Esto le permitió obtener 32 de las 40 bancas para convencionales que estaban en juego. En consecuencia, el Frente para la Victoria se aseguró el control de la futura Convención que reformará la Constitución y que, según el vicegobernador Fernando Juri, comenzará a sesionar entre el 15 y el 20 de marzo.
Contento, pero sin llegar a la euforia, Alperovich emitió un mensaje conciliador. “No será la Constitución de un partido ni de un gobierno, sino de todos los tucumanos”, aseguró.
La apatía previa de la ciudadanía fue conjurada por la aceitada movilización del oficialismo, de la que no estuvo ausente el reparto de bolsones con alimentos en los barrios periféricos de esta capital y en el interior.
Participación Cívica para la Victoria (63.877 votos), fuerza aliada a Alperovich que hizo su debut en las elecciones, se transformó en la segunda fuerza política. Tendrá cuatro representantes en la Convención (tres de ellos por la sección Oeste) y hasta se dio el lujo de vencer al Frente para la Victoria en Chicligasta, el único departamento en el que el oficialismo perdió.
La gran sorpresa fue el Partido Obrero, que reunió más de 36.570 votos y, en consecuencia, tendrá dos convencionales (Daniel Blanco y Martín Correa).
El radicalismo, en la capital consiguió 21.700 sufragios y una banca por medio de Juan Roberto Robles. El Acuerdo Social para la Inclusión (26.960 votos en toda la provincia) logró que el democristiano José Páez pueda volver a sentarse en una Asamblea Constituyente.




