Tras el 27 de octubre, algunas publicaciones sugirieron desavenencias. Después varios dirigentes aclararon que no era así, dando más dudas que certezas. Ahora se ubica al entrerriano en la mesa chica de gobernadores del presidente electo.
L
uego de que algunas versiones indicaran que en la relación entre el presidente electo Alberto Fernández y el gobernador entrerriano Gustavo Bordet podría haber surgido cierta tirantez, ahora aparecen otras que hablan de un vínculo que se consolida de cara al mandato que inicia el 10 de diciembre.
El hecho que dio pie a aquellas intrigas fue el acto de celebración del triunfo del Frente de Todos en la noche del 17 de octubre, una vez confirmado la victoria definitiva de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.
Es que Bordet fue de los dirigentes que se quedaron abajo del escenario, situación aprovechada por algunos medios nacionales para elucubrar sobre presuntas tensiones entre los gobernadores que no subieron al estrado y el jefe de Estado electo.
Una semana después, se sumó a la confusión un comunicado del diputado nacional kirchnerista Julio Solanas, difundida por la prensa oficial de Bordet, que aseguró que "hay muy buena relación del gobernador con el presidente electo", que se leyó como una aclaración a una versión que para entonces ya estaba disuelta.
A los dichos de Solanas se sumaron los del secretario General de la gobernación y senador nacional electo, Edgardo Kueider, y del diputado nacional kirchnerista -y provincial electo-, Juan Manuel Huss, ambos asegurando que había unidad en el Frente de Todos.
Ahora, otra publicación, del diario La Nación y que puede leerse completa en la sección Entre Ríos en los medios nacionales, se refiere a la relación entre el gobernador entrerriano reelecto y el próximo presidente. Y ubica a Bordet en la mesa chica de gobernadores que cimentarán la gestión de Fernández.
Según la publicación, el presidente electo se respaldará
especialmente en cinco mandatarios provinciales, que serán los protagonistas de la base de
sustentación federal que buscará poner en marcha a partir del 10 de diciembre.
Además de Bordet, son Juan Manzur (Tucumán), Omar Perotti (Santa Fe), Axel Kicillof (Buenos Aires) y Sergio Uñac (San Juan).
Son la "primera línea" del albertismo, los elegidos para ordenar la discusión con las provincias. Con ellos Fernández mantiene línea directa. "Su relación es con Alberto. Lo llaman y él los recibe", graficó uno de sus hombres de confianza.
Aantes del cierre de la campaña, el candidato del Frente de Todos firmó un acta compromiso con casi todos los mandatarios peronistas para crear la mesa Provincias En Red.
La entidad política tendrá reuniones periódicas entre los gabinetes provinciales y nacionales y funcionará como "una capital itinerante", anticipó uno de sus principales
colaboradores.
A los cinco que componen la punta de lanza de Fernández se les suman otros 10 gobernadores peronistas y aliados: Mariano Arcioni (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Jorge Capitanich (Chaco), Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
Bordet lideraría el pelotón de gobernadores aliados de Fernández.
Del otro lado estarán los cuatro mandatarios de Juntos por el Cambio: Horacio Rodríguez Larreta (Capital), Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes).
Sin formar parte de ningún grupo, con
una relación distante e "institucional", aparece el cordobés, Juan
Schiaretti, único gobernador peronista que no acompañó a Fernández durante la
campaña.
Finalmente, con los gobernadores de partidos provinciales, Fernández aspira a tener una "muy buena relación". Son Omar Gutiérrez (Neuquén), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta) y Arabela Carreras (Río Negro).