El ministro recorrió los lugres en donde se combate el fuego. Dirigentes entrerrianos lo cuestionaron duramente y le habían pedido que trabaje. Uno de sus funcionarios criticó a la provincia sin nombrarla.
L
a tensión entre la provincia de Entre Ríos y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, sumó un nuevo capítulo, esta vez, por declaraciones de uno de los funcionarios que responden al titular de la cartera.
Esto se da en el marco de los incendios ocurridos en el Delta del Paraná, por los que Cabandié responsabilizó a los productores ganaderos, culpó a la Justicia por no detenerlos, y le reclamó al gobierno entrerriano y al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, que actúen.
Ante estos dichos, el gobernador Gustavo Bordet, y un
importante número de dirigentes de la provincia salieron al cruce, señalando
que el ministro desconoce la realidad que se vive en el lugar y pidiéndole que
"hable menos y trabaje más".
Esta rispidez entre funcionarios incorporó otro protagonista, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, quien se refirió a la intención de crear un área protegida en el Delta.
Federovisky habló de esta iniciativa cuando acompañó a Cabandié
en una recorrida a campo por los lugres donde se combate el fuego, al tiempo
que aclaró que no se pudo concretar por decisión de Entre Ríos, aunque no
nombró a la provincia ni a ninguno de sus dirigentes.
“Era una idea original del Ministerio de Ambiente de declarar un área muy extensa como área protegida, que podía involucrar además distintos niveles de protección, se buscaba darle a toda el área de casi un millón de hectáreas, algún nivel de protección permanente, por supuesto, con actividades productivas incorporadas”, detalló.
Y agregó: “Santa Fe y la provincia de Buenos Aires habían
demostrado alguna disposición a favor, pero lamentablemente, algunas de las
provincias involucradas no estuvieron de acuerdo en ese momento en seguir
avanzando. Lo que derivó de esa situación fue la creación de los faros de
conservación, que fue una manera de brindar a estos espacios protección, aunque
no para toda el área completa que debería ser claramente protegida”.
Para concluir, Federovisky apuntó: “Hay que pensar el Delta
del Paraná como un solo ecosistema que tiene que tener una sola política de
manejo en la cual tiene que intervenir las tres provincias y el Estado
Nacional”.