
El análisis de los mercados y del trading internacional siempre consideró los fundamentos de cada producto según sus países productores y exportadores. También resulta clave el análisis técnico; en este ámbito es muy sólido, con varias décadas de estadísticas, como la base de datos que posee el Chicago Mercantile Exchange (CME).
Volviendo a los fundamentos, este año el mercado internacional se vio afectado por múltiples factores simultáneos que complicaron un análisis preciso y, aún más, la predicción de la tendencia futura de los precios. El año comenzó con aranceles impuestos por Estados Unidos a casi todos los países, lo que distorsionó los flujos y las rutas comerciales de los principales commodities. Las respuestas de distintos países se fueron acomodando a las exigencias de Estados Unidos, impactando en el comercio y en la demanda de productos agrícolas estadounidenses.
Otro factor ha sido el conflicto entre China y Estados Unidos, en el caso específico del mercado de la soja. China ya había decidido, a comienzos de 2025, dejar de importar soja estadounidense, y la demanda se concentró en las exportaciones de soja de Brasil y, en menor medida, de la Argentina. La Argentina aumentó este año sus exportaciones de soja a 12 millones de toneladas, siendo China el principal mercado de nuestras exportaciones de poroto. Esta mayor demanda de soja por parte del gigante asiático restó oferta y volumen de soja para abastecer a la industria aceitera de nuestro país. En consecuencia, la molienda de soja se ha visto resentida por el menor volumen de oferta en el mercado disponible, afectando la producción de harina y aceite de soja.
Cosecha de trigo en Rusia (AP Photo/Vitaly Timkiv, File)
El conflicto del Mar Negro sigue vigente, con ataques permanentes a Ucrania por parte de Rusia. Estos dos países en conjunto son los principales exportadores de trigo del mundo y, en el caso de Ucrania, el cuarto exportador mundial de maíz. Aquí aparecen entonces nuevos fundamentos para el análisis, de muy difícil predicción en el corto plazo, pero Chicago ya tomó nota de este conflicto y su impacto está incluido en el precio. Sin embargo, esto no quita que, al continuar los ataques de Rusia, vuelvan a tener impactos negativos en los flujos comerciales y las exportaciones del Mar Negro.
Para agregar nuevos fundamentos que influyen en los mercados, en este caso para la Argentina, debemos mencionar la incertidumbre política, económica y cambiaria que sufrió el país durante todo 2025: cambios en las alícuotas de las retenciones a la exportación a principios del año en forma temporaria; la primavera de septiembre con retenciones cero, que provocó la mayor liquidación de divisas para un mes, de US$ 7100 millones; la última medida del Gobierno de bajar las retenciones en dos puntos en forma permanente; y, muy recientemente, el ajuste de las bandas del tipo de cambio en función de la inflación de dos meses atrás. Todo esto en forma muy resumida, y seguramente hubo otras medidas que el Gobierno aplicó, siempre teniendo como objetivo sus dos promesas de campaña: bajar la inflación y reducir la inseguridad.
En este mar de incertidumbre les tocó navegar a los productores y, más allá de las medidas y anuncios del Gobierno, el productor sigue aplicando la misma estrategia en función de su cultura: vender lo mínimo posible para cubrir sus compromisos y sentarse sobre el grano sin vender, esperando una mejora en los precios del mercado.




