Como se había anunciado las empresas tendrían una asamblea de trabajadores que reclamaban por falta de pago amenazando el servicio. En tanto, La Victoria sí desarrolló desde las 5 de esta mañana sus recorridos habituales.
Pero esta situación es ya figurita repetida para el usuario, porque las emporesas hacen y deshacen a su antojo sin importarle del vecino que requiere del transporte para trasladarse, y a municipalidad se conforma con decir “tiene la obligación de…”.
El servicio es malísimo, el pasaje es caro, las unidades deplorables y la falta recurrente de frecuencia es insoportable. Pero nadie, con la debida autoridad, se encarga de llamar a una nueva concesión al menos para asustar a los empresarios.
Mientras tanto el usuario sigue aguantando por necesidad.




