
Los vaivenes en el mercado internacional vuelven a centrar la atención en Chicago, plaza de referencia mundial para los granos. El nuevo acuerdo comercial entre China y Estados Unidos reconfiguró el escenario global y, según analistas, podría tener efectos contrapuestos para la Argentina.
“El acuerdo entre China y Estados Unidos debería ser alcista para Chicago y neutro para Argentina”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Estados Unidos recuperaría demanda de exportación, de allí la suba en Chicago; pero esa demanda se perdería sobre Sudamérica, por lo que la prima debería bajar y compensar a la baja. Sin embargo, ambos mercados muestran subas, aunque las recientes más fuertes en Chicago”, destacó.
El entendimiento entre China y Estados Unidos reconfigura el tablero global. Daniel Torok – White House
Días atrás, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, afirmó que China acordó comprar 12 millones de toneladas de soja norteamericana durante la temporada actual, hasta enero, y además se comprometió a adquirir 25 millones de toneladas anuales durante los próximos tres años como parte de un amplio acuerdo comercial con Beijing.
Según Romano, la guerra comercial no es el único factor que influye en los precios internacionales. “En el plano local, el período de Derechos de Exportación (DEX) cero dejó un plus en los mercados, tanto en el disponible como en la posición nueva”, añadió.
En el caso de Estados Unidos, el ratio stock/consumo proyectado para la campaña 2025/26 podría elevarse del 6,9% al 11,6% si se concreta el acuerdo de comercio por 12 millones de toneladas. “Un pequeño ajuste a la baja en los rindes podría no solo balancear el impacto de menores exportaciones a China, sino incluso reducir los stocks”, señaló Romano.
Romano advirtió sobre la presión logística en la Argentina en los próximos meses: “Habrá que ver si la capacidad portuaria alcanza para soportar el ritmo de embarque de poroto de soja con destino a China, mover la cosecha de trigo y recibir el poroto comprado junto con los buques que deben cargar harina de soja. Todos comparten la misma infraestructura”. Marcelo Manera – LA NACION
En cuanto al maíz, el acuerdo no incluyó compromisos específicos, pero la demanda se mantiene firme. “Ante la falta de datos oficiales, el mercado supone que Estados Unidos tuvo algo menos de maíz disponible, y que sus exportaciones siguen activas gracias a precios bajos, lo que lentamente empuja una recuperación”, explicó el especialista.
En la Argentina, la siembra de maíz 2025/26 avanzó al 35% del área estimada de 7,8 millones de hectáreas, con uno de los mayores porcentajes de maíz temprano de los últimos tiempos. “El promedio histórico es del 27%, por lo que este volumen de siembras tempranas podría ser bajista para los precios”, advirtió Romano.
Por otro lado, las lluvias continúan favoreciendo el desarrollo de los cultivos, aunque generan complicaciones en la provincia de Buenos Aires. “El nordeste bonaerense es la zona más afectada, donde los anegamientos impidieron implantar todo el maíz temprano y ahora hay que ver si las condiciones permiten hacer soja o maíz tardío”, detalló.
En cuanto a la comercialización, el experto señaló que las ventas de maíz de los productores “están en niveles normales para esta época del año, pero con fuerte atraso acumulado: 52% contra un promedio histórico del 62%”.
Parte de ese maíz podría destinarse al consumo interno, aunque “quedaría mucho grano en manos de productores que pasaría de campaña, lo que se suma a la producción récord esperada”.
Por último, Romano advirtió sobre la presión logística que podría enfrentar la Argentina en los próximos meses. “Habrá que ver si la capacidad portuaria alcanza para soportar el ritmo de embarque de poroto de soja con destino a China, mover la cosecha de trigo y recibir el poroto comprado junto con los buques que deben cargar harina de soja. Todos comparten la misma infraestructura”, concluyó.



