Es el día en que se deberán inscribir las alianzas ante el Tribunal Electoral de la provincia y la fecha límite para definir si el kirchnerismo competirá por fuera o dentro de un frente con Bordet.
T
odas las especulaciones sobre la resolución de la interna en el peronismo entrerriano –especialmente entre los sectores alineados al gobernador Gustavo Bordet y los identificados con el kirchnerismo- que se tejen desde hace meses tienen un plazo final. Es el 13 de febrero.
Según el calendario aprobado por el Tribunal Electoral de la provincia, ese miércoles se arriba al “fin del plazo para la comunicación de conformación de alianzas”.
Es decir que hasta ese día hay tiempo para que Bordet
y la cúpula kirchnerista, liderada por el ex gobernador y actual diputado
provincial Sergio Urribarri y el diputado nacional Julio Solanas, diriman si
confluirán en una propuesta electoral unificada o en dos opciones separadas.
El jefe de Estado provincial, que preside el PJ entrerriano,
trabaja por una coalición similar al “Frente Justicialista Somos Entre Ríos”
que presentó en las legislativas 2017. Como publicó INFORME DIGITAL, esta
semana inicia una ronda de conversaciones con fuerzas afines y que ya
conformaron la alianza en los últimos comicios para avanzar en el cierre de
acuerdos.
El gobernador ha dicho que no cierra su propuesta únicamente
a sectores de extracción peronista y dio una muestra de ello en el club
Echague, en la estética y el discurso. En tanto, en el nucleamiento kirchnerista
se milita el sello de Unidad Ciudadana, embanderado con la ex presidente
Cristina Fernández de Kirchner, quien también ha llamado a ampliar el abanico
de sectores a unir para enfrentar a Cambiemos. Al menos en esto Bordet y los
kirchneristas parecen coincidir.
Hay un aspecto aparentemente formal en la inscripción de la
alianza ante el Tribunal Electoral que es determinante. Los sellos que vayan a
constituirla deben presentar ante los jueces, según lo establece la ley
provincial de Partidos Políticos, una “constancia de la forma acordada para la
integración de las listas de candidatos, los que deberán ser elegidos de
conformidad a las normas estatutarias de los partidos a los que pertenezcan”.
La integración de las listas, especialmente de las minorías
que resulten de las PASO del 14 de abril, es decir la conocida premisa de las “reglas
claras” para competir, atravesará la resolución de la interna. Bordet, como
presidente del PJ, tiene la última palabra.
Dando por hecho un triunfo del peronismo “oficial” en las primarias,
deberá decidir si quiere incluir en la boleta que el frente llevará a las
generales a los precandidatos que el kirchnerismo logre imponer en las
primarias, con las ventajas y desventajas que ello le significa de cara a la
campaña contra Cambiemos.
Radicales y macristas no dejarán pasar la oportunidad de mostrar
al gobernador pegado, por caso, a Sergio Urribarri, señalarlo como continuidad
de las administraciones provinciales anteriores fuertemente cuestionadas por la
oposición y debilitar la imagen de “renovación” que el gobernador ha construido
desde que ocupa el sillón de Urquiza.
Si Bordet pretende el caudal de votos del kirchnerismo a la
boleta de su reelección en las generales de junio, puede acordar un piso bajo
de integración de minorías con los cabecillas de Unidad Ciudadana y registrarlo
ante el Tribunal electoral.
También puede dejar todo como está: la Carta Orgánica del PJ
permite interpretar el criterio de que el sector que gana la interna se queda
con todo lo que se puso en juego y que el derrotado acompañe. Una verdadera
prueba a la lealtad que en este caso debería demostrar el kichnerismo hacia el
gobernador. Esta opción sería una invitación a que los seguidores de Cristina
Kirchner, Urribarri y Solanas compitan por fuera con otro frente.
La arbitrariedad con que se administra la inclusión de
minorías en el PJ tiene su antecedente más cercano en las legislativas 2017,
cuando Jorge Barreto no fue parte de la boleta de octubre pese al caudal de
votos obtenido en las PASO. El mandatario tiene ahora también una oportunidad
de revertir aquel gesto hacia el kirchnerismo si espera recibir el apoyo de al
menos una porción de este electorado.
Unidad Ciudadana esperará el gesto de Bordet respecto de esta integración y verá. Hasta el 13 de febrero será un mes de intensas negociaciones, que ya están en curso: este viernes Bordet y Urribarri lo conversaron en Buenos Aires, pese a que el contenido de la charla sigue manteniéndose en la más estricta reserva.