
El gerente de la Administración del Instituto de Obra Socialde la Provincia de Entre Ríos (Iosper), Arnoldo Schmidt, advirtió que “diezmédicos recetaron en seis meses de 2021 medicamentos importados de laboratoriosextranjeros por 1.062 millones de pesos, lo que pone en riesgo el sistema desalud”.
Precisamente, el sistema de salud “está en jaque porque los recursos que existen son limitados, producto del poder adquisitivo de los trabajadores públicos, es decir, tenemos recursos del tercer mundo y prescripciones de medicamentos del primer mundo, como hace años lo viene manifestando el presidente de la Obra Social, Fernando Cañete, y el Directorio”, remarcó.
No obstante, la obra social no aclaró si existen losmismos medicamentos de fabricación nacional o la posibilidad de sustituirlospor otro tipo de medicamentos que se produzcan en el país.
El Iosper “es una prestadora de salud de los trabajadores y para los trabajadores que tiene recursos del tercer mundo y prestaciones del primero y el Directorio Obrero trabaja constantemente para mejorar la atención y garantizar derechos de los afiliados, pero hay profesionales de la salud que no entienden que sostener el sistema implica solidaridad y esfuerzo por parte de todos”, advirtió Schmidt a través de un comunicado de prensa enviado a Análisis.
Médicos recetaron en 2021 medicamentos importadosde laboratorios extranjeros por 1.062 millones de pesos
En ese marco, precisó que “la tecnología de los tratamientosoncológicos y la medicación importada de laboratorios extranjeros que estánintroducidos en el país generan que el sistema de salud esté en jaque”, yejemplificó: “En el Iosper, diez médicos recetaron en seis meses de 2021medicamentos importados de laboratorios extranjeros por 1.062 millones depesos”.
“No desfinanciar alas obras sociales”
Por su parte, el médico neurólogo y rehabilitador SantiagoSanfilippo (del Centro de Neurología y Recuperación Psicofísica que funciona enGalarza) bregó por un debate para el financiamiento de tratamientos yadquisición de medicamentos de alto costo, que ponen en jaque a las obrassociales. “Se puede implementar un Fondo de Reaseguro y el gobierno nacionaldebería hacerse cargo de estos casos excepcionales”, propuso.
Los medicamentos de alto costo y baja incidencia losutilizan pacientes que tienen enfermedades poco frecuentes (una en dos milpersonas) y requieren, por lo general, prestaciones muy onerosas. “Para laevaluación de la cobertura se requiere un asesoramiento de especialistas endistintas materias, porque cada día son más las demandas con respecto atratamientos farmacológicos o prácticas médicas de muy alto costo”, indicó elespecialista.
“En el caso de la neurología un medicamento de muy altocosto es el Nusinersen (que se utiliza para la atrofia espinal I y II) y suvalor es altísimo y había sido incluido en el Plan Médico Obligatorio (PMO)pero este último año se excluyó y, por eso, el gobierno nacional se tiene quehacer cargo de los costos de estos medicamentos”, ejemplificó Sanfilippo.
Los medicamentos de baja incidencia y alto costo “tienen unimpacto negativo en cosas esenciales como la promoción, prevención,diagnóstico, tratamiento y, por último, la rehabilitación de todos losbeneficiarios de una obra social, de una prepaga o institución que entren enesta categoría”, consideró el profesional, quien subrayó que hay enfermedades“que son catastróficas y constituyen una preocupación en los sistemas de saludparciales y fragmentados, como por ejemplo en las obras sociales”, por lo queconsideró que “hay que implementar otras alternativas en el financiamiento”.
“Entre 2005 y 2012 el 70 por ciento del gasto ensalud fue generado por prestaciones de baja y mediana complejidad”
En Argentina el debate “nunca fue tratado, por lo que cadaagente de salud se ve obligado a cubrir todo tipo de intervención que no estéen fase experimental. Enfermedades como las oncológicas; el HIV/sida;pulmonares como la fibrosis quística o más comunes como la diabetes oaccidentes cerebrovasculares implican gastos repetitivos por períodosprolongados en el tiempo. Precisamente, entre 2005 y 2012 el 70 por ciento delgasto en salud fue generado por prestaciones de baja y mediana complejidad, un18/20 por ciento por prestaciones de alto costo y baja incidencia y lo queresta en gastos de funcionamiento, “por eso hay que buscar otras alternativas,ya que hay que garantizar la prestación (en los casos que no son experimentalesy está aceptada la eficacia de un tratamiento o medicamento), pero hay quebuscar diferentes alternativas de financiamiento”, se resaltó.
En ese marco, Sanfilippo consideró que “se puede poner enmarcha (entre diferentes instituciones) un Fondo Reaseguro para este tipo deenfermedades o, como ocurre en otros países, el gobierno nacional se deberíahacer cargo mediante la Superintendencia de Servicios de Salud”.
“Se pueden intentar diversas alternativas como contratar unSeguro de Prestaciones Especiales, crear un Fondo de Reaseguro, unirse entrevarias obras sociales para producir un fondo común para estos casos o bien elEstado en forma directa hacerse cargo del gasto”, aseveró.
Fuente: Análisis Digital