Miércoles, 1 de octubre de 2025   |   Campo

Trump hablará con Xi Jinping sobre la soja y alarma en Argentina

Trump hablará con Xi Jinping sobre la soja y alarma en Argentina

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de incluir la soja en la agenda de su próxima reunión con Xi Jinping, su par chino, empezó a generar inquietudes en la Argentina sobre el posible impacto de un eventual acuerdo comercial entre ambas potencias. Consultados por LA NACION, los analistas señalaron que, si China retomara compras masivas de poroto estadounidense, podría disminuir la demanda hacia los proveedores alternativos que hoy dominan el mercado, principalmente Brasil y, en menor medida, la Argentina.

El anuncio se dio a conocer mediante un mensaje publicado por Trump en Truth Social, en el que afirmó que la soja será “un tema importante de discusión” durante el encuentro con el presidente chino, previsto en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en Corea del Sur. La noticia fue suficiente para mover los mercados: en Chicago la soja rebotó sobre el final de la rueda y cerró con una suba de US$4,87, a US$372,22 por tonelada.

“La soja asimiló de inmediato un comunicado del presidente estadounidense, Donald Trump, que trascendió a poco más de media hora de finalizada la rueda de negociación”, explicó Eugenio Irazuegui, analista de la corredora Zeni. Recordó que “las exportaciones norteamericanas siguen ubicándose por debajo del ritmo habitual, ante la ausencia de China como importador” y advirtió: “De haber un entendimiento comercial entre ambas naciones, el comercio bilateral de soja se restablecería y habría una menor demanda dirigida a los proveedores sudamericanos”.

El propio Trump publicó el mensaje directamente en sus redes sociales: “Los productores de soja de nuestro país se ven perjudicados porque China, solo por razones de ‘negociación’, no compra. Hemos ganado tanto dinero con los aranceles que vamos a tomar una pequeña parte de ese dinero y ayudar a nuestros agricultores. ¡Nunca defraudaré a nuestros agricultores!, me reuniré con el presidente Xi, de China, en cuatro semanas, y la soja será un tema importante de discusión. ¡Hagamos que la soja y otros cultivos vuelvan a ser grandes!”.

Más allá de la reacción inmediata en los precios, el mercado ya evalúa cómo podría repercutir un eventual acercamiento comercial en la campaña 2025/26. Bruno Todone, analista de mercados de AZ Group, señaló que “recién empieza la campaña 2025/26 y, si bien China no compró una tonelada de soja norteamericana, aún debe originar muchísima soja para dicha campaña”.

Donald Trump y Xi Jinping se verán prontoSusan Walsh – AP

Según explicó, “de confirmarse un acuerdo y si todo sale bien, China demandará nuevamente soja estadounidense. El volumen aproximado para volver a niveles anteriores es entre 25 y 30 millones de toneladas, lo que representaría más de la mitad de las exportaciones que planifica Estados Unidos”. De concretarse, agregó, “ante una gran demanda, sería un factor claramente alcista para la soja en Chicago”.

Los datos confirman la importancia estratégica de China para el complejo sojero estadounidense. Según Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en 2024 Estados Unidos exportó soja por US$24.500 millones (52,2 millones de toneladas), de las cuales el 51% tuvo como destino a China.

No obstante, entre enero y agosto de 2025 los envíos al gigante asiático se redujeron a 5,9 millones de toneladas, apenas el 29% del total del año anterior. Durante junio, julio y agosto los embarques fueron prácticamente nulos, como consecuencia directa de las tensiones arancelarias. Brasil aprovechó ese vacío: en los primeros ocho meses del año exportó 67,3 millones de toneladas de soja a China (76% de sus ventas externas) y en agosto alcanzó un récord histórico mensual de 7,9 millones de toneladas, equivalente al 85% de sus exportaciones de ese mes.

En este contexto, Maximiliano Moreno, director del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), sostuvo que el eje del problema no son tanto los aranceles —que en China rondan apenas el 3%— sino decisiones estratégicas del gobierno chino que podrían modificar el mapa global de abastecimiento.

“El verdadero riesgo es que China decida redireccionar sus compras. Así como hoy no compran soja estadounidense, mañana podrían decir ‘cómprenle todo a Estados Unidos’. Ahí sí correría peligro nuestro acceso al mercado chino, que para la Argentina es clave: casi toda la soja [en grano] que exportamos va a ese destino, por unos 1800 millones de dólares anuales”, explicó.

Este año, la Argentina viene registrando buenos embarques hacia China por una coyuntura particular: la menor participación estadounidense y la baja temporal de retenciones. Pero Moreno advirtió que esa ventana podría cerrarse con rapidez si el gigante asiático vuelve a concentrar compras en Estados Unidos.

De darse ese giro, el país más vulnerable sería Brasil, que hoy concentra la mayoría de las ventas a China. “Brasil exporta mucho más grano que nosotros; por eso el impacto de un giro chino le pegaría más fuerte a ellos”, añadió Moreno.

Scott Bessent recibió un mensaje en su celular donde se reproducía la queja por la ayuda de Estados Unidos a la Argentina Angelina Katsanis – AP

El mensaje de Trump, dirigido principalmente a los productores estadounidenses, llegó en un momento en que el sector agrícola de ese país tenía la mirada puesta sobre la Argentina, a la que señalan como una de las principales beneficiadas coyunturales de la disputa comercial entre Washington y Pekín, en perjuicio de los agricultores norteamericanos.

El mismo día en que el gobierno de Javier Milei anunció la suspensión temporal de las retenciones —una medida que duró tres días hasta completar el cupo de US$7000 millones en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE)— la Casa Blanca comunicó un paquete de asistencia financiera para la Argentina por US$20.000 millones. Durante esa breve ventana, China compró soja en la Argentina.

El episodio generó malestar entre los productores norteamericanos, que intensificaron la presión política. La Asociación Americana de la Soja envió una carta a Trump expresando su “profunda preocupación” por un eventual rescate de US$20.000 millones a la Argentina “apenas días después” de la baja de retenciones. Según advirtieron, esa medida “margina a los productores estadounidenses” y se suma a los “aranceles generalizados” que encarecen los insumos y reducen competitividad frente a las represalias comerciales.

La tensión escaló cuando, mientras participaba en la Asamblea General de Naciones Unidas, Scott Bessent, asesor económico cercano a Trump, recibió un mensaje en su celular que reproducía el enojo de operadores agrícolas estadounidenses.

“Ayer rescatamos a la Argentina y, a cambio, la Argentina eliminó los aranceles a las exportaciones de granos, lo que redujo su precio y vendió una gran cantidad de soja a China, en un momento en que normalmente estaríamos vendiéndole. Debido a esto, los precios de la soja siguen bajando. Esto le da a China más influencia sobre nosotros”, decía el texto, que reproducía un tuit de Ben Scholl, comerciante de granos de EE.UU.

En ese contexto fue que Bessent publicó que Estados Unidos estaba trabajando con el gobierno argentino para “poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas”, un mensaje que encendió alarmas en el sector exportador local y agregó un ingrediente político más a la disputa.

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