
El debate sobre la presión tributaria al campo vuelve a instalarse en Córdoba. Mientras el Poder Ejecutivo provincial se prepara para presentar el Presupuesto 2026, una de las principales incógnitas es qué ocurrirá con el Impuesto Inmobiliario Rural tras el aumento del 174% aplicado este año.
En ese marco, un informe del ingeniero agrónomo Néstor Roulet, productor agropecuario y exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), examina en detalle la carga impositiva que afronta el sector agropecuario cordobés y advierte que el campo aporta mucho más de lo que suele reconocerse.
“El objetivo de este trabajo es aclarar algunas afirmaciones sobre el aporte del campo en los impuestos provinciales y buscar soluciones concretas a la problemática de infraestructura rural”, explicó Roulet en su estudio titulado Impuestos al campo en la provincia de Córdoba.
Según el especialista, aunque muchas veces se afirma que el campo no paga Ingresos Brutos, la realidad es distinta. “La provincia de Córdoba cobra Ingresos Brutos a todas las cadenas de bienes y servicios que son proveedoras de la producción agropecuaria”, señaló.
En otras palabras, si bien el productor no lo abona directamente, este impuesto “se encuentra incluido en el precio final que paga la producción”, ya que cada eslabón lo traslada al siguiente en la cadena.
El experto señaló, por ejemplo, que la venta mayorista de agroquímicos tributa 3,5% y la minorista 3%, lo que, acumulado en cada etapa, repercute de forma notable en el precio final que paga el productor DIEGO LIMA – DIEGO LIMA
Roulet recordó que los Ingresos Brutos, a diferencia del IVA, “son plurifásicos y acumulativos”, lo que incrementa el costo final de los insumos y servicios rurales. Por ejemplo, la venta mayorista de agroquímicos tributa 3,5% y la minorista 3%, lo que, sumado en cada etapa, impacta de manera considerable en el precio que termina pagando el productor, indicó.
En su análisis, el ingeniero calculó el aporte del sector para los tres principales cultivos de la provincia: soja, maíz y trigo. Solo por este concepto, el agro cordobés deja en Ingresos Brutos más de $470.000 millones, de los cuales la soja aporta unos $206.800 millones, el maíz $193.600 millones y el trigo $69.600 millones; considerando insumos, labranza, cosecha, fletes y alquiler. “Estos montos surgen del último eslabón de la cadena de bienes y servicios, sin considerar la acumulación impositiva de los eslabones previos”, aclaró.
A ese monto, Roulet sumó los aportes indirectos de la lechería y la ganadería, que se estiman en $52.800 millones y $42.182 millones, respectivamente. Entonces, en total, el campo cordobés contribuye con unos $565.000 millones en concepto de Ingresos Brutos, lo que representa el 21% de la recaudación total de la provincia por este impuesto que es de $2.614.328 millones, precisó el experto.
De acuerdo con su estudio, el peso del impuesto provincial sobre la producción agropecuaria es tan alto que “el campo paga el doble por Ingresos Brutos que por el Inmobiliario Rural ($256.000 millones)”. En números: el primero representa el 69% de los tributos que salen del sector hacia la provincia, mientras que el inmobiliario explica el 31%. El total de estos dos impuestos es de más de $821.140 millones.
Roulet señaló que, si bien el 98% del Impuesto Inmobiliario va al Fondo de Desarrollo Agropecuario (FDA), la gran pregunta es si ese fondo alcanza para cubrir las necesidades (en caminos, saneamiento, seguridad) que tiene el sector rural Diego Lima – LA NACION
En este escenario, Roulet dijo que, si bien el 98% del Impuesto Inmobiliario va al Fondo de Desarrollo Agropecuario (FDA), la gran pregunta es si ese fondo alcanza para cubrir las necesidades (en caminos, saneamiento, seguridad) que tiene el sector rural.
Remarcó que no hay que olvidarse que los caminos rurales son de los años 1940 y 1950 y la producción de leche, carne y granos de 2025. “A esto hay que sumarle el cambio de clima, donde las últimas lluvias produjeron muchos daños, convirtiéndolos intransitables”, enfatizó.
Por último, afirmó que “este fondo tiene un aporte agotable, donde no se puede subir constantemente el inmobiliario y las necesidades son inagotables”. “¿No será momento de tener en cuenta el aporte del campo a rentas generales a través del Impuesto de Ingresos Brutos?“, cerró.




