
Un incendio y un corte de energía ocurrido la semana pasada en el oeste de Canadá tuvo un origen excepcional. Según informaron los bomberos del municipio de Ashcroft, un pez cayó sobre una línea eléctrica y causó el incidente.
El fuego se inició a unos seis kilómetros al sur de la localidad, y tras la investigación del Departamento de Bomberos de Ashcroft, se determinó que el pez fue soltado por una águila pescadora en pleno vuelo. Al impactar contra el tendido eléctrico, generó chispas que encendieron la hierba seca en el suelo.
“Una rápida pesquisa reveló la causa del incendio. Se estableció que fue un pez”, comunicaron los bomberos en una publicación en redes sociales. “Sí, leíste bien, el pez tuvo un viaje increíble”, agregaron, junto con imágenes del animal carbonizado sobre el terreno ennegrecido.
El río más cercano al lugar del incendio se sitúa a tres kilómetros, por lo que los investigadores descartaron que el pez hubiera llegado de forma natural. Las autoridades concluyeron que una águila local atrapó al pez en el río, pero lo soltó accidentalmente por agotamiento o por el tamaño de la presa, en un momento de altas temperaturas.
“Otra hipótesis podría ser que está cansado del pescado crudo y deseaba probarlo cocido”, ironizó el Departamento de Bomberos en un tono humorístico. Según el informe, el ave no sufrió heridas durante el incidente. “Verificamos que el principal sospechoso no presentó lesiones”, aseguraron los bomberos.
El impacto del pez sobre la línea de alta tensión provocó chispas que cayeron sobre la vegetación seca, desatando un foco de incendio que fue controlado por los servicios de emergencia con el apoyo de ganaderos locales.
En total, se utilizaron aproximadamente 18.000 litros de agua para extinguir las llamas. No se reportaron daños materiales significativos ni personas afectadas.
El incidente también ocasionó un breve corte del suministro eléctrico en Ashcroft. El servicio fue restablecido rápidamente, según informaron las autoridades locales.
Aunque inusual, el hecho fue registrado en los informes oficiales como un incendio provocado por un objeto animal en contacto con infraestructura eléctrica, una categoría que abarca sucesos extraordinarios como este.
El caso ha sido utilizado por las autoridades para ilustrar cómo factores inesperados pueden desencadenar emergencias, especialmente en contextos de alto riesgo de incendios forestales, debido a la sequedad del terreno y las altas temperaturas.
La zona donde ocurrió el fuego, en el interior semiárido de la provincia de Columbia Británica, presenta condiciones propensas a este tipo de incidentes durante el verano. Ashcroft, en particular, ha sido escenario de incendios estacionales en años recientes, aunque pocos tan singulares como el que se inició con un pez volador y terminó con una línea eléctrica comprometida.
Las autoridades agradecieron la rápida intervención del equipo de bomberos y recordaron la importancia de reportar de inmediato columnas de humo u otras señales de fuego, independientemente de su posible origen.
El incidente, ampliamente comentado en redes sociales, se convirtió en un ejemplo llamativo de los desafíos que enfrentan los equipos de emergencia ante eventos que combinan fenómenos naturales, infraestructura crítica y condiciones climáticas extremas.
(Con información de AFP)