
Apenas unos días después de la victoria oficialista en las elecciones legislativas, dos de las empresas más grandes de Argentina salieron a probar el “apetito” del mercado de capitales internacional. YPF y Tecpetrol aprovecharon el nuevo contexto político para buscar financiamiento a gran escala y largo plazo, emitiendo deuda en dinero estadounidense, por un total combinado de 1.250 millones de dólares.
YPF fue la primera, con una colocación de 500 millones de dólares en Obligaciones Negociables (ONs). Este bono ofrece una tasa fija del 8,75% anual y tiene un vencimiento fijado para septiembre de 2031. La emisión se estructuró bajo el régimen de Emisor Frecuente de la CNV y normativas internacionales (Regulation S y Rule 144A), permitiendo así su colocación entre inversores fuera de Argentina.
YPF financiará su plan en Vaca Muerta
Por su parte, Tecpetrol informó una operación aún mayor, con la emisión de 750 millones de dólares en ONs a tasa fija. Este bono tiene un vencimiento a cinco años (en 2030) y forma parte de un programa global autorizado por la CNV de hasta 2.000 millones de dólares. La colocación recibió calificaciones internacionales de “BB-” por parte de Fitch y “B1” de Moody’s.
La estructura de pago cambia entre ambas compañías. YPF devolverá el capital en tres cuotas anuales hacia el final del plazo (20% en 2029, 20% en 2030 y el 60% restante en 2031). Tecpetrol, en cambio, amortizará el 100% del capital en un único pago al vencimiento, en noviembre de 2030. Ambas empresas abonarán intereses de forma semestral.
Tecpetrol buscará refinanciar deuda.
Este movimiento financiero se produce en un clima político renovado. El triunfo de La Libertad Avanza, que ganó en distritos clave como la provincia de Buenos Aires (con el 41,5%), genera un nuevo escenario. El mercado interpreta este mayor respaldo al oficialismo como un clima más favorable para avanzar en las reformas económicas y financieras pendientes.
Tras el aval de las urnas, el Gobierno habla de “lluvia de inversiones” y acelera privatizaciones
El contundente respaldo que recibió Javier Milei en las urnas descolocó a la mayoría de los analistas, empresarios y sindicalistas, que no imaginaron un escenario de triunfo tan amplio. La respuesta de los agentes económicos al día después fue completamente diferente a lo esperado y, en la Casa Rosada, el optimismo es tal que ya comenzaron a hablar de una real “lluvia de inversiones”, buscando diferenciarse de la “garúa” que se le adjudicó a la gestión de Mauricio Macri.
Con este nuevo oxígeno político, el Gobierno pisa el acelerador para una serie de proyectos clave. El más inminente es la licitación para el dragado y balizamiento de la Hidrovía, considerado uno de los mayores negocios que el Estado puede ofrecer a compañías internacionales. A esto se suma el plan para avanzar con las privatizaciones de AySA, Aerolíneas Argentinas y la venta parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A.
Si bien el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI) ya está vigente, las propuestas concretas hasta ahora se concentraban en minería y en la explotación de Vaca Muerta (con 22 proyectos en marcha por U$S 35.500 millones). Sin embargo, el Gobierno confía en que, tras esta victoria, las compañías con capitales estadounidenses, israelíes y europeos que ya mostraron interés en las privatizaciones, avancen con sus ofertas.
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