
El ingreso mensual de dólares que generó el sector energético en el primer semestre fue crucial para mantener el superávit comercial de bienes, en un contexto de fuerte aumento de las importaciones. En el marco del auge de Vaca Muerta, la “balanza de energía” podría cerrar el 2025 con un saldo positivo récord, a pesar de los bajos precios internacionales del petróleo, contribuyendo así al programa económico de Javier Milei.
Según los datos del Indec, la balanza comercial de bienes del primer semestre, que refleja la diferencia entre importaciones y exportaciones devengadas, registró un superávit de USD 2.788 millones. Este monto es casi cuatro veces menor que el correspondiente al mismo periodo del año anterior, que fue de USD 10.742 millones, una diferencia atribuible principalmente a un incremento del 34,6% en las importaciones interanuales.
La balanza comercial energética reportó para el primer semestre un saldo positivo de USD 3.167 millones, un 53% más que en el mismo lapso de 2024. Este dato se debe a una significativa reducción de las importaciones gracias al funcionamiento del Gasoducto Perito Moreno y al aumento de las exportaciones de petróleo desde Vaca Muerta, aunque estas últimas están condicionadas por un precio del barril de Brent por debajo de los 70 dólares.
“A pesar de los precios más bajos, las exportaciones de petróleo alcanzan casi 400 mil barriles diarios y aportan USD 739 millones en junio”, destacó el economista Nicolás Gadano en su cuenta de X.
El superávit comercial total acumulado sigue estando lejos de los niveles del año pasado, en gran medida debido al notable incremento del déficit en los sectores que no pertenecen ni al agro ni a la energía, según precisó la consultora LCG. “La expansión de las importaciones tuvo como principal origen Brasil (USD 9.306 M), aunque China está mostrando mayor dinamismo, casi duplicando el nivel del año anterior (92,1%)”, explicaron.
Es importante recordar que al inicio del año pasado aún se sentía el impacto de la devaluación implementada al comienzo del Gobierno de Milei, y se mantenían ciertas restricciones a las importaciones que fueron aflojándose paulatinamente. El déficit con China pasó de USD 1.020 millones en el primer semestre de 2024 a USD 5.227 millones en la primera mitad de 2025, multiplicándose por más de cinco.
Rumbo a un récord
Por otro lado, el superávit de la balanza energética podría cerrar el año en niveles récord, incluso en un contexto de precios internacionales más bajos. Se espera que el saldo sea positivo este año por más de USD 6.000 millones en los escenarios más pesimistas, mientras que en los más optimistas podría acercarse a los USD 8.000 millones.
El superávit más alto hasta la fecha fue en 2006, con un ingreso neto de divisas de USD 6.081 millones, mientras que 2024 cerró con un saldo positivo de USD 5.700, según datos recopilados por el ex secretario de Energía Daniel Montamat. En los últimos doce meses (de junio de 2024 a junio de 2025), el superávit energético superó los USD 6.500 millones.
Entre 2011 y 2023, hubo años de déficit ininterrumpido, que solo se interrumpió en 2020 debido a la pandemia, acumulando un total superior a USD 36.000 millones. Esta dinámica tuvo lugar en medio de políticas de atraso tarifario y prácticamente nula inversión en infraestructura.
“En los meses siguientes, la balanza comercial se deteriorará aún más debido a la estacionalidad histórica del segundo semestre. Sin embargo, esta situación se mitiga parcialmente por el cambio favorable en la balanza energética”, anticipó LCG.
El programa de Milei se fundamenta fuertemente en las divisas que aporta el sector energético y la minería, además del tradicional aporte del agro. La fortaleza inicial de su gestión y la apertura en las importaciones tanto de bienes como de servicios generan una fuerte demanda de divisas. Es evidente que las empresas de Vaca Muerta también contribuyen a la cuenta financiera a través de la emisión de Obligaciones Negociables (ON) y la reactivación del crédito para proyectos de infraestructura.
El último ejemplo de lo anterior fue el préstamo sindicado por USD 2.000 millones para financiar un mega oleoducto al que accedió el consorcio VMOS S.A., integrado por YPF, Pluspetrol, Pan American Energy, Pampa Energía, Vista, Chevron Argentina, Shell Argentina y Tecpetrol como socios Clase A, y por Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) como socio Clase B.