Lo ubicó como candidato a gobernador. También menciona a la esposa de Bordet y analiza a Cresto, Bahl, Stratta y Lauritto con respecto a Frigerio. A Piaggio ni lo nombran.
E
l salto de Juan José Bahillo del ministerio de Producción a la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación es una apuesta doble. Por un lado está el desafío junto a Sergio Massa de enderezar el rumbo económico a un año vista de las primarias presidenciales y, por otro, la necesidad de encontrar un candidato competitivo que pueda enfrentar a Rogelio Frigerio en la disputa por la gobernación.
El nombre de “Juanjo”, como lo conocen en la política provincial, conformaba el póker de posibilidades que quedó perfilado en 2019 cuando Bordet asumió su segunda gobernación ya sin posibilidades de ser reelecto. La dinámica de los acontecimientos hizo que se fuera desvaneciendo.
Pero ahora, con el manejo de los resortes de un área que es central para una provincia productiva como Entre Ríos y con la alta exposición en los medios nacionales que le espera, la alternativa renace.
Bahillo no puede por ahora sacar la nariz de las urgencias del momento. En el minigabinete de Massa le toca bailar con la más fea. Es que las relaciones del kirchnerismo con las organizaciones rurales nunca se recompusieron desde el conflicto por la 125 en 2008.
Enrique Cresto, titular del Enohsa.
Sin embargo, en su inner circle reconocen que está de nuevo en carrera para la Gobernación. “Sin dudas”, expresaron en el entorno del Secretario cuando Infobae consultó sobre esa chance. “Si todo va bien, es un buen camino”, agregaron.
Algunos elementos de contexto coadyuvan. El primero es que ninguna de las figuras del peronismo que aspiran a suceder a Bordet ha logrado resultar una amenaza cierta para las aspiraciones de Frigerio. En esa lista están Adán Bahl, el intendente de Paraná, la capital provincial; la vice Laura Stratta y el titular del Enhosa, Enrique Cresto.
Adán Bahl. intendente de Paraná.
Hasta ahora, el ex ministro del Interior de Mauricio Macri se impone en todas las encuestas cuando lo contrastan frente a esas posibles candidaturas del oficialismo. Por eso en el Gobierno provincial midieron a Eduardo Lauritto, un ex vice con buena imagen en todo el PJ entrerriano. Y miran de reojo los primeros pasos de “Juanjo” en Nación.
Además, Bahillo tiene un perfil similar, casi idéntico, al de Bordet, el principal elector del oficialismo: un “gringo” moderado, dialoguista y enfocado en la gestión. El actual secretario de Agricultura viene construyendo una carrera ascendente desde que dejó la intendencia de Gualeguaychú en 2015. Cada dos años, salta un peldaño: de diputado nacional pasó al Congreso en 2017. En 2019 llegó a la cartera de Producción. Ahora integra el Gabinete nacional. En 2023 su objetivo puede ser el sillón de Urquiza.
Laura Stratta, vicegobernadora de Entre Ríos.
Para el Secretario de Agricultura hay también plan “B” y plan “C”. La alternativa a ser candidato a gobernador es secundar a Stratta como vice. En Entre Ríos, por una ley que impulsó la vice, las fórmulas deben ser mixtas: una mujer y un varón o viceversa, pero nunca dos personas del mismo sexo. El premio consuelo para Bahillo sería volver a pelear la intendencia de Gualeguaychú.
Eduardo Lauritto, ex vicegobernador.
Escenario y posibilidades
En política está todo, o casi todo, permitido. Salvo perder. Eso es lo que tiene presente Bordet. Y por eso estirará hasta el último instante posible la decisión de desdoblar o no las elecciones provinciales de las nacionales. La primera alternativa sólo es factible si el mandatario encuentra una fórmula ganadora. De lo contrario, será todo a suerte y verdad con lo que pase en la Nación.
Quienes manejan los datos del termómetro social de Entre Ríos le dicen en la oreja al Gobernador que no es cosa juzgada que Frigerio gane las elecciones el año próximo. Los comicios a gobernador son distintos de las legislativas y por eso sostienen que 2023 será diferente al 2021, cuando el oficialismo se comió una paliza histórica a manos de Juntos.
A Martín Piaggio ni lo nombran como candidato.
Apelan, para sostener este argumento, a varios antecedentes.
El primero, la secuencia de elecciones 2009/2011 y 2017/2019. En ambos casos, el peronismo sufrió duras derrotas en las legislativas pero en las de cargos ejecutivos se alzó con triunfos históricos por más del 50% de los votos.
Mariel Ávila también suena como candidata.
El segundo, lo que identifican como “el síndrome del payaso” en referencia a Tiririca, el payaso brasilero que obtuvo 1,35 millones de votos como candidato a diputado federal, una cantidad de sufragios que lo dejaría a las puertas de la presidencia. Sin embargo, no hubo un salto de Tiririca al Ejecutivo.
El tercero son los gobiernos locales y el “efecto Milei”. Las elecciones de intendente traccionan para arriba y Juntos no tiene buenos postulantes en las principales ciudades, lo que preocupa al entorno de Frigerio. A esto se suma que Javier Milei viene teniendo en la provincia un crecimiento sostenido, pese a algunos vaivenes, lo que podría convertirlo en la tercera fuerza que divida el voto opositor, algo que siempre ha favorecido al justicialismo que pierde cuando polariza.
La última novedad que sacudió la política provincial fue el anuncio de Mariel Ávila, esposa de Bordet, de que está dentro de sus planes ser candidata. Algo que antes negaba, ahora es una posibilidad cierta, aunque condicionada.
“Quiero llegar como Mariel Ávila y porque la gente confíe en lo que puedo hacer o dar desde el lugar que me toque. No lo descarto, pero no es todavía el momento. Cuando él (Bordet) decida retirarse, alejarse de todo lo que actualmente hace, tal vez sea el momento”, dijo en una entrevista a Paralelo 32.
Según consigna Infobae, esta definición provocó dispar reacción entre la dirigencia peronista. Algunos evaluaron que era un elemento de distracción. Otros recordaron la anécdota de Juan Perón con Carlos Blaquier. El ex presidente le regaló un bastón de mando al empresario, lo que motivó su sorpresa: “Mejor déselo a un peronista”, le dijo. “‘Nunca Blaquier. Porque un peronista nunca le entrega el poder a otro peronista, salvo que sea a la peronista de su mujer”, contestó Perón.