
Podía ser un gran día, y lo fue. Para los violetas. El desenlace del plebiscito a la gestión mileísta sorprendió por su contundencia y por su implantación territorial. En la elección de diputados nacionales, el logo morado con el águila en vuelo se impuso en quince de los veinticuatro distritos, entre ellos el más poblado, el bonaerense. En las ocho provincias que elegían senadores, el novel partido fundado por Javier Milei ganó en seis: CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Salta y Tierra del Fuego. El debut de la Boleta Única de Papel (BUP) dejó al peronismo golpeado y lleno de preguntas: disparó un nuevo período de tensión interna, que recién empieza, con múltiples pases de factura por cobrar. El campo de batalla será la provincia de Buenos Aires, y las primeras señales se vivieron anoche en el breve acto de aceptación del resultado realizado frente al hotel Grand Brizo de La Plata.
Cuando el avance del escrutinio mostró que Jorge Taiana quedaría en segundo lugar (aunque por un margen exiguo, apenas 0,54%), candidatos y dirigentes de Fuerza Patria aparecieron sobre el palco instalado en la avenida 51, frente al Teatro Argentino. Milei, en ese instante, terminaba su discurso desde otro hotel, el Libertador de la avenida Córdoba, el mismo que le facilitó el magnate Eduardo Elsztain antes de arrancar su gobierno. La sorpresa de las urnas había cambiado los planes del peronismo, que para el caso de un triunfo tenía preparada una progresión de discursos que arrancaría con Máximo Kirchner como titular del PJ bonaerense, Verónica Magario como vicegobernadora, Taiana como primer candidato y Axel Kicillof como titular del Ejecutivo y en cierto modo anfitrión. Al final -lo transmitieron en vivo todos los canales- habló únicamente el gobernador.
Cuando Kicillof se movió hacia la tarima con el micrófono más el logo de Fuerza Patria, Magario se acercó para acompañarlo: se quedó a su lado. En el palco, más atrás, observaban la escena algunos de los diputados nacionales electos. Eran el propio Taiana, Jimena López, Vanesa Silley, Sergio Palazzo y Juan Grabois. La postal se completaba con Máximo Kirchner y Sergio Massa, también arriba del escenario. Ambos miraban directo al frente, hacia la multitud que ocupaba unos setenta metros entre banderas, vallados y dos pequeñas tribunas montadas en diagonal, sobre las veredas. La participación de Massa había sido rápidamente festejada por un grupo que portaba banderas del Frente Renovador (FR). “Olé olé olé/ Sergiooo/ Sergiooo”, corearon cuando Kicillof estaba por empezar. Fue el primer cantito de una noche en la que, a diferencia del 7 de septiembre, hubo algo así como un duelo de consignas.
Si los seguidores de Massa se anticiparon con las vivas al último candidato a presidente, el axelismo no tardó en contestar. Coló su mensaje en el segundo cantito de la noche: “el futuro/ el futuro/ el futuroooo, es con Axel Kicillof”, corearon. El desafío se escuchó con nitidez en las inmediaciones del palco. La tercera consigna, estrenada años atrás, supo acompañar las movilizaciones que repudiaban y exigían justicia por el intento de magnicidio contra CFK. “Che gorila/ no te lo decimos más/ si la tocan a Cristina/ qué quilombo se va a armar”, cantaron manifestantes que seguían los acontecimientos desde la intersección con calle 10. El revival sonó luego de que Kicillof mencionara a la titular del PJ para reconocer esfuerzos y aportes de campaña: “Quiero agradecer también a una persona que esta injustamente detenida, a Cristina Fernández de Kirchner”, había sido la frase del mandatario provincial.
Detalles del folclore de cualquier acto, los cantitos fueron también mensajes cifrados que mostraron apenas una parte de los debates que se vienen. Discusiones por la recomposición del espacio, por la titularidad del PJ provincial (cuyos plazos están próximos a vencer), por la estrategia para la presidencial de 2027: en fin, por el liderazgo. Por las candidaturas. Por la conducción. Único orador en una jornada incómoda, Kicillof no dejó de mencionar un tema que será -ya lo es- objeto de controversia: el desdoblamiento de las elecciones provinciales. “Luego del 7 de septiembre, donde el pueblo de la provincia se pronunció, el gobierno se fue a EEUU a pedirle auxilio y apoyo al gobierno norteamericano, al presidente Trump y a esos fondos de inversión que han tocado suelo argentino”, dijo. Y entonces advirtió: “Ni el gobierno norteamericano ni el JP Morgan son sociedades de beneficencia. Si vinieron a la Argentina es para llevarse un lucro, para poner en riesgo nuestros recursos”.
La mención a Trump y al mayor banco estadounidense fue recibida con otro cantito. “La patria no se vende/ la patria no se vendeeee”, se escuchó entonces. Es un lema utilizado en protestas sindicales y de rechazo a la enajenación de empresas públicas, cuestión que promete ganar centralidad tras el recambio legislativo. El consultor Raúl Timerman (La Sastrería) contó a Tiempo que hace un año esa frase despertaba una aceptación que trascendía al electorado peronista o de oposición abierta a Milei. Lo detectó en estudios cualitativos. Otro momento que despertó reacciones visibles y contrapuestas ocurrió cuando el gobernador agradeció a “los intendentes e intendentas de la provincia de Buenos Aires por cuidar a su gente”: hubo aplausos en los palcos, pero detrás suyo Máximo se acomodó la camisa, levantó las cejas y evitó aplaudir. En el PJ bonaerense se perfila un debate sobre si los intendentes se involucraron -y con cuánto entusiasmo o recursos- en la suerte de la lista de Taiana.
La polémica, en ese punto, tiene bandos encontrados. Lo mismo el desdoblamiento de los comicios. Una muestra anticipada de la discusión quedó a la vista en los comunicados que ayer mismo -entre las 19 y las 21- hicieron circular varios municipios, entre ellos La Matanza y Quilmes. La comuna del alcalde Fernando Espinoza difundió que la lista encabezada por Taiana se había impuesto entre los matanceros por 52% a 31% y con una participación electoral superior a la del 7 de septiembre: “Votó el 68% del padrón y el mes pasado había votado el 65%.” En tanto, desde el municipio de la camporista Mayra Mendoza notificaron que Fuerza Patria había superado en Quilmes el 47% de los votos, “con una diferencia cercana al 10 por ciento respecto a la segunda fuerza”.
La pregunta sobre la capacidad real a la hora de traccionar votos por parte de los intendentes se superpone con otros puntos en cuestión: se trata de datos, números inapelables surgidos del escrutinio oficial. En la elección desdoblada del 7 de septiembre en PBA hubo expresiones de centro o de centroderecha por fuera de La Libertad Avanza que presentaron candidaturas en distintas secciones electorales: el caso más claro fueron los hermanos Manuel y Santiago Passaglia de San Nicolás. Ayer, en cambio, hubo una enorme polarización entre mileísmo y peronismo, lo que desdibujó al máximo cualquier otra expresión que no fuera LLA. El oficialismo nacional logró encolumnar a votantes acaso preocupados por la posibilidad de un retorno del PJ kirchnerista, o por un imprevisible estallido financiero -un siniestro ‘lunes negro’- si EEUU le soltaba la mano a su estrafalario aliado del sur.
Otra novedad que puede haber perjudicado a Fuerza Patria fue la participación de dos listas que, como tales, no habían formado parte de la elección del 7 de septiembre. Una de ellas fue Unión Federal, que ayer postuló como primer candidato a diputado nacional a su ideólogo y gestor, el intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray. Integrante del PJ bonaerense, Gray se sintió parte de Fuerza Patria en los comicios desdoblados de hace un mes: allí, en su carácter de alcalde de una comuna, presentó postulantes al Concejo deliberante. Este 26 de octubre, en cambio, se desentendió de la lista ‘oficial’ y organizó otra. Dijo estar en desacuerdo con la incorporación de Juan Grabois y de Taiana; objetó también una presunta “falta de territorialidad” por la no presencia de intendentes en la grilla de candidatos.
Unión Federal obtuvo finalmente 0,89 por ciento de los votos (78125 votos). La diferencia que hubiera necesitado Fuerza Patria para alcanzar a LLA terminó siendo de solo 46.600 sufragios, según datos del escrutinio oficial y con el 99% de las mesas escrutadas. Anoche, cuando la gente se empezaba a ir del búnker platense, un dirigente de la PBA con responsabilidades de gestión problematizaba el efecto del desplante de Gray: “Así como lo contuvieron para el 7 de septiembre, se desentendieron de él ahora”, reprochó en una crítica por elevación a quienes armaron -la propia Cristina entre ellos- la nómina de diputados.
Otra innovación electoral que puede haber afectado al peronismo es el desembarco de Santiago Cúneo como candidato en PBA: con un partido ignoto, Nuevo Buenos Aires, el histriónico influencer de cuño nacionalista reunió 116.670 votos (1,34%). En cuanto a la discusión sobre si convenía el desdoblamiento o hubiera sido mejor mantener las elecciones concurrentes (elecciones nacionales y locales el mismo día), desde el gabinete de Kicillof ratificaron la posición: “Al desdoblar pudimos salvaguardar la Provincia. Si manteníamos todo unificado en octubre, como siempre tracciona lo nacional, hubiéramos perdido mucho en la Legislatura y en los Concejos Deliberantes. Estuvo bien lo que hicimos”, fue el argumento. Desde La Cámpora y el cristinismo tienen en ese punto posturas antagónicas: las creen validadas por el resultado de ayer.
La crisis del peronismo volvió a quedar a la vista. En la catarsis por la derrota habrá lugar para ucronías y planteos contrafácticos (el sambenito de “¿qué hubiera pasado si se hacía lo que yo dije?”). Un partido que hizo de su lógica movimientista, de su voluntad de poder y su búsqueda por construir mayorías un rasgo histórico de su ADN parece acostumbrarse a identificaciones culturales o contraculturales en las que ganar o perder no resulta tan importante: los resultados, sin embargo, afectan millones de vidas. Mientras tanto, una serie de preguntas pendientes aguardan -quizá hasta acechan- a sus dirigentes: ¿por qué los votantes de 14 provincias, que componen un electorado indiscutiblemente policlasista, prefirieron la propuesta violeta del equilibrio fiscal con mega-endeudamiento, profundización del ajuste y tutelaje de EEUU?




