El Instituto Nacional de Agua dio estimaciones respecto al caudal del río Paraná. Aseguran que no hay previsión de lluvias en la cuenca alta. El freno al repunte lo vinculan directamente con el ritmo de liberación de las represas.
E
l río Paraná atraviesa una bajante de características absolutamente extraordinarias. “En las últimas semanas se observó un mayor repunte, lo que tiene que ver con una mayor descarga desde la cuenca alta, es decir desde Brasil, pero eso está en gradual disminución, por lo tanto, no cambian las características centrales de la bajante extraordinaria. La tendencia es hacia la baja, es decir, hacia la gradual disminución”, comunicó el presidente del Instituto Nacional del agua (INA), Juan Carlos Bertoni.
Y continuó: “Inicia el período de lluvias, pero los
pronósticos meteorológicos indican una tendencia hacia las precipitaciones
escasas y en función de eso estimamos que durante octubre haya situaciones con
niveles más bajos, lo que dependería de la meteorología”. “No hay previsiones
de lluvias importantes y persistentes en toda la cuenca alta del río Paraná”,
aclaró Bertoni al tiempo que comentó que “se pronostican algunas lluvias en la
cuenca del río Iguazú hacia los primeros días de octubre, lo que en principio
traería un alivio pasajero”.
Si no se registran lluvias considerables, "es altamente probable" que el nivel del río Paraná vuelva a registrar valores por debajo del cero de escala a la altura del puerto de la capital entrerriana. “El agua que llega a la ciudad de Paraná por el río, desde Corrientes aguas abajo, incluye los aportes de los ríos Paraná, Iguazú y Paraguay; y este último también está en bajante extrema. Son ríos que tienen cuencas muy grandes, que en general registran déficit de precipitaciones y una situación de sequía muy importante”, explicó el ingeniero en Recursos Hídricos a El Once TV.
“Si no llueve en las próximas semanas, la tendencia es hacia la gradual disminución de caudal y niveles”, alertó el especialista. De acuerdo a lo que explicó Bertoni, “por el tamaño de las cuencas, el déficit y los pronósticos meteorológicos, entraremos en una situación de bajante durante 2022, porque al ser ríos tan grandes, como paquidérmicos, una vez que bajan sus niveles les cuesta mucho volver”.
“Las grandes sequías del río Paraná tienen una tendencia de durar hasta dos o tres años”, fundamentó el titular al INA al comparar que debido a que “la bajante del año pasado se extendió hasta este año, es probable que, si la situación meteorológica se mantiene, haya una situación similar durante el próximo año”.
En ese sentido, Bertoni comunicó que, de extenderse la
bajante durante 2022, junto a los operadores de las siete provincias
litoraleñas se “verificará la cantidad y calidad de agua para abastecimiento,
no porque deje de ser potable, sino porque al tener mayor contenido salino, la
población reacciona negativamente sobre esa variación”.
Respecto a la navegación, refirió que “dado que hubo un repunte artificial, mejoró la situación tanto en la ruta barcacera como para la oceánica”. “En la ruta oceánica, desde La Plata a Rosario, se registran operaciones de falso flete es decir que los buques no están saliendo con sus bodegas completas”, acotó.
En relación al río Uruguay, Bertoni comentó que “atraviesa una situación diferente a la del Paraná, con niveles por debajo de lo normal, pero ya ocurrieron precipitaciones importantes hacia el este de la cuenca del Plata, en la parte alta del río Iguazú y Uruguay”.
La Entidad Binacional Yacyretá (EBY) advirtió que disminuyó el caudal del río Paraná, en un contexto de pronunciada bajante, y que un eventual repunte durante este mes estará relacionado casi exclusivamente con la liberación de afluentes ubicados en las cabeceras brasileñas de ese curso de agua.
Mientras que, hace una semana, el caudal afluente mínimo del río Paraná en la represa hidroeléctrica de Yacyretá fue de 8.500 metros cúbicos por segundo, esta semana ese registro fue de 7.400.
Para ayer, ese parámetro de ponderación del agua en el Paraná estaba previsto que alcance los 7.000 metros cúbicos por segundo, según indicó la EBY.
Se trata de una situación de bajante pronunciada que se vincula con la escasez de lluvias en las cuencas que aportan al río en ese sector de la Argentina y Paraguay, con cabecera en Brasil.
Justamente, en el sector brasileño de la cuenca es que se depositan actualmente las expectativas de un aporte que contribuya a garantizar la producción de energía eléctrica.
Según especificaron desde la EBY, a mediados de agosto se registró un incremento de caudales afluentes a Yacyretá, sostenido hasta mediados de septiembre, mediante la utilización de los recursos hídricos disponibles en los embalses de los diferentes ríos de aporte a la cuenca.
Dicha estrategia estuvo vinculada "con la necesidad de atender la demanda energética", ante lo cual especificaron que no habrá que "descartar nuevamente eventos puntuales como los mencionados anteriormente, que signifiquen un incremento leve de los caudales afluentes a Yacyretá".
La compañía binacional aclaró no obstante que "para las próximas semanas, se prevé que la tendencia de caudales afluentes a Yacyretá continúe en descenso".
"La tendencia de valores de caudales registrados está asociada a la persistente escasez de precipitaciones ocurridas en la cuenca del río Paraná aportante a Yacyretá (del orden del millón de kilómetros cuadrados), donde se observaron anomalías negativas (-200/-400mm) desde inicio del 2021", indicaron.