
POSADAS, Misiones.- El aserradero Linor SRL, ubicado en la localidad misionera de Azara, enfrenta una crisis que lo ha llevado a suspender el pago de salarios desde hace un tiempo, debido a una drástica disminución en las ventas y a problemas sindicales. En un video que se ha difundido en las redes sociales, Juan Carlos Lorenzo, propietario de la empresa que llegó a contar con 300 empleados, comunicó a un grupo de trabajadores que la situación es crítica y que está a punto de tomar la decisión de cerrar la planta.
"Si no trabajan, van a cobrar cuando esto vaya a remate", les aseguró Lorenzo, en respuesta a uno de los obreros que expresó que "sin cobrar, no hay ganas de trabajar". En las imágenes, se puede observar al empresario visiblemente afectado, intentando persuadir a sus operarios para que mantengan la calma y continúen trabajando hasta encontrar una salida viable.
Linor SRL se dedica a la producción de pallets, las plataformas de madera utilizadas para el transporte y almacenamiento de mercancías. Además, cuenta con una empresa de logística, Transportes Lorenzo, que se ocupa de la parte operativa de su producción. La planta está situada en las afueras de Azara, sobre la ruta provincial 1, cerca del límite con Corrientes. En su historia, Linor también fabricó kits para ensamblar en diferentes fábricas, e incluso llegó a exportar estos productos, que tienen un bajo valor agregado.
"La empresa tiene alrededor de 20 años de trayectoria, presenta un patrimonio significativo, y cuenta con una amplia cartera de clientes", comentó Ronald Vera, consultor en proyectos de inversión en la industria forestoindustrial.
Fuentes de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (Apicofom), que agrupa a los aserraderos del sur de Misiones y el norte de Corrientes, de la cual Linor SRL es parte, afirmaron que las demandas sindicales excesivas también han contribuido a la crisis de la firma. La situación de Linor SRL, según indicaron referencias de la industria maderera de la región, considerada una de las más relevantes del país, no es solo un reflejo de una mala gestión empresarial, sino que se inserta en una crisis que afecta a numerosas empresas del sector en Misiones y Corrientes.
Apicofom emitió un comunicado el 1 de abril pasado, alertando que el sector de los aserraderos atraviesa "uno de los peores momentos de su historia, poniendo en riesgo empleos y empresas". La caída en la actividad del sector de la construcción y del consumo masivo ha tenido un fuerte impacto, sumado al retraso cambiario que ha limitado las exportaciones y ha forzado a los grandes jugadores del sector a volcarse al mercado interno, dejando a los más pequeños en una situación complicada.
"Los problemas no son exclusivos de Linor; otras industrias dedicadas a la fabricación de pallets también están enfrentando dificultades. La disminución del consumo ha llevado a muchas multinacionales a suspender sus compras. Los contratos para pallets suelen ser a seis meses", aclaró Vera.
Recientemente, la industria maderera de Misiones y Corrientes afirmó que opera "al 40% de su capacidad instalada". Dentro del negocio del aserrado, los productos de madera sólida se agrupan en diferentes categorías. La primera se utiliza para muebles y aberturas, la segunda para construcción, y la tercera, que se destina a pallets y otros usos menos estéticos, es la que está más afectada en este contexto.
"Juan Carlos Lorenzo es un empresario destacado, y su empresa llegó a emplear a 300 personas. La influencia de Linor en la zona es considerable, y su cierre tendría un impacto grave, comprometiendo a otros aserraderos en Misiones y Corrientes", afirmó Guillermo Fachinello, presidente de Apicofom.
"Los aserraderos medianos y pequeños se encuentran en una encrucijada. Desde hace más de 18 meses, la construcción está prácticamente paralizada. Los rollos y tablas acumulados carecen de salida, y la esperanza de exportar se desvanece ante la obsolescencia de la tecnología", agregó Marcelo Torrisi, consultor de negocios forestales.
"La tasa de rechazo y retrabajos está en aumento, se pierde eficiencia y, contra toda lógica, se produce más para compensar la caída en las ventas, además de no tener la escala necesaria para satisfacer los volúmenes requeridos por los importadores de madera", indicó Torrisi. "El mercado interno, saturado por esa misma oferta, presiona los precios a niveles críticos. Actualmente, los márgenes brutos caen por debajo del 10%, una cifra que, en muchos casos, reduce la rentabilidad a niveles mínimos, mientras que los costos de producción—energía, flete e insumos industriales—aumentan", destacó el exgerente de Forestadora Tapebicuá, del Grupo Celulosa.
Recientemente, Celulosa, considerada una de las industrias más prominentes del sector en el país, anunció a sus inversores una reestructuración de su deuda y la búsqueda de compradores o nuevos socios ante la significativa caída en sus ventas y las perspectivas adversas del negocio. Los tres principales accionistas, Douglas Albrecht, José Urtubey y Juan Collado, incluso vendieron parte de su participación en la Bolsa para aportar liquidez a la empresa.