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Jueves, 9 de julio de 2020

Isabel Sarli, la mujer que hizo todo por amor (nació en Entre Ríos)

Isabel Sarli, la mujer que hizo todo por amor (nació en Entre Ríos)

Hace 91 años , un día patrio de 1935, nacía Isabel Sarli enConcordia, Entre Rios. Con el tiempo se convertiría en una de las máximas divasde este país pero también en un personaje controversial: amada, odiada,despreciada, siempre polémica, jamás pasó desapercibida. Sus curvas (que levalieron el mote de Coca por su similitud con la botella de gaseosa); su pelolargo y negro con el que sabía jugar de manera perfecta; sus desnudos; el amorinmoral con un hombre que jamás se separó de su mujer pero que juró amarla conel alma; la censura; la violencia; el incesto; su filiación peronista. Todosiempre fue motivo de debate.

Cuenta la leyenda que cuando era una niña a la que aúnllamaban Hilda Isabel Gorrindo Sarli, su padre se despidió para irse a Uruguaya conseguir un trabajo mejor y jamás volvió. Se quedó sola con su madre, MaríaElena, y ese abandono marcaría su vida y su relación con los hombres. Esacicatriz la hizo perseguir el amor por siempre: primero buscando la aprobaciónde su madre, que odiaba a los hombres y ejercía asfixia psicológica sobre suhija; luego aceptando las migajas de Armando Bo, ese hombre del que se enamorócon locura y que no pudo tener cada noche en su cama, y después de él, laoscuridad. Una profunda depresión que la recluyó por más de por vida. Nadavolvió a ser igual.

Isabel jamás pensó ser estrella de cine : había estudiadopara ser secretaria bilingüe y comenzó a ganarse la vida sentada en unescritorio. Pronto llegarían las publicidades, primero fueron las sesiones defotos para anuncios, más tarde los desfiles de moda y finalmente los concursosde belleza. En 1955, Sarli fue elegida Miss Argentina, un triunfo que le dabala posibilidad de competir en el certamen de Miss Universo de ese año y del quefue semifinalista. Antes de viajar para competir por el título mundial larecibió Juan Domingo Perón en la Casa Rosada. “Usted es la más importantede mis embajadores”, le dijo el entonces presidente. Ella no lo consiguió:él sería derrocado por un golpe de Estado, pero esa es otra historia. Deaquella época nació su amor por el peronismo.

Ser elegida como la mujer más linda del país también traíacomo premio la posibilidad de trabajar en la pantalla grande para el importantesello cinematográfico Argentina Sono Film. El destino tenía otros planes paraella. Antes de grabar la primera película, le tocó entregar la corona a susucesora en el concurso de belleza local, una joven Dorys del Valle. En eseprograma de televisión conoció al hombre que gobernaría su corazón hasta elúltimo día de su vida: el entonces prometedor actor y productor, Armando Bó.

Su gran amor

El flechazo fue inmediato aunque ambos estaban casados. Ellacontrajo enlace con Ralph, un hombre de ascendencia alemana al que no amaba. Enrealidad, quería escaparse de su madre controladora, de la que se hacía cargopor completo, emocional y económicamente; tampoco lo logró, porque la mujerterminó viviendo con ellos. Con él sólo compartía la pasión por el tenis y algunacena elegante, no mucho más. Desde el inicio, el matrimonio tenía un destinoclaro: el naufragio, pero este fracaso no dejó huella en una joven que buscabaotra brújula para su corazón.

Bó estaba casado con María Teresa Machinandiarena, con quientuvo tres hijos y quien fue su esposa formal hasta el final, como los mandatosde la época así lo indicaban. Aunque durante tres décadas compartiese su vidacon Sarli, aunque nunca se ocultaron, aunque su propio hijo Víctor, actor ycoprotagonista de la Coca en las películas que rodarían juntos, presenciara eseamor que crecía detrás de cámara. Fueron la Coca y Armando, una de las duplassentimentales y artísticas más importantes de la Argentina .

En 1957 rodaron juntos la primera película, El trueno entrelas hojas . Para su debut como director, Armando Bo eligió La hija del ministro, un cuento de un escritor paraguayo que comenzaba a tener cierto prestigio enesa época, Augusto Roa Bastos. Luego vendrían 28 películas más.

Juntos fueron imparables, una máquina de hacer dinero. Lafórmula sencilla pero explosiva: sexo, erotismo, violencia, música, paisajes yciertos toques kitsch. Una sacudida a la moral. La crítica los destruyó, loscensores los persiguieron, el público los amó. Y como siempre, la gente manda yfueron éxito de taquilla en cada estreno.

Bó fue el principal exportador de películas argentinas. Suscintas llegaron a países como Estados Unidos, Europa, Rusia y Japón, en dondeSarli fue un boom porque, según ella, uno de sus pechos “era más grandeque la cabeza de un japonés medio”.

La actriz se convirtió en socia, como sabía inglés era quienpeleaba los contratos en el extranjero. Lejos de ser una mujer sumisa yvulnerable como todo el mundo la veía, era una mujer poderosa que peleaba porlo que le correspondía. “A lo mejor yo, por dentro, era más libre que mimamá y que Armando, pero me dejé someter para que me quisieran”, confesóalguna vez en una entrevista. Al final, ella lo único que buscaba era amor.

Carne (su propia carne)

Carne es la película más emblemática de toda su trayectoria.En la historia, filmada en 1968, interpreta a una obrera de un matadero quecamino a su trabajo es violada cada día por uno de sus compañeros. Pero como sile faltase drama al guion, todo se torna más cruel cuando el agresor decideraptarla, encerrarla en un camión frigorífico y venderla como un trozo de carnea un grupo de hombres que la tienen a disposición para violarla cada vez quequieren. Sería muy difícil ver hoy esas escenas sin estremecerse en el asientoante la naturalización de la permanente violación en manada.

Ya la historia de su primer desnudo fue polémica. En laficción, se estaba grabando una huelga en un aserradero y la Coca tenía unaescena en la que se bañaba en un lago. Bó fue el encargado de convencerla deque se bañara completamente desnuda. La actriz se negó. Él le dijo que laescena se rodaría desde una zona lejana y elevada. Además, le prometió quellevaría una malla color carne. “Al final no hubo malla pero síteleobjetivo”, recordaba años después la propia Sarli.

Incluso, conscientes de su negativa y para evitar que seoponga, cuando le mostraron algunos recortes del film obviaron la escena deldesnudo. Fue durante el estreno, cuando vio la película completa, que descubrióel engaño. Antecediendo a Susana Giménez, dicen que estrelló un cenicero contrael escritorio del director. “Si vos no te bañás y la gente no te ve desnuda,es como Palito o Sandro si no cantaran”, argumentó Bó. Otra vez ellacedería.

Así se convirtió en la primera actriz del cine nacional enrealizar un desnudo frontal. También se convirtió en un símbolo sexual de sugeneración, un mito, en la referente indiscutida del cine erótico y en elexponente del sistema patriarcal que gobernaba la industria cinematográfica.Sus personajes, siempre como mujer objeto, atravesaban todo tipo de abusos,golpes, violaciones, y pocos se horrorizaban. Hoy, revisando su filmografía conperspectiva de género, pocos títulos pasarían el tamiz de lo aceptable.

Bó era amante de las provocaciones y como protagonistamasculino eligió a su propio hijo, Víctor. La prensa los destrozó, hablaban deincesto, de besos, de erotismo entre madrastra e hijastro. El público sehorrorizaba, los cines se llenaban cada vez más. Toda valía para él, y paraella, que si él era feliz, ella también era feliz.

Con la muerte de Armando, la Coca se fue apagando hasta eldía de su muerte. Sin él, ya nada tenía sentido.

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