
El gobernador regional Alexander Drozdenko confirmó que durante la noche se derribaron tres drones en la zona de Kirishi, y que los restos que cayeron provocaron un incendio en las instalaciones. Drozdenko aseguró que no hubo heridos y que el incendio fue controlado posteriormente. El Estado Mayor ucraniano publicó fotografías que mostraban llamas y columnas de humo elevándose contra el cielo nocturno.
Este ataque se enmarca dentro de una estrategia sostenida de Ucrania contraria a la infraestructura petrolera rusa, que según Kiev alimenta los esfuerzos bélicos de Moscú. El Ministerio de Defensa ruso informó que al menos 80 drones ucranianos fueron derribados durante la noche sobre el territorio ruso, la Crimea ocupada y el mar de Azov.
Más de tres años después de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, los drones se han convertido en un arma clave para ambas partes. El miércoles, varios drones rusos cruzaron la frontera con Polonia, lo que obligó a la OTAN a desplegar aviones de combate para interceptarlos, subrayando así las preocupaciones acerca de una posible escalada del conflicto más allá de las fronteras ucranianas.
El ataque se produce en un contexto de crisis por desabastecimiento de combustible en Rusia. A pesar de que el país sigue siendo el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, un aumento estacional de la demanda, junto con los continuos ataques con drones ucranianos, ha generado escasez de gasolina en las últimas semanas. En algunas regiones, las gasolineras se han quedado sin combustible, resultando en largas colas de conductores y llevando a las autoridades a implementar racionamientos, o incluso a suspender por completo las ventas.
Con el fin de mitigar la crisis, Rusia suspendió las exportaciones de gasolina, anunciando el miércoles una prohibición total hasta el 30 de septiembre, además de una prohibición parcial que afecta a comerciantes e intermediarios hasta el 31 de octubre.
Descarrilamientos de trenes
Paralelamente, la región de Leningrado fue escenario de varios incidentes ferroviarios el domingo. Dos trenes descarrilaron por la mañana, lo que ocasionó la muerte de un maquinista que quedó atrapado en su cabina y falleció durante su traslado al hospital. Las autoridades investigan la posibilidad de sabotaje.
En la región rusa de Oriol, una bomba colocada en las vías férreas causó la muerte de tres personas el sábado por la noche, incluyendo a un miembro de la Guardia Nacional rusa que inspeccionaba las vías cerca de la ciudad de Maloarkhangelsk, ubicada a unos 200 kilómetros de la frontera con Ucrania.
La red ferroviaria rusa ha padecido repetidos descarrilamientos, explosiones e incendios, que las autoridades atribuyen al sabotaje ucraniano, aunque Kiev rara vez reivindica la autoría de estos ataques.
(Con información de AFP, EFE y AP)