Domingo, 14 de septiembre de 2025   |   Internacionales

Ucrania respalda a la OTAN tras incursiones de drones rusos en Polonia y Rumania

El presidente Volodimir Zelensky advirtió que Vladimir Putin “está estudiando cómo extender la guerra” a esos territorios, así como a los países bálticos
Ucrania respalda a la OTAN tras incursiones de drones rusos en Polonia y Rumania

Ucrania ha intensificado su guerra de desgaste contra Rusia al abrir un nuevo frente: la ofensiva sistemática contra infraestructuras petroleras rusas, mientras promueve sus tácticas de drones como un modelo económico para los aliados de la OTAN. Esta estrategia busca golpear los ingresos de Moscú, incrementar los costos más allá de lo militar directo y evidenciar la vulnerabilidad del aparato logístico ruso.

El presidente Volodímir Zelensky declaró: “Estamos listos para formar a todos nuestros socios en la defensa” frente a los drones rusos. Acompañó esa oferta con la afirmación de que Rusia “está estudiando cómo extender la guerra al territorio de Polonia y los Estados bálticos, y que el Ejército ruso también está poniendo a prueba a Rumanía”.

Esta preocupación tiene fundamento en incidentes recientes. Rusia ha cruzado drones hacia el espacio aéreo polaco y rumano, lo que, según Zelensky, no puede considerarse un accidente porque “las rutas están siempre calculadas. Esto no puede ser un error ni una iniciativa de mandos bajos”.

Estas incursiones de drones rusos provocaron una fuerte condena por parte de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció que el incidente del sábado en Rumania fue una “violación flagrante” de la soberanía europea. “La incursión de Rusia en el espacio aéreo rumano constituye una vez más una violación flagrante de la soberanía de la UE y una grave amenaza para la seguridad regional”, afirmó en sus redes sociales.

Por su parte, la alta representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Kaja Kallas, calificó el incidente como una “escalada imprudente”. Kallas sostuvo que esta “infracción inaceptable de la soberanía de un Estado miembro de la UE” representa una escalada preocupante en el conflicto.

Mientras tanto, Ucrania ha desarrollado defensas antidron que, según sus autoridades, combinan sistemas simples, pesos moderados y un uso masivo: drones interceptores, guerra electrónica y otros métodos menos costosos que los sistemas de misiles caros.

Zelensky los definió como “soluciones en masa y sistemáticas significativamente más rentables por su coste”. Esta afirmación sugiere que considera que los aliados de la OTAN están invirtiendo excesivamente en tecnologías convencionales que tal vez no sean las más eficientes frente a las amenazas modernas.

Una pieza clave del nuevo impulso ucraniano es la ofensiva sobre Kirishi. Las autoridades rusas informan que al menos 361 drones ucranianos atacaron instalaciones petroleras, incluyendo la refinería Kirishi, generando un breve incendio sin reportes de heridos.

Kirishi procesa alrededor de 17,7 millones de toneladas al año, lo que equivale a cerca del 6,4 % de la capacidad total de refinación rusa.

Zelensky sostuvo que “las sanciones más eficaces, las sanciones que funcionan más rápido, son los ataques contra las refinerías rusas, contra sus terminales y depósitos de petróleo”.

Desde el lado ruso se reconoce el ataque, aunque se minimizan los daños. Alexander Drozdenko, gobernador de Leningrado, admitió que “un incendio provocado por escombros que cayeron tras derribar drones fue extinguido” y que no hubo víctimas.

Estos ataques energéticos, sumados a sabotajes logísticos recientes —descarrilamientos de trenes de mercancías, explosiones en líneas férreas en la región de Oriol y ataques en el noroeste ruso— presentan coherencia estratégica. Ucrania apunta a interrumpir los suministros rusos hacia los frentes, aumentar los costos de la guerra para Moscú y presionar económicamente desde diversas aristas.

Para la OTAN, la oferta de Ucrania supone tanto una oportunidad como un dilema. Colaborar en entrenamiento antidron podría reforzar la disuasión ante incursiones rusas sobre sus miembros aliados. Sin embargo, esta acción podría considerarse un acto de escalada o, al menos, una expresión visible de apoyo activo que Rusia podría reclamar como provocación.

La estrategia de Ucrania también pone en evidencia una debilidad estructural rusa: la dependencia energética, los puntos vulnerables en la logística ferroviaria y una capacidad de defensa aérea limitada en ciertas zonas. Rusia ha demostrado su capacidad para interceptar ataques (como los 361 drones derribados, según su versión), pero no ha evitado por completo que se repitan ataques que causan daños o incendios, ni que se cuestione la continuidad operativa de su industria petrolera.

Con esta combinación de ofensivas contra infraestructura crítica y la oferta de cooperación técnica a la OTAN, Kiev intenta ampliar la presión sobre el Kremlin. Moscú, que insiste en minimizar los daños, enfrenta, sin embargo, un frente de vulnerabilidades cada vez más visible: refinerías en riesgo, rutas logísticas interrumpidas y defensas aéreas que no siempre logran contener el asedio de drones.

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