La niña iba con su mamá y un tío por calle Los Ceibos cuando, al llegar a la intersección con 1 de Mayo, empezó a caminar por el espacio verde que separa la vereda de la calzada. Fue ahí, y en un instante, que Regina desapareció de la vista de sus familiares: había pisado una tapa de registro de la red cloacal floja, que giró con su peso, y cayó a un pozo oscuro y profundo. Tras el paso de su cuerpo, la base de hierro volvió a su lugar, se cerró.
Elena da gracias por haber estado tan cerca, ya que enseguida se lanzó hacia la tapa, la abrió y con ayuda de su hermano, ingresó hasta el fondo.
“Estaba todo oscuro, no se veía nada en el pozo. Yo me tiré, desesperada porque tuve miedo que hubiera agua y que corriera con fuerza y se la llevara. Y donde toqué había como un acolchado de hojas o mugre”, relató Elena. Enseguida dio con Regina, que “no sabía lo que le había pasado”.
Mientras, un hombre que pasaba por la esquina en su camioneta, se detuvo al ver los movimientos y fue él quien trasladó a Elena y a la nena al centro de salud de la zona.
Al final, el accidente provocó sólo un raspón en el abdomen de la niña, pero dejó miedo y bronca en la familia Ramírez.“Es que fue con suerte. Pero pienso: si la picaba un alacrán, o si el pozo hubiese estado lleno de líquidos o si, en un descuido no la veíamos que caía ahí”, apuntó ayer la mamá todavía impresionada.
Con esos planteos, ayer Elena llamó por teléfono y luego fue directamente hasta la Dirección de Obras Sanitarias Municipal. Contó que relativizaron la posibilidad de que el peso de la nena –unos 15 kilos– haya alcanzado para inclinar la pesada tapa. Ante la denuncia de la señora, el área enseguida colocó una especie de vallas, indicando peligro, en la boca de registro en cuestión y en otra ubicada enfrente. Elena mostró la facilidad con que la tapa se inclina. Con una leve presión, la base de hierro gira y deja al descubierto el hueco, por donde apenas corría un hilo de líquido en el fondo. En cuanto a la profundidad, la mujer calculó que tiene unos dos metros: “Yo, parada y con las manos levantadas, no llegaba a tocar los bordes de la tapa”. Por último, confesó que no puede dejar de pensar en lo que hubiera podido ocurrir, se mostró preocupada por el riesgo que implica para los chicos que a diario transitan la zona cuando van a la escuela y dijo que ha recordado en estas horas los casos de chicos que han caído y perecido en un pozo. (Fuente: El Diario)