Apenas 15 minutos pasaron del inicio de la audiencia, que uno de los imputados se hizo presente y afirmó no tener el alta médica. Por protocolo debieron abandonar el lugar y pasar a cuarto intermedio.
U
n llamativo hecho ocurrió apenas iniciada la audiencia por
el homicidio de Gonzalo Calleja en el salón de actos del Superior Tribunal de
Justicia de Paraná. Habían pasado 15 minutos, en los que el juez de Garantías,
Ricardo Bonazzola estaba escuchando las presentaciones de cada una de las
partes, cuando tomó la palabra uno de los imputados, quien aseguró que tiene
Covid-19 y que todavía no contaba con el alta médica.
Se trata de Alberto Enrique Osuna, detalló Análisis Digital.
Cuando el magistrado le comenzó a hacer las preguntas de rigor, le preguntó si
es que cursaba alguna enfermedad y Osuna respondió: "Estoy con Covid-19,
el alta médica me la podían dar el fin de semana pero como no estaba abierto el
dispensario me la darán recién el próximo lunes", expresó.
Esto encendió las alarmas de las autoridades judiciales por
el riesgo que implica tener a una persona con coronavirus en el interior de una
sala: "Es algo que nos anoticiamos en este momento, así que le requiero al juez que disponga un cuarto
intermedio para que podamos realizar la correspondiente desinfección",
expresó una funcionaria judicial.
El imputado aseguró que había puesto en conocimiento de su
situación pero no alcanzó a especificar a quién había notificado de su estado
de salud. Osuna estaba acompañado con sus abogados defensores, César Jardín y
Andrés Amarilla. De este modo, la audiencia
pasó a un cuarto intermedio.
Sobre el caso
Gonzalo Calleja desapareció el miércoles 14 de julio. Había
ido a barrio 1º de Julio a hacer una transacción por cambio de dólares. Allí
apareció su auto. El último contacto fue a las 17 con sus allegados, a través
de WhatsApp, pero su teléfono celular nunca fue encontrado.
El cuerpo fue hallado el jueves en un descampado de calle
Montiel, a metros de Báez, a unos siete kilómetros de donde había desaparecido.
Según publicó El Once, la principal pista de la
investigación, es que Calleja, murió en el marco de una privación ilegítima de
la libertad, en un lugar diferente al que fue hallado, a unos 8 kilómetros de
donde se encontró el vehículo del contador, en cuya guantera había más de 9.500
dólares.
Por tal motivo, los pesquisas sospechan que la muerte, se
dio en una situación vinculada a la compra y venta de dólares, actividad que
desarrollaba el contador en ocasiones, además de ser empleado en una empresa
constructora.
“La autopsia realizada al cuerpo de Calleja pudo establecer la ausencia de lesiones traumáticas en el cuerpo de la víctima, determinándose la asfixia como medio de muerte”, señalaron fuentes judiciales.