El ex intendente rompió el silencio y desde la prisión domiciliaria en la que cumple condena por narcotráfico defendió su gestión y cuestionó a la actual. Negó que haya dejado la deuda y las contrataciones que denunció Bahl.
E
l ex intendente de Paraná, Sergio Varisco, volvió a hablar en público después de meses de confinamiento político. Su salida de la presidencia municipal fue escandalosa: días después de dejar el mando fue condenado por narcotráfico y su "herencia" fue repudiada numerosas veces por la gestión entrante de Adán Bahl.
Desde la prisión domiciliaria que cumple en su casa quinta en las afueras de Paraná, Varisco negó las acusaciones del actual oficialismo y aseguró que la deuda flotante que quedó a su salida "es de 180 millones de pesos”. Es el endeudamiento de gastos corrientes como sueldos y pagos a proveedores.
Y agregó: “dejamos, además, unos 400 millones de pesos en caja para atender la obra pública”.
En cuanto a las contrataciones que le cuestionaron por haberlas usado en su campaña electoral por la reelección el año pasado, el radical aseguró que "en cuatro años de gestión, sumamos solo 300 personas", mientras que sus críticos apuntan más de 2.600.
"El decreto del intendente Bahl fue para quitarle la planta permanente a la gente. Y en eso la Justicia le dio la razón a los empleados”, manifestó además sobre las desvinculaciones y rescisiones ejecutadas por la actual administración.
Además, en el marco de la pandemia, Varisco dijo que de la gestión de Adán Bahl
“esperaría otra
acción, otro protagonismo, y no estar tan cerrado. El gobierno municipal debe
dejar una política de encierro y abrirse a la gente”.
En declaraciones a canal 7, en relación al aumento de casos de Covid-19,
sostuvo que "los controles deberían ser mayores, más estrictos. Que no salga
quien no tiene que salir y de esa forma otras actividades que la están pasando
mal podrían estar funcionando, como los restaurantes".