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Sábado, 13 de septiembre de 2025

Vetos, internas y nuevos riesgos: Milei repite su juego, pero en el tablero de la derrota

Mención a:Rogelio Frigerio
El Gobierno apuesta en primer lugar a recomponer el trato con gobernadores. Es un tema complejo, que supera la división entre jefes provinciales “afines” y enemigos. Y tendrá expresión en el Congreso. Se mezclan demandas desoídas y batallas domésticas
Vetos, internas y nuevos riesgos: Milei repite su juego, pero en el tablero de la derrota

Javier Milei, al hablar por

La lista de gobernadores “afines” -según la definición oficial en el intento de recuperar dialoguistas- expone para el Gobierno dos rasgos salientes: es breve y escurridiza. Los gestos presidenciales, mínimos y lejos incluso de la limitada autocrítica prometida el domingo pasado, no logran sosegar la interna violeta y la relación con sus socios, atrapados en sus disputas. El Congreso agrega temperatura frente a la sucesión de vetos. Va terminando así la primera semana desde la elección bonaerense. Y Javier Milei repite su juego, pero lo hace en el tablero de la derrota. Ese es el dato crucial, inquietante, en el camino que todavía queda hasta el 26 de octubre.

Es bastante ilustrativo un ejemplo de estas horas sobre la fragilidad de las cuentas políticas. En el círculo de Olivos, fue celebrada la predisposición expresada desde San Juan por Marcelo Orrego apenas anunciada la intención de crear una “mesa federal” con jefes provinciales. Pero apenas un par de días después, esa consideración cambió por regusto amargo cuando el gobernador sanjuanino salió a cuestionar el veto a la ley de financiamiento universitario. Son los problemas que enfrentan las gestiones desde el repuesto ministerio del Interior y la Jefatura de Gabinete, es decir, los despachos de siempre para las negociaciones con las provincias.

El problema inicial es que el panorama de los gobernadores también registra el impacto de la elección bonaerense. Y eso supera la divisoria de aguas que plantea el Gobierno, entre jefes provinciales “afines” y opositores duros. Nunca fue estrictamente así y en estos días, menos. En rigor, la necesidad de recomponer puentes ya era evidente frente a la acumulación de derrotas en el Congreso.

Hasta ahora, fue anotado un encuentro con tres gobernadores que, a diferencia de la mayoría de sus pares, juegan en la condición de aliados efectivos para la elección de octubre en sus distritos. No extrañó entonces la decisión de asegurar un primer mensaje convocando al mendocino Alfredo Cornejo, el entrerriano Rogelio Frigerio y el chaqueño Leandro Zdero para compartir mesa en el área de Interior con Guillermo Francos, Lisandro Catalán y -no fue debut, pero sí presencia significativa- Luis Caputo.

La foto fue difundida como estreno de la “mesa federal”. No se descartan otras citas, pero parece realmente difícil una postal general con gobernadores, según coinciden voceros de provincias diferenciadas del peronismo/K y del mileismo. La presencia de los referidos gobernadores, con todo, tampoco habla de alineamiento sin matices en la perspectiva post electoral. Trascendió el reclamo sobre la “necesidad” de que el Gobierno contenga sus disputas intestinas, entre otras razones porque podrían afectar la campaña nacional y las disputas locales.

Además, no pasó inadvertido un gesto previo de los visitantes. Cornejo y Zdero viajaron a Corrientes hace dos semanas para participar de los festejos de los hermanos Valdés por el triunfo en la elección de gobernador. Allí, LLA quedó en un lejano cuarto lugar. No fue sólo una celebración de correligionarios. Frigerio expuso las felicitaciones en un tuit. Y los integrantes de Provincias Unidas, que participaron de la campaña, saludaron especialmente a su nuevo socio.

Si de un lado se anota el reducido grupo de gobernadores con alianza efectiva en sus distritos -la excepción es el caso porteño, que expone el deterioro de la relación con el macrismo-, en la otra vereda se observa al puñado de jefes provinciales del PJ más enfrentados a Milei. Por supuesto, después del triunfo del domingo pasado, se recorta Axel Kicillof, que aún enfrenta la disputa con el núcleo de CFK y La Cámpora. No son muchos: el pampeano Sergio Ziliotto, el riojano Ricardo Quintela, el formoseño Gildo Insfrán y algún aliado, según la ocasión.

Gobernadores del espacio Provincias Unidas.

Por ahora, en cambio, otros jefes provinciales del PJ hacen su propio juego, aunque fueron endureciendo posiciones frente a Milei. Esa es la señal que llega a Olivos desde Tucumán, Catamarca, Salta. Algo similar ocurre con gobernados de fuerzas provinciales, en primera línea Río Negro y Neuquén. Y de manera más armada, se mueve el grupo que integran Provincias Unidas: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz), además de Gustavo Valdés.

No le van a regalar una foto todos juntos en la Casa Rosada”, advierte un consultor de contacto habitual con gestiones de diferentes provincias. Lo explica con distintos argumentos, uno de ellos significativo: muchos de esos gobernadores, en octubre, van a competir en sus territorios con peronistas/K y LLA. Cualquier paso en el escenario nacional puede complicarlos en el plano local si quedan “pegados” a uno u otro polo. Necesitan mantener equilibrio con el poder central, pero sin acompañamiento acrítico.

Ese juego tiene impacto también en el Congreso. En lo inmediato, las cuentas se hacen pensando en la sesión convocada para el miércoles que viene en Diputados. El temario incluye en los primeros renglones dos de los tres vetos firmados por Milei esta semana: emergencia en el Garrahan y financiamiento universitario. En cambio, la ley de distribución de los ATN fue reenviada al Senado, que en las próximas horas resolverá sus pasos.

Está claro que los vetos no cierran temas, sino que le agregan capítulos de tensión. Y tienen como antecedente de valor político los números de las votaciones que transformaron los proyectos en leyes. Por ejemplo, un tema de impacto social como la emergencia en pediatría, con foco en el conflicto del Garrahan, avanzó con muy amplio margen en Diputados y dejó en el Senado un registro inusual por su contundencia: fue aprobado con 62 votos a favor y cosechó sólo 8 votos en contra, del bloque violeta y dos aliados.

El caso emparentado con este, por su cuerda sensible, es el de la ley de emergencia en el área de discapacidad. El Congreso rechazo el veto de Milei y también lo hizo con votaciones terminantes de las dos cámaras. El Gobierno deja trascender que no respetará la decisión legislativa y es posible que, por alguna vía, termine en la Justicia. Va camino a involucrar a los tres poderes del Estado.

Para completar, y con mayor potencia que antes de la elección bonaerense, la interna violeta creció, con expresiones directas desde las cercanías de Santiago Caputo contra “los” Menem y el armador Sebastián Pareja. Es un modo de exponer límite a la disputa, pero sin abandonarla. Y todo, con un agregado: tensó la relación de los amarillos bonaerenses con los jefes del armado provincial, que subordinó al PRO, cruzado a la vez por peleas no cerradas.

Con esa carga de tensiones -y de recelos y especulaciones, que rozan otra vez a Victoria Villarruel-, el foco se corre al terreno legislativo. Se verá en ese paño cómo se mueven los gobernadores. Antes, el lunes, Milei volverá a hablar por cadena nacional, esta vez para presentar el proyecto de Presupuesto. Todo indica que será también un mensaje a los mercados. Son días intensos en todos los frentes.

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