El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que querría conocer los planes de Ucrania respecto al uso de misiles Tomahawk de fabricación estadounidense antes de aprobar su suministro, porque no desea escalar la guerra entre Rusia y Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, pidió a Estados Unidos que vendiera Tomahawks a países europeos que luego los enviarían a Ucrania. Con un alcance de 2.500 kilómetros, esos misiles colocarían a Moscú dentro del radio de acción del arsenal ucraniano si se autorizara su entrega.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que, si Washington suministrara Tomahawks a Ucrania para ataques de largo alcance dentro de territorio ruso, se destruiría la relación con Estados Unidos. En paralelo, el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, declaró que le “sorprendería” que EEUU transfiriera los misiles y señaló que “incluso si los misiles Tomahawk llegan a Ucrania, no cambiará la situación”.
Ante preguntas de periodistas en la Casa Blanca sobre si había tomado una decisión acerca del suministro de esos misiles, Trump no lo descartó y afirmó que había “más o menos tomado una decisión”.
“Creo que quiero averiguar qué están haciendo con ellos. ¿A dónde los envían? Supongo que tendría que hacer esa pregunta”, afirmó. “Haría algunas preguntas. No busco escalar esa guerra”, agregó.
El Tomahawk Land Attack Missile se lanza típicamente desde buques o submarinos y está diseñado para ataques profundos contra objetivos terrestres. Según datos de la Armada de EEUU y del fabricante RTX, el misil mide 5,6 metros y pesa alrededor de 1.510 kilogramos.
El misil puede volar a altitudes de entre 30 y 90 metros, y su pequeña sección transversal lo hace difícil de detectar por los radares. Está propulsado por un motor turbofán de baja firma térmica, y su sistema de guía combina navegación inercial con radar de contorno del terreno (TERCOM). Además, puede ser redirigido en pleno vuelo e incluso transmitir imágenes de los objetivos antes del impacto, alcanzando una precisión reportada de unos 5 metros.
Lanzamiento de los misiles Tomahawk que EEUU podría entregar a Ucrania
La adquisición de Tomahawk supondría una expansión significativa de la capacidad de ataque de Ucrania. Actualmente el país dispone de misiles de largo alcance, pero ninguno con el alcance y la letalidad del Tomahawk; este permitiría atacar bases militares, centros logísticos, aeródromos y centros de mando rusos situados a cientos de kilómetros de la frontera.
El Tomahawk cuenta con un historial de uso desde la Guerra del Golfo de 1991 y ha sido empleado en Irak, Bosnia, Libia, Sudán, Yemen y Afganistán. Cada unidad cuesta alrededor de 1,3 millones de dólares, y RTX planea fabricar 57 misiles para EEUU en el año fiscal 2026, además de invertir en la modernización de sus sistemas de guía.
La posible transferencia de este sistema, uno de los más avanzados del arsenal convencional de EE.UU., es seguida de cerca por Moscú y representa una de las decisiones más relevantes en la ayuda militar occidental a Kiev desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.
(Con información de REUTERS)
