El presidente ruso Vladimir Putin advirtió el domingo que una eventual decisión de Estados Unidos de suministrar misiles de crucero Tomahawk a Ucrania “arruinaría” las relaciones entre ambos países, según declaraciones recogidas por la agencia estatal rusa TASS.
“Esto arruinará nuestras relaciones, o al menos la tendencia positiva emergente en estas relaciones”, afirmó Putin en comentarios a la radiotelevisión pública rusa, refiriéndose a la potencial transferencia de los misiles de largo alcance a Kiev.
Las palabras del mandatario ruso llegan días después de que el vicepresidente estadounidense JD Vance confirmara el 28 de septiembre que Washington está evaluando proporcionar misiles de crucero Tomahawk a otros países de la OTAN para que luego sean transferidos a Ucrania. Según Vance, la decisión final sobre el asunto corresponderá al presidente Donald Trump.
Los misiles Tomahawk, con un alcance de hasta 2.400 kilómetros, supondrían un salto cualitativo importante en las capacidades militares ucranianas. En la actualidad, el arsenal de Kiev incluye el misil Neptune con un alcance de 600 kilómetros, los ATACMS suministrados por Estados Unidos con 300 kilómetros de alcance, y los Storm Shadow británicos y franceses, que alcanzan los 250 kilómetros.
Lanzamiento de los misiles Tomahawk que EEUU podría entregar a Ucrania
Putin también aludió a su discurso del jueves pasado durante la sesión plenaria del Club de Discusión Valdai, donde dijo haber ofrecido una visión honesta de la situación. “Y, bueno, cómo reaccionar a eso depende de mis contrapartes”, enfatizó el líder ruso. “Siempre soy sincero en mis discursos”, agregó.
En ese foro de política exterior, celebrado en el sur de Rusia, Putin prometió una respuesta “significativa” a lo que calificó como la “militarización de Europa”, y acusó al continente de fomentar la “histeria” para justificar un aumento del gasto militar.
“Estamos siguiendo de cerca la creciente militarización de Europa”, dijo Putin ante la audiencia del foro. “Las medidas de represalia de Rusia no tardarán. La respuesta a tales amenazas será muy significativa”, advirtió, y añadió que “Rusia nunca mostrará debilidad ni indecisión”.
El mandatario afirmó que Rusia está combatiendo contra toda la alianza de la OTAN en Ucrania y se burló del comentario del presidente Trump que calificó a Rusia como un “tigre de papel”. “Pero dado que estamos en guerra con todo el bloque de la OTAN y estamos avanzando, sintiéndonos confiados, y aún se nos llama tigre de papel, entonces ¿qué es la OTAN en sí misma?”, cuestionó Putin.
Sobre los misiles Tomahawk específicamente, Putin ya había advertido el jueves que su suministro a Ucrania “significaría un nivel completamente nuevo de escalada, incluyendo en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos”.
La reacción del gobierno ruso a la posible transferencia ha sido mixta. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, declaró que le “sorprendería” que Estados Unidos finalmente transfiriera los Tomahawk a Ucrania, y señaló que “los estadounidenses no suministran Tomahawks a todo el mundo” y que en Europa solo países como España y Países Bajos tienen acceso a ellos.
Sin embargo, Lavrov restó importancia al impacto militar potencial: “incluso si los misiles Tomahawk llegan a Ucrania, no cambiará la situación”. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que Rusia estaba “analizando cuidadosamente” los comentarios de Vance, pero sostuvo que los Tomahawks “no serían un cambio de juego”.
Según el presidente Volodimir Zelensky, la solicitud ucraniana sería gestionada mediante una venta a naciones europeas que luego los transferirían a Kiev, un mecanismo utilizado anteriormente para agilizar la llegada de armamento.
