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a presencia de Alberto Fernández este miércoles en Paraná para la reasunción del mando del gobernador Gustavo Bordet le dio un carácter histórico al evento. Fue la segunda vez en la historia que un presidente de la Nación participó del acto en que un mandatario entrerriano jura para ejercer la primera magistratura provincial. El único antecedente de Alberto fue nada menos que Juan Domingo Perón, quien acompañói la asunción de Ramón Albariño en 1950.

El jefe de Estado nacional acompañó a Bordet y a la flamante vicegobernadora Laura Stratta en sus juras ante la Asamblea Legislativa e incluso el propio Fernández le entregó al gobernador los atributos de mando provinciales. Luego, antes de dejar Paraná, el presidente salió a saludar a la militancia concentrada en la plaza Mansilla.

Luego del saludo presidencial en la Explanada de la Casa Gris ocurrió un hecho insólito: la mayoría de los asistentes que se encontraban en la plaza del centro cívico comenzaron a abandonarla, pensando que ya se había cumplido el acto que habían ido a ver con las breves palabras de Fernández. El lugar que minutos antes estaba casi lleno empezó a vaciarse.

Así lucía la plaza antes de que salga Alberto.

El mandatario regresó al recinto de la Cámara de Diputados para dar su mensaje a la Asamblea Legislativa y, una vez finalizado, junto con Stratta, legisladores y diversas autoridades de la provincia, se dirigieron a la Explanada.

Para ese entonces ya quedaba muy poca gente en la plaza Mansilla, prácticamente la militancia más fiel del peronismo y el kirchnerismo, que siguió lo que quedaba de la reasunción pegada a las vallas, delante de las cuales se ubicaron intendentes, diputados, senadores, funcionarios e invitados especiales.

El gobernador procedió a tomar juramento a su gabinete: Rosario Romero por Gobierno y Justicia; Hugo Ballay por Economía; Sonia Velázquez por Salud; Marisa Paira por Desarrollo Social; y Juan José Bahillo por Producción. Luego, acompañado en el escenario por la flamante vicegobernadora Stratta, dio el discurso que originalmente había motivado la convocatoria de la militancia. Su público se había reducido drásticamente.