
Se cumplieron 75 años cuando en 1949, el hoy Museo de Arte Popular “José Hernández” incorporaba a su patrimonio la colección de Carlos Daws, salvada de la dispersión por el intendente Emilio P. Siri. El año anterior el funcionario había convocado a un grupo de especialistas para debatir el perfil de los museos, aunque en minoría aceptó la propuesta de darle el nombre del autor del Martín Fierro, con una biblioteca de folklore y orientarlo a estas cuatro categorías: arte indígena, arte popular de la colonia, arte popular argentino y motivos argentinos, en tiempos de la dirección de Rafael Jijena Sánchez.
En ese ámbito desarrollaba sus reuniones sociales la Asociación Folklórica Argentina, fundada en 1937, que editaba un magnífico boletín y contaba entre sus socios con figuras representativas como Cesáreo Bernaldo de Quirós, Alberto Güiraldes, Alejo González Garaño, Ricardo Rojas, Emilio Solanet, Carlos Vega, Emilio Solanet, Florencio Molina Campos, Justo P. Sáenz (h) y Carlos Guillermo Daws.
Este último, nacido en Buenos Aires el 2 de mayo de 1870, era nieto de Guillermo que había llegado a Buenos Aires en 1825 entre los colonos que dirigían los Beaumont, era ebanista y propietario de una funeraria, que se casó con una criolla Tránsito Córdoba; matrimonio del que nació en 1845 Guillermo, tenedor de libros, que se casó con Elena Frances Frampton de su misma edad. Después de cursar sus estudios Carlos Guillermo ingresó como empleado en la contaduría del Ferrocarril del Oeste, a pocas cuadras del que habría de ser su domicilio desde 1890 a su muerte, en Valentín Gómez 3071.
Con los primeros ahorros de su sueldo, empezó a formar una colección de piezas criollas de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, con la colaboración de su esposa doña Ernesta Mezzadra que fueron el origen del “Museo familiar gauchesco” que fue ocupando todos los ambientes de la residencia, y un lugar de múltiples actividades sociales y culturales. El dueño de casa se dedicaba a estudiar las piezas que compraba y formado un centro dedicado a exaltar el criollismo que llamó “El Fogón”.
Con el correr de los años su colección alcanzó 2500 piezas, en su mayoría de platería; 250 mates de plata y oro, estribos, espuelas, rebenques, dagas, facones, cabezadas, frenos, arreadores, pretales y recados. No faltaban diversos objetos en otros materiales, como asta, cuero, vidrios; guitarras, armas, lanzas, prendas de vestir, ponchos, boleadoras, marcas de ganado, pavas, púas para gallos de riña, que despertaron la atención de las publicaciones de la época. Estudioso de esta temática, además de una biblioteca importante, guardaba recortes de diarios en grandes libros de contabilidad, fotografías, además de una valiosa correspondencia con muchos de los personajes que hemos mencionado y estuvieron en la fundación de la Asociación Folklórica Argentina. El Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades en octubre de 1936 lo designó miembro de número.
Falleció el 28 de mayo de 1947 de una hemorragia cerebral, y fue sepultado en el cementerio Británico de Buenos Aires. Para entonces, ya había muerto su mujer Ernesta Mezzadra, el 14 de marzo de 1941, y fueron sus sobrinos Ernesto y Ester Mezzadra, sus herederos, a quienes se debe reconocer también el desprendimiento de no dispersar tan valiosa colección.
A 75 años de la adquisición de este conjunto, casi como un homenaje a Daws vino a ser exhibida en el Museo que la preserva; y lo hace con la de otro reconocido coleccionista Oscar Collazo, que replica el camino trazado por don Carlos. Plateros de la fama de Cándido Silva, hasta ignorados artesanos, fueron los creadores de esos pretales, riendas, fiadores, estribos, espuelas, rebenques, rastras, jarros, dagas, riendas, pretales, mates, bombillas, sahumadores, ponchos, con diversidad de técnicas y estilos que abarcan desde el Virreinato (1776) a comienzos del siglo pasado; como bien se dijo en la inauguración dos colecciones, dos personas de tiempos diferentes que se unen de algún modo a dialogar piezas de momentos tan distintos.
“Feliz encuentro entre lo público y lo privado” como lo destacó Felicitas Luna, la directora del Museo, la muestra fue curada por Segundo Defferrari, Roberto Vega Andersen y Horacio Torres, y, como ya consignó este espacio, puede visitarse hasta el 28 de este mes en Av. del Libertador 2373, Capital Federal