La prohibición judicial era de un kilómetro por tierra y tres por aire. El decreto de Bordet lo ordena según toxicidad y establece distancias diferentes para los productos más y menos dañinos. La mínima: 100 metros; la máxima: 3.000.
E
l gobernador de la provincia Gustavo Bordet finalmente firmó el esperado decreto de regulación de fumigaciones en los campos cercanos a escuelas rurales. Habrá zonas de exclusión y áreas de restricción de acuerdo al grado de toxicidad de los productos empleados y “unidades centinelas”.
La nueva normativa apunta a superar el estado de situación
provocado por el fallo judicial que prohibió las fumigaciones a menos de un
kilómetro por tierra y tres por aire de las escuelas rurales, restricción
reclamada por sectores ambientalistas y docentes pero férreamente rechazada por
entidades de productores rurales.
Asimismo, debería saldar el cuestionamiento judicial al
anterior decreto del gobernador, que estableció la reducción de esas distancias
a 100 metros por tierra y 500 por aire, y que fue declarado inconstitucional en
marzo por pasar por alto la “cosa juzgada”, es decir la validación de la
Justicia a las distancias demandadas en el amparo ecologista y docente.
Grados de peligro
La novedad del decreto 2239/19 es que fija distancias para la
fumigación en cercanías de escuelas según la toxicidad de los distintos
productos, en base a la clasificación del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad
y Calidad Agroalimentaria).
Ahora el gobierno entrerriano estableció una “zona de exclusión”
donde no se podrá realizar ninguna fumigación con ningún producto. Es,
alrededor de las escuelas, en un radio de 100 metros por vía terrestre y 500
metros por aire.
Luego, habrá un “área de restricción”, donde se prohíben las aplicaciones terrestres de productos clases Ia, Ib y II (de alta toxicidad) entre los 100 y 500 metros. Allí sólo se podrán aplicar los de clase III y IV (menos tóxicos), de acuerdo a la nomenclatura del Senasa. A partir de los 500 metros desde la escuela ya podrían aplicarse los más tóxicos, siempre hablando de la vía terrestre.
En cuanto a las aplicaciones aéreas, su “área de restricción”
donde se prohíben las aplicaciones de agroquímicos de las clases más tóxicas es
a partir de los 500 metros desde la escuela y hasta los 3.000. A partir de ese
límite de tres kilómetros quedarán habilitados los de clases de mayor toxicidad.
Los de menor toxicidad, vale recordar, pueden aplicarse a través del aire a partir de los 500 metros.
Según el decreto, en las zonas de exclusión no se podrán realizar aplicaciones en las áreas comprendidas en un radio de 100 metros para fumigaciones terrestres y 500 para aéreas desde el caso de la escuela.
La tabla del Senasa
En 2012 el Senasa emitió la resolución 302/12, que reemplazó la clasificación toxicológica de los agroquímicos elaborada en 1999 por la ex secretaria de Agricultura por una nueva clasificación que adoptó los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, los productos fueron clasificados y deben estar etiquetados según las siguientes clases:
(fuente: Instituto Internacional de Ciencias de la Vida)
Otras disposiciones
El decreto 2239/19 instruye además al Consejo de Educación a
elaborar un “mapa georeferenciado” de las escuelas rurales; a la Secretaria de
la Producción a aplicar un sistema de monitoreo remoto, a reempadronar todos
los equipos de aplicación en uso en Entre Ríos y a celebrar convenios de
capacitación con el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y las
universidades; y al Ministerio de Salud a realizar un “programa de seguimiento
de la salud de agricultores y comunidades rurales”. También deberán
constituirse “cortinas forestales” en cada una de las escuelas para separarlas
del área sembrada y fumigada.