| Entre Ríos EN LOS MEDIOS NACIONALES |
Sábado, 26 de octubre de 2019

Una voz que tiene que ser escuchada (debate por agroquímicos en Entre Ríos)

Una voz que tiene que ser escuchada (debate por agroquímicos en Entre Ríos)

Hay un hilo común que conecta a la localidad de ColoniaMerou, en Entre Ríos y a Hannover, en Alemania. Aunque haya miles y miles dekilómetros de distancia ambos lugares, en los últimos días ambos fueronprotagonistas de actos de protesta de productores agropecuarios con un mensajesimilar: ser escuchados cuando se toman medidas en favor del medio ambiente.

En el caso de los productores entrerrianos, se trata de unreclamo para que la justicia provincial determine un criterio claro sobre lasdistancias mínimas a partir de las cuales se pueden hacer aplicacionesterrestres y aéreas. Un decreto del Ejecutivo provincial había establecido en100 metros para las terrestres y 500 para las aéreas, pero un juez, VirgilioGalanti, determinó que eran inconstitucionales e ilegales los artículos deldecreto que redujeron las distancias de aplicación.

Sostuvo que debía tomarse como válida la decisión delSuperior Tribunal de Justicia de establecer una distancia mínima de 1000 metrospara las terrestres y 3000 para las aéreas. Los productores entrerrianosadvierten que, de adoptarse definitivamente ese criterio, está en riesgo el 35%de la producción agrícola de la provincia ya que quedarían unas 300.000hectáreas sin posibilidad de producir. Piden que el Superior Tribunal se vuelvaa expedir. Obviamente que no solicitan “carta blanca” para aplicar decualquier forma y en cualquier lugar.

Sobre el tema, vale recordar la resolución conjunta 1/2018de los entonces ministerios de Medio Ambiente y Agroindustria sobre BuenasPrácticas en materia de productos fitosanitarios. Recomienda “especialatención sobre las aplicaciones en zonas de amortiguamiento o”buffer” adyacentes a áreas que requieren especial protección”.Y, al respecto propone a las jurisdicciones provinciales “formularrecomendaciones respecto de cómo mejorar la adopción de las buenas prácticas deaplicación de fitosanitarios” y “fortalecer los sistemas de control ymonitoreo”.

En cuanto a las distancias no fija una cantidad de metrosdeterminada sino que “los metros de retiro pueden ser de unas pocasunidades bajo ciertas circunstancias, o de unos cientos bajo otras, o puede noser necesario fijar una distancia sino restricciones fundadas en los tipos deproductos o condiciones meteorológicas”. Además, dice que “el procesode diseño e implementación debe realizarse de manera participativa y sobre labase de información científica y tecnológica relevante, disponible, adecuada yactualizada”.

Esta norma, de febrero del año pasado, contiene también unaserie de recomendaciones a municipios y provincias sobre cómo trabajar en unsistema de monitoreo y control con todas las partes involucradas. Quien quierahacer un trabajo serio tiene una referencia por dónde empezar.

En Alemania, además de Hannover, hubo protestas en otras 16ciudades con miles de productores que sacaron sus tractores a la ruta paraexpresarle al gobierno de Angela Merkel que no estaban de acuerdo con una seriede cambios recientes de la política agrícola con argumentos ambientales.”No somos contaminantes ni depredadores de animales”, fue una de lasconsignas de los productores alemanes que formaron una coalición nacionalllamada “el campo une”. Hace unas semanas hubo también una propuestasimilar en Holanda. Los productores europeos están cansados de que se los acusede ser los culpables por el cambio climático.

Las inquietudes de entrerrianos y alemanes reflejan lanecesidad de que la política pública tenga en cuenta a la producciónagropecuaria en sus decisiones. En el XXIV congreso de Aapresid, realizado en2016, un senador norteamericano por el Estado de Nebraska, John Kuhen, hablabade la necesidad de establecer una norma para asegurar el “derecho aproducir”, para que las medidas de protección ambiental tengan basecientífica. ¿Habrá que discutir también ese derecho?

Hoy la preocupación por el cuidado del medio ambiente estáen el tope de la agenda pública, aunque en la mayoría de los casos conargumentos contradictorios. Para la clase política es más fácil inclinarse porquien presenta el argumento más emocional posible que por quien recurre a lasevidencias técnicas. El atajo de la decisión demagógica está siempre a mano. Lavoz de la producción tiene que ser escuchada.

Déjanos tu comentario: