Este jueves se cumple un lustro del rapto, abuso sexual y femicidio de Gisela López ocurrido en Santa Elena. La causa con tres imputados absueltos está en la Corte.
N
adie investiga hoy quién mató a Gisela López. Tampoco está
cerrada la causa, que tiene a tres imputados absueltos. En ese limbo están los
familiares de la víctima desde marzo de 2019, esperando definiciones para
avanzar hacia algún lado en busca de justicia. El expediente se encuentra en la
Corte Suprema de Justicia de la Nación donde, recién hace tres semanas, se
definió que la vocalía Nº 2 trate el caso, pero vaya a saber cuándo. Mientras,
en la Fiscalía de La Paz no se pueden tomar medidas para investigar, ya sea en
la misma hipótesis que se frustró, ni en otras. Cinco años después del
femicidio que conmocionó al país, la impunidad se consagra en una ciudad donde
no llega ni la Justicia.
“Cinco años de impunidad. Cinco años de lucha por justicia”, escribió este miércoles en sus redes sociales Gabriel López, hermano de la vítima, y agregó: “Queremos informarles que no convocaremos a ninguna manifestación ni concentración por la situación sanitaria, pero como cada día del año recordaremos a Gisela y seguiremos exigiendo justicia”.
En este sentido, el joven contó: “La causa se encuentra en
la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, luego de esperar mucho tiempo por
novedades, en los primeros días de este mes ha registrado un avance importante
para que sea tratada. Si bien sabemos que falta mucho para tener una
resolución, que el expediente haya cambiado de estado y haya registrado un
movimiento, para que los jueces del máximo tribunal del país resuelvan y nos
den una respuesta, nos renueva las esperanzas”.
Según pudo observar UNO en el sitio web de la Corte, el
expediente CSJ 001603/2019-00 fue asignado el 5 de abril a la Vocalía Nº 2, y
en la situación actual figura “en despacho”.
La causa llegó a esta instancia por el recurso extraordinario federal presentado por la Procuración General de la Provincia, luego de que la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos confirmara la absolución de Mario y Elvio Saucedo y Matías Vega. De este modo, el Ministerio Público Fiscal insistirá en volver a juzgar a los acusados del femicidio, luego de que en la provincia se confirmara la falta de pruebas en su contra.
El ministro de la Corte Suprema en la Vocalía Nº 2 que
presidirá la discusión planteada en la causa es Juan Carlos Maqueda. El
cordobés de 71 años, especializado en Derecho del Trabajo es un hombre con
amplia trayectoria política vinculado al peronismo, siendo diputado nacional y
senador nacional, entre otros cargos electivos, durante la década del 90 hasta
que el presidente interino Eduardo Duhalde lo nombró en el cargo que mantiene
hasta la actualidad.
El femicidio
El 22 de abril de 2016, poco después de las 22, Gisela López
salió de la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos Nº 5 Padre Fidel Alberto
Olivera y regresó caminando a su casa, ubicada en el barrio 120 Viviendas,
cerca del acceso a la localidad.
Cuando caminaba por un sendero al costado de la avenida Perón, en la zona conocida como El Bajo, fue raptada y llevada por la fuerza al campo lindero. Desapareció y durante 18 días la buscaron en Santa Elena y toda la provincia, con múltiples rastrillajes en la zona donde fue vista por última vez, sin resultados. A los pocos días surgió el dato erróneo de que Gisela estuvo en Paraná y detuvieron durante 15 días a un hombre que era inocente.
El 10 de mayo, un chico que cruzaba a caballo el campo donde
la habían raptado, encontró el cuerpo de la víctima, oculto entre yuyos. Según
la autopsia, durante los 18 días que Gisela estuvo desaparecida, el cuerpo
estuvo todo ese tiempo en el mismo lugar.
El fiscal Santiago Alfieri, a cargo de la investigación,
detuvo a cuatro personas. La hipótesis de la Fiscalía fue que Mario y Elvio
Saucedo (padre e hijo de 54 y 29 años, ladrilleros) y Matías Vega (de 19 años),
abusaron sexualmente de la víctima en la vivienda de los Saucedo en la zona de
ladrillerías en cercanías al lugar del hecho, la mataron y luego dejaron el
cuerpo en el lugar. También imputaron a Rocío Altamirano (novia de Vega, de 19
años) como encubridora, pero en el juicio desistieron de esta acusación.
El juicio
En 2017 se realizó el juicio. Ningún testigo ni prueba
objetiva incriminaron directamente a los imputados del femicidio. La Fiscalía
(Santiago Alfieri y Carolina Castagno, hoy vocal de Tribunal de Juicio) analizó
varios indicios y pidió la prisión perpetua. Lo acusaron a partir de tres
testigos que ubican a Mario Saucedo caminando detrás de Gisela aquella noche
del 22 de abril en El Bajo. Y también en los testigos indirectos que refirieron
diálogos mantenidos con los imputados o sus familiares en los que habrían
confesado la autoría del homicidio.
La testigo Vanesa Gauna relató que la novia de Vega, Rocío Altamirano, le contó que aquella noche los acusados “la agarraron a Gisela en El Bajo, la tuvieron en la casa de Mario y le hicieron cosas”. También, que había otras dos personas de Santa Fe y que Matías, según él también le confesó, le sacó el cordón de la zapatilla para ahorcarla, que se les había ido de las manos porque no la querían matar. Para los fiscales, la testigo fue conteste y veraz en sus declaraciones.
La Fiscalía le apuntó a un policía, Jorge Carpincho
Riquelme, cuñado de Mario Saucedo, por haber desviado la pesquisa, e iniciaron
una investigación por un delito de acción pública y falso testimonio.
También, respecto de Saucedo, sumaron como prueba los antecedentes
de violencia de género contra su pareja y un hecho de similares características
ocurrido dos años antes, en el que una chica casi fue víctima de un rapto, por
el cual sospecharon de Saucedo. “Existe violencia de género, no por la
modalidad del ataque, sino por la decisión del móvil: no obtener por parte de
Gisela el consentimiento, someter su voluntad a los deseos de los imputados.
Son hechos paradigmáticos de la violencia de género”, afirmó la Fiscalía.
El defensor Roberto Alsina sostuvo que el testimonio de
Gauna no puede fundamentar ninguna acusación ya que no solo que cambió sus
dichos, sino que confesó que la Policía le había prometido una casa si
declaraba en la causa.
Incluso se quejó de no haber recibido tal contraprestación. Alsina pidió la absolución por falta de pruebas. Cuestionó “la desprolijidad con la que se manejó la investigación”, no solo por no haber encontrado el cuerpo (lo hizo un niño a caballo 18 días después) sino porque “los investigadores no les pedían información a los testigos, sino que se las daban para que la ratifiquen, la Policía les decía qué y cómo decir las cosas”.
En el juicio, los acusados declararon. Matías Vega contó lo que hizo aquel día junto a Rocío Altamirano (planearon ir a pescar, fueron al cumpleaños de Chongo, pasearon por la costanera, volvieron a la casa). Aseguró que en la vivienda de Saucedo no se hacían fiestas porque la religión del hombre (Testigo de Jehová) lo prohíbe. “Les pido por favor si podrían encontrar al verdadero culpable para limpiar nuestros nombres”, dijo.
Elvio Saucedo contó que fue a trabajar a un campo donde
hacía leña, al regresar se bañó, tomó mates con su mujer, cenaron en familia,
se acostaron a leer la Biblia y se durmieron. Su padre Mario dijo que ese
viernes trabajó hasta las 7 de la tarde, se bañó, cocinó, comió y se acostó.
Absolución
Los jueces Ricardo Bonazzola, José María Chemez y Cristina
Van Denbrouke consideraron que no hubo ninguna prueba objetiva ni testimonial
que derribara el estado de inocencia de los acusados y los absolvió.
Fundamentalmente, remarcaron que el rastro genético hallado en el cuerpo de la
víctima, pelos rubios, corresponderían al autor del femicidio, que debe ser
buscado.
Los jueces concluyeron que ni Gisela fue asesinada en la
casa de Saucedo ni fueron ellos los autores del crimen. “Todo el desarrollo del
suceso se produjo en la zona de la desaparición de Gisela, descartando de plano
toda posibilidad del traslado de la víctima a la casa de Sacuedo para someterla
sexualmente, darle muerte y trasladarla nuevamente al lugar donde fue hallada.
Tal hipótesis carece de asidero científico y resulta no solo inverosímil sino
contrario a toda lógica”, afirmaron.
“Lamentamos profundamente que un hecho tan aberrante y
desgraciado que truncó la vida de una joven en forma violenta y despreciable no
sea posible llegar a su esclarecimiento y al castigo que su autor o autores
merecen. Existe una prueba de ADN que arrojó un patrón genético masculino
hallado en el cuerpo de Gisela que no pertenece a ninguno de los tres acusados,
y que casi con seguridad llevaría al autor de este hecho”, sentenciaron.
A Casación
La Fiscalía presentó el recurso de Casación. En 2018, por mayoría, las camaristas Marcela Davite y Marcela Badano cuestionan errores en la valoración de pruebas por parte del Tribunal de Juicio, y ordenaron realizar un nuevo debate. El tercer integrante de la Cámara, Hugo Perotti, votó en disidencia, al sostener que aquel fallo no fue arbitrario y se fundamentó bien.
De este modo se anuló la absolución por ser incoherente y
arbitraria, por “prescindir de prueba, como en valorarla fragmentariamente y en
introducir en su análisis elementos que no formaron parte del acuerdo
probatorio”.
Badano y Davite cuestionaron que el tribunal haya asegurado
que el lugar del hecho fue donde hallaron a la joven sin vida, y dieron crédito
a la hipótesis de la “fiesta” y crimen en la casa de Saucedo.
Al STJ
Antes de que el expediente sea enviado para hacer un nuevo
juicio, el defensor Alsina presentó un recurso extraordinario ante el Superior
Tribunal de Justicia.
En 2019 la causa llegó a la Sala Penal. Por mayoría, los
vocales Miguel Ángel Giorgio y Daniel Carubia cuestionan a la Cámara de
Casación y sostuvieron que el fallo del tribunal que dictó la absolución fue
correcto. La vocal Claudia Mizawak consideró lo contrario y votó por confirmar
lo resuelto por Casación. De este modo se confirmó el fallo del Tribunal de
Juicio.
“Lo real y concreto es que ni siquiera el Ministerio Público
Fiscal tiene certeza sobre el lugar en que se produjo la muerte de Gisela López
y, menos aún se ha podido demostrar la participación de los tres hombres
acusados del crimen de la joven”, remarcaron.
A la Corte
Ante este nuevo revés, la Fiscalía acudió ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde el expediente ingresó en agosto de 2019 y recién hace tres semanas cambió de estado para recalar en la Vocalía N° 2. Los supremos deben decidir si confirman la absolución o si ordenan hacer un nuevo juicio.
El fiscal Alfieri fue trasladado a Paraná (actualmente asignado en la Unidad de Investigación y Litigación) y ahora es María Constanza Bessa la fiscal a cargo de esa causa, pero mientras el expediente siga en la Corte estaría impedida de adoptar cualquier medida. De todos modos, si alguien quiere acercarse a ofrecer datos o información relevante para el esclarecimiento del hecho, puede y debe hacerlo.
Dolor y solidaridad
Durante estos cinco años la familia de Gisela viene
sufriendo no solo la pérdida por el asesinato, sino la impunidad y las idas y
vueltas que la causa tuvo en la Justicia. El hijo más chico de la familia
sufrió, como consecuencia de esta tragedia, una grave crisis psicológica y
psiquiátrica que le demanda un tratamiento permanente.
Hoy Gisela López le da nombre a una Asociación Civil que
asiste a niños, jóvenes y adultos necesitados de Santa Elena, y a su vez busca
concientizar sobre la violencia de género y los femicidios. Hoy Gabriel López,
como titular de la entidad, suscribirá un convenio con la Municipalidad para
obtener un espacio físico donde desarrollar sus iniciativas.
Fuente: Uno Entre Ríos