
Esta noche el presidente Javier Milei recibirá en la Quinta de Olivos a Mauricio Macri para una cena de trabajo. Según fuentes oficiales, el menú será milanesas con ensalada, un gesto que remite al encuentro de noviembre de 2023 que marcó el inicio de la transición presidencial. La reunión, que estaba prevista para el mediodía, se reprogramó para la noche por razones de agenda. Asistirá Karina Milei; no participará el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El encuentro se produce cinco días después del triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las legislativas del 26 de octubre, cuando el oficialismo obtuvo el 40% de los votos y consolidó mayorías relativas en ambas cámaras. El objetivo es avanzar en consensos para las reformas laboral y tributaria que el Ejecutivo enviará al Congreso en las próximas semanas.
El diálogo responde también a un pedido expreso de Estados Unidos. El salvataje financiero negociado por el ministro Luis Caputo con Scott Bessent —asesor de Donald Trump—, que incluye un swap por US$ 20.000 millones, compras de deuda y créditos del Tesoro, está condicionado a la construcción de “gobernabilidad” mediante acuerdos amplios. El paquete busca estabilizar los mercados, contener la presión cambiaria y reducir la influencia china en minería y energía. En esa línea, Milei ya reunió a 20 gobernadores no peronistas para respaldar el déficit cero y la modernización laboral.
Macri llega con cierta distancia. En el seminario “Puentes: Dialogar para Construir” en Chile, sostuvo: “El PRO está más vivo que nunca y tendrá su propio candidato en 2027”. También afirmó: “Tenemos 400 dirigentes que nadie tiene; lo que no tenemos todavía es un candidato conocido para disputar, que lo obtendremos en el ’27”. Descartó competir, dijo que prioriza “apoyar ideas correctas” como la baja de impuestos y la desregulación, pero dejó entrever molestia por “destratos”: “Creí que había que apoyarlo a pesar de todo, porque las ideas del cambio las ganó él, pero nos fortaleció esta discusión eterna sobre si LLA nos mataba o no”.
Su participación en la campaña fue acotada: apoyó a Fernando De Andreis, quinto en la lista de diputados porteños por LLA, sin hacer referencia al resto ni participar en actos nacionales. En la Ciudad, el PRO consiguió 15,9% y quedó tercero, su peor desempeño histórico. En la Provincia, la alianza con Diego Santilli favoreció al oficialismo, pero el silencio de Macri fue interpretado como una estrategia de reposicionamiento autónomo, en sintonía con María Eugenia Vidal.
Milei invitó personalmente a Macri para agradecer el respaldo porteño y alinearse con la hoja de ruta promovida desde Washington. En Balcarce 50 descartan una coalición formal, aunque no cierran la posibilidad de que integrantes del PRO ingresen al Gabinete. Karina Milei y Santiago Caputo supervisan que la identidad libertaria no se diluya. “Milei cuenta con un 40% sólido; el PRO puede sumar, pero no define”, sintetizó un funcionario.
El encuentro revela un equilibrio táctico: el Gobierno busca blindar su programa de reformas con avales externos, mientras Macri preserva la autonomía partidaria con la vista puesta en 2027. Con 40% de pobreza y alta sensibilidad financiera, el diálogo aparece como condición para la estabilidad, aunque las diferencias estructurales siguen vigentes.




