Durante la presentación en el Parlamento británico de uno de esos aparatos, el Shahed-136, Ucrania pidió este martes a sus aliados que cierren las lagunas legales que permiten que piezas fabricadas en sus países terminen en drones rusos de diseño iraní que atacan su territorio.
El encargado de negocios de la Embajada de Ucrania en el Reino Unido, Eduard Fesko, participó en un acto donde se exhibió por primera vez en Europa uno de esos drones, traído a Londres por la organización estadounidense Unidos contra Irán Nuclear (UANI, en inglés) con apoyo del Gobierno polaco, después de haber sido mostrado inicialmente en Estados Unidos.
En el acto también tomaron la palabra el fundador de UANI, Mark Wallace; el ministro de Exteriores y viceprimer ministro de Polonia, Radek Sikorski; y el diputado conservador británico Tom Tugendhat.
Fesko explicó que los Shahed aparecieron en 2022 y que, tras utilizarse de manera aislada, pasaron a ser lanzados “por centenares” contra ciudades e infraestructuras ucranianas, causando daños masivos.
Durante la incursión rusa en el espacio aéreo de Polonia el pasado septiembre -interceptada por la OTAN-, algunos de los drones utilizados podrían ser variantes del Shahed-136, como los modelos Geran o Gerbera, empleados por Rusia como señuelos o con carga explosiva.
El diplomático ucraniano denunció que “en un dron iraní fabricado en Irán se localizaron más de cien componentes importados” y que “en el modelo ruso hay alrededor de 150”, entre microprocesadores, memorias, módulos GPS y unidades de gestión de potencia.
“Cada chip que llega a Rusia se traduce en la muerte de civiles ucranianos”, advirtió, e instó a “cerrar hoy mismo las vías por las que esas piezas llegan al frente”.
Sikorski confirmó, por su parte, que una proporción “muy elevada” de la electrónica presente en los aparatos capturados procedía de países occidentales, y reclamó endurecer los controles y sanciones para evitar la proliferación de componentes críticos hacia Rusia.
Wallace, antiguo embajador de Estados Unidos ante la ONU, describió el ejemplar exhibido como un Shahed-136: un diseño iraní que en ocasiones es ensamblado o reproducido en Rusia.
Subrayó la importancia de que los países occidentales lo examinen de cerca para constatar la implicación del régimen de Teherán en la dotación de armas usadas contra Ucrania y la necesidad de reforzar las defensas de la Alianza Atlántica.
La ayuda militar europea a Ucrania disminuyó drásticamente este verano, pese a una reciente iniciativa de la OTAN en la que sus países miembros compraron armas estadounidenses, informó el martes el Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Europa envió o destinó un total de 3.300 millones de euros (3.800 millones de dólares) en ayuda militar a Ucrania entre julio y agosto, lo que supone un promedio de 1.650 millones de euros por mes.
Esto supone una caída del 57 % respecto al período de enero a junio de este año, cuando los países europeos asignaron un promedio de 3.850 millones de euros al mes.
La ayuda militar de todos los países cayó un 43 % durante el mismo intervalo, pese al anuncio de Canadá de un importante paquete de asistencia a finales de agosto.
“Europa está reduciendo su apoyo militar general. Lo crucial ahora es cómo evolucionen las cifras en otoño”, declaró Christoph Trebesch, director del Rastreador de Apoyo a Ucrania y director de Investigación del Instituto Kiel.
(Con información de EFE y AFP)