La seccional Paraná de AGMER rechazó el texto firmado días atrás por el gobernador "porque vulnera derechos humanos ambientales". En cambio, exigieron que "se respete el amparo judicial". Cuáles son las distancias en litigio.
L
uego de haber cosechado buena valoración académica, el decreto 2239/19 del gobernador Gustavo Bordet recibió el repudio de la comunidad docente, en este caso de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER). El gremio, a nivel provincial, es uno de los denunciantes en el Poder Judicial contra las fumigaciones cercanas a las escuelas rurales, junto con el foro Ecologista.
Cabe reseñar que el decreto de Bordet debería saldar el escollo judicial a las fumigaciones que representa el amparo, favorable a AGMER y los ambientalistas, que impide aplicar agroquímicos a menos de 1000 metros por tierra y 3000 por aire de los establecimientos educativos en el campo.
La nueva normativa del gobernador propone otras distancias, de acuerdo al grado de toxicidad de los productos. A 100 metros por tierra y 500 por aire, no se podrá aplicar ningún agroquímico. A partir de ese límite podrán usarse los menos peligrosos. Los más tóxicos, en tanto, no podrían aplicarse a menos de 500 metros por tierra y 3000 por aire de las escuelas.
Agmer Paraná rechazó este lineamiento del decreto. En un comunicado lo rechazaron "porque acorta las distancias de fumigaciones" resguardadas por el amparo judicial, "porque ignora los estudios científicos que demuestran el daño genético por
exposición a agrotóxicos".
Además, fundamentan el repudio porque el decreto "establece áreas de restricción de pulverizaciones a partir de la clasificación toxicológica de un SENASA que desconoce los últimos estudios científicos sobre el glifosato y los juicios que condenaron a la empresa Monsanto por ocultar información".
"Repudiamos este decreto porque deposita en las direcciones
escolares la responsabilidad de veedor sanitario, porque insulta la memoria de
cada niña, niño, docente rural, productor o ciudadano víctima de las
fumigaciones", añade la conducción del sindicato docente de Paraná.
"No son las malas prácticas, no es un fallo ´irresponsable´, ni ´desmedido´, no hay grietas, no hay dos lados. Este modelo se agotó. ¿Cuántas pruebas más se necesitan?", advierte Agmer Paraná.
Por último, los docentes expresan que "nos merecemos un gobierno que acompañe la transición hacia otras agriculturas –con subsidios, con apoyo real a los pequeños productores que son tan víctimas como la niñez y la docencia rural–, y no que decrete autoritariamente y escuchando sólo las voces manipuladas por el agronegocio".