En la peor situación hídrica detectada desde 1944, desde Nación pidieron limitar el consumo del agua en Entre Ríos y otras 6 provincias. Este fin de semana, el río descendió otros 13 centímetros frente al puerto de Paraná.
E
l Gobierno nacional solicitó limitar el consumo de agua en siete provincias debido a la bajante del río Paraná que ocasiona dificultades en las distintas localidades. Los distritos apuntados son Entre Ríos, Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Santa Fe y Buenos Aires.
La bajante del Paraná continuaría durante 3 meses y se esperan impactos en las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales.
El río Paraná registra su mayor bajante en 77 años. Ante esta situación, el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) pidió a las personas “ahorrar agua en el consumo diario” y “almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar”, como también no realizar quemas de pastizales para evitar la propagación de amplios incendios como los sufridos el año pasado durante esta época.
Este fin de semana, el Paraná descendió otros 13 centímetros frente al puerto de la capital entrerriana, que se mantiene en -33 centímetros (debajo de la escala local), lo que configura la peor situación hídrica detectada desde 1944.
Propician ahorrar agua para el consumo diario y no quemar basura, pastizales o cualquier corteza vegetal, para reducir las posibilidades de provocar incendios forestales.
En un comunicado, el SINAGIR dijo que en este contexto es necesario “un compromiso de todas y todos para atender y actuar preventiva y responsablemente contra esta situación”.
“Esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental”, dijo a Télam el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y precisó que está “en contacto permanente con todos los intendentes” de la vera del río.
La bajante actual mantiene al río lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros) en Paraná.
Ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual: ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
Bordet afirmó que “claramente hay un
cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la
deforestación, y con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivos que
modifica las condiciones ambientales”.
Por su parte, el secretario de
Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la
bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más
de 3.000 familias de pescadores que viven de eso”, registrando “el cupo de
exportación más bajo de los últimos 15 años”.
Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) indicaron que la tendencia descendente “continuará predominando en los próximos tres meses” al menos y pronosticaron que julio será “especialmente crítico”.
También dijeron que espera impactos en
“las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de
generación eléctrica y de procesos industriales”.
El sábado pasado, el Gobierno anunció la asignación de 1.000 millones de pesos para
mitigar los efectos de la bajante, que incluyen “la afectación sobre el
abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de
puerto, el ecosistema, la fauna íctica y la generación de energía
hidroeléctrica”.
El río Paraná nace en el sur de Brasil y en Argentina se extiende desde la provincia noresteña de Misiones hasta la provincia de Buenos Aires, donde indirectamente desemboca en el Atlántico Sur. Es la vía de transporte del 80% de las exportaciones del agro argentino y fuente de agua potable y energía para importantes poblaciones urbanas. En el tramo brasileño, son más de 40 las represas instaladas que intervienen el curso del Paraná.
Desde la
Bolsa de Comercio de Rosario estimaron que el histórico bajo nivel del río
podría costar al sector exportador de granos del país una pérdida de unos 315
millones de dólares en seis meses.
Para concientizar a la población, desde el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) también propician ahorrar agua para el consumo diario y no quemar basura, pastizales o cualquier corteza vegetal, para reducir las posibilidades de provocar incendios forestales.
Fuente: Infobae.