partidos políticos es que antes del 14 de julio
informen si van a ser parte de una alianza y no cómo se van a ordenar las
listas.
Si el orden de la lista que Cambiemos
llevará a las elecciones de noviembre se puede definir por el congreso de uno
de sus partidos ¿Qué sentido tienen las PASO de septiembre?
En todo caso, el planteo para encabezar las listas se parece más a una chicana contra Atilio Benedetti, hasta ahora el único dirigente político de peso en la UCR que ha expresado su apoyo a Frigerio y que integraría (en el lugar 3) la lista encabezada por el líder del PRO. Sería una forma de meter el dedo en la llaga, una movida meramente política sin ningún efecto formal o práctico.
Construir (Pedro Galimberti, Darío Schneider) y la corriente Illia (Benedetti, Gustavo Cusinato) tienen el control del congreso. Y ninguno quiere romper Cambiemos. Aunque de todos ellos sólo Benedetti esté jugando con Frigerio, no habría ánimo entre estos grupos mayoritarios para hacer de esta cuestión un motivo de pelea.
El fundamentalismo radical está fuera de estos grupos. Y, además, el modo virtual limitará un debate que adquiriría mayor temperatura en un congreso presencial.
En definitiva, están todos mirando
2023. No hay mucho clima de pelea entre quienes vislumbran que los grupos
internos se reformularán en la UCR de cara a esa discusión de fondo.
Fuente: Página Política.