La Sociedad Rural de Nogoyá reclamó al gobernador que tome esa medida y disponga la creación de un nuevo organismo con directivos idóneos. Es ante el malestar por el estado de los caminos de la producción.
L
a Sociedad Rural de Nogoyá, a través de una carta pública, le pidió al gobernador Gustavo Bordet que tenga “el coraje de usar las facultades que su investidura le otorgan” y “disuelva completamente” la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), porque la repartición, argumenta la entidad, “no hace su trabajo” y “no sabemos a qué destina los recursos que dice invertir, porque en los caminos estamos seguros que no”.
La Rural presidida por Raúl Martínez, en la inédita solicitud, además, propuso a Bordet que una vez disuelta la DPV disponga la creación de “un organismo serio y responsable, formado por técnicos y profesionales capacitados y comprometidos con su trabajo, con directivos idóneos que justifiquen, con resultados, los sueldos que les pagamos”.
El malestar por el deplorable estado de los caminos entrerrianos –un problema crónico, que lleva muchísimo tiempo– es enorme entre los productores agropecuarios y, también, entre los ciudadanos que por distintas razones deben transitar por ellos. Pasan los años, pasan los gobiernos, y los caminos continúan deteriorándose sin que se adopten medidas que permitan revertir la situación.
Las versiones sobre nombramientos, designaciones y aumentos de sueldos en la DPV, conocidas en las últimas semanas, fue la gota que rebalsó el vaso. En este marco, los ruralistas nogoyaenses se hartaron y salieron a pedir, lisa y llanamente, la disolución del organismo.
Una “grosera” falta de mantenimiento
“Somos productores, la mayoría de nosotros vive en el campo donde trabaja, tenemos entre 30 y casi 80 años, y junto a nuestras familias, sentimos que representamos el presente y el futuro de nuestra actividad”, señala la carta pública de la Sociedad Rural de Nogoyá, y agrega que “generación tras generación transitamos los caminos rurales del departamento y podemos decir que somos testigos vivos de la progresiva degradación estructural y grosera falta de mantenimiento que sufren los mismos”.
En el texto dirigido a Bordet, asimismo, se recuerda que “hace unos 20 o 30 años contábamos con varios ripios en los caminos troncales, ripios que hoy han desaparecido; puentes Bailey que fueron colocados provisoriamente y hoy se caen a pedazos, porque eran justamente eso, provisorios; alcantarillas rotas o tapadas que hacen que el agua circule por la calle, socavándola. Todo esto refleja que por más que, como usted prometió, destine el 30% del Impuesto Inmobiliario Rural a la Dirección de Vialidad, ésta no hace su trabajo, no sabemos a qué destina los recursos que dice invertir, porque en los caminos, estamos seguros que no”.
Abandonados
Según publicó Dos Florines, los ruralistas, además, le expresan a Bordet que “sentimos que el Estado que usted dirige nos ha abandonado a la buena de Dios, ya que las máquinas que deberían estar arreglando y manteniendo los caminos rurales, hace años que brillan por su ausencia. ¿Sabrá usted dónde están? Lo cierto es que ni el personal ni la maquinaria están donde deberían. Sin embargo, llegan noticias de nombramientos, designaciones y aumentos de sueldo en el organismo responsable directo de los caminos rurales”.
La entidad nogoyaense, siempre con un fuerte tono crítico, le remarca al Gobernador que los caminos “no se arreglarán nunca desde una oficina administrativa” y “quienes los transitamos diariamente lo sabemos muy bien, lo saben nuestros vehículos cuando no resisten más el traqueteo y se rompen, lo saben los camioneros cuando se quedan encajados, los muchachos de la trilla cuando no pueden pasar por falta de puentes, las maestras y enfermeras cuando intentan llegar a sus lugares de trabajo. los oficiales de las fuerzas de seguridad lo tienen más que claro cuando intentan cuidarnos o impedir alguna desgracia, lo sabemos los entrerrianos que trabajamos en el campo y que en cierta época del año necesitamos que todo nuestro esfuerzo llegue a los mercados, pero por los visto, los únicos que no se han enterado son los encargados de repararlos”.
En el cierre de la carta pública a Bordet, la Sociedad Rural de Nogoyá apela “a su valía de hombre y a su capacidad” y le solicita que atienda el pedido con “carácter de urgente”.