
La ganadería argentina se encuentra en un momento favorable, con precios internacionales sólidos, una demanda constante y la percepción de que se abre un horizonte esperanzador. A su vez, se anticipan decisiones clave que definirán su futuro. En este sector, hay expectativas de que, antes de finalizar el año, se logren avances en tres áreas: la negociación con China relacionada con el protocolo de menudencias y una medida de salvaguardia, la posible ampliación de la cuota de exportación hacia los Estados Unidos y la apertura del mercado japonés para la carne, que ya no solo provenga de la Patagonia, sino de todo el país. Así lo expresó Mario Ravettino, vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), al repasar el presente y futuro de la actividad.
“Creo que esos serán los tres desafíos posibles en el transcurso de lo que queda del año. Ojalá tengamos éxito”, afirmó el dirigente durante su intervención en el evento Negocios del Campo, organizado por LA NACION, en compañía de la periodista Viviana Valles.
Mario Ravettino, vicepresidente del Ipcva, con la periodista Viviana Valles
Uno de los aspectos que destacó es la negociación con Estados Unidos. Actualmente, Argentina cuenta con un cupo de 20.000 toneladas libres de aranceles [solo se abonan US$44 por tonelada], cifra que está muy por debajo de las 360.000 toneladas otorgadas a Australia y las 240.000 a Brasil. “En este momento estamos en una negociación, en medio de una guerra comercial que se vive a nivel global, y Argentina es uno de los países beneficiados, ya que Estados Unidos solo ha incrementado un 10% los aranceles”, precisó.
Se espera que la cuota argentina pueda ampliarse hasta 80.000 o 100.000 toneladas, lo que significaría un aumento relevante en términos de volumen y posicionamiento. “Estamos llevando a cabo una negociación por parte de nuestros representantes, quienes están trabajando muy bien en sus gestiones bilaterales y multilaterales”, añadió Ravettino.
Ravettino se mostró optimista sobre la ampliación del cupo de carne a Estados Unidos
El segundo aspecto clave es China, que representa entre el 70% y el 75% de las exportaciones argentinas. En junio pasado, de las 61.500 toneladas enviadas al exterior, 48.700 tuvieron como destino ese país. “Es un mercado fundamental para nosotros”, enfatizó Ravettino.
Dos temas concentran la agenda: la medida de salvaguardia que China implementó contra proveedores de todos los orígenes y la aprobación del protocolo de menudencias bovinas. Sobre este último punto, explicó: “Es una decisión que toma China porque los ganaderos chinos argumentan que el elevado volumen de importaciones les afecta el desarrollo de la ganadería local. Actualmente, estamos en un proceso que se definirá en noviembre”.
Negocios del campo: el presente y el futuro del mercado de la carne.mp4
Simultáneamente, Argentina aguarda la aprobación final del protocolo de menudencias. “Creo que la parte técnica está casi finalizada, solo falta resolver algunos aspectos políticos. Espero y aspiro a que podamos concretarlo este año. Esto podría agregar un valor de 110 millones de dólares a las exportaciones, lo cual es muy relevante en este momento”, afirmó.
El tercer objetivo inmediato es Japón, un mercado de alto valor donde Argentina busca ingresar con carne de calidad desde todo el país. Además, se destaca el vínculo con México, que este año superó una auditoría sanitaria y volvió a habilitar varias plantas argentinas. “Estados Unidos y México son dos mercados nuevos e importantes para Argentina. Estados Unidos, en particular, ha crecido un 48% en lo que va del año, y la relación es óptima”, expuso Ravettino.
Más allá de estos frentes, subrayó que la Unión Europea continúa siendo el mercado tradicional para cortes enfriados de calidad, donde Argentina es el principal proveedor. Allí, el gran desafío será adaptarse al reglamento que exige que la carne provenga de campos no deforestados, el cual entrará en vigencia en enero de 2026.
En términos generales, Ravettino se mostró optimista. “Argentina se está consolidando en el mercado internacional como un exportador responsable, confiable y en volumen. La irrupción de China y del sudeste asiático ha provocado un cambio significativo en todo el esquema del negocio exportador. Actualmente, contamos con buenos precios y numerosas exigencias”, indicó.
Para Ravettino, el sector se enfrenta a un “futuro promisorio”
Este contexto permite vislumbrar una perspectiva favorable. “Son todos factores positivos que nos hacen pensar que, en los próximos años, el futuro será promisorio”, expresó.
Sin embargo, destacó que aún existen cuestiones por resolver. Mencionó, entre ellas, el stock ganadero, estancado desde hace 20 años. “Se han perdido unos 800.000 vientres. Este es un punto clave, ya que para insertarnos en el mercado internacional necesitamos tener materia prima”, apuntó.
Resaltó también la importancia de combatir la informalidad que permea la cadena de ganados y carnes, un fenómeno que reduce la competitividad de Argentina frente a sus competidores en el ámbito internacional.
A pesar del crecimiento en las exportaciones, Ravettino descartó que el mercado interno se vea desabastecido. “Argentina exporta entre el 30% y el 35% de su producción, mientras que el resto se destina al mercado doméstico. El consumo de proteína animal en Argentina es de 115-117 kg por habitante al año”, explicó.
En esa línea, abordó uno de los mitos más comunes en la discusión sobre las exportaciones: el que sostiene que se envía lo mejor al exterior y que el producto de menor calidad se queda en el país. “Eso no es cierto, en absoluto. De hecho, el consumidor argentino prefiere un animal más ligero, el cual se dice que es mucho más tierno, lo que también resulta ser una gran mentira. Lo que necesitamos es aumentar nuestro stock ganadero en cantidad y peso. Argentina es el país con el menor peso de faena en el mundo. Los consumidores argentinos saben apreciar y valorar la carne”, concluyó.