Pese a que conformaron un frente electoral para competir en las legislativas del 26 de octubre en la provincia de Buenos Aires y en la Capital, entre otros distritos del país, La Libertad Avanza (LLA) y Pro no logran convivir en armonía y el futuro de la alianza táctica entre Javier Milei y Mauricio Macri es un enigma.
En momentos en que los moradores más poderosos de la Casa Rosada lucen revitalizados por el alivio financiero que provocó el contundente respaldo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a la gestión de Milei, la relación entre los libertarios y la fuerza de Macri se descompone día a día. Si bien los choques y las diferencias o los desaires existen desde hace meses, el conflicto recrudece llamativamente cuando faltan cuatro semanas para las elecciones de medio término, que se convirtieron en una instancia decisiva para el proyecto de Milei y que comenzarán a definir el margen de maniobra que tendrá el Gobierno para implementar reformas.
Aun cuando Guillermo Francos o Patricia Bullrich y hasta el propio Milei ensayaron gestos públicos para retomar el diálogo con Macri, el titular de Pro remarcó este martes que hace más de un año que no habla con el Presidente. En el entorno del exmandatario se muestran escépticos respecto de que los operadores políticos de LLA tengan intenciones de acercar posiciones y discutir un plan estratégico a largo plazo para conformar una coalición de gobierno. Hasta ayer Macri no había recibido ninguna invitación formal para retomar las charlas con Milei. Tampoco está previsto que se integre a la campaña electoral en Buenos Aires o la Capital, emblemático bastión de Pro. “No sabemos qué nos van a decir o pedir ni de qué quieren hablar”, repiten cerca de Macri.
Es más: los macristas paladar negro tomaron nota del mensaje que bajó Santiago Caputo, el principal consejero de Milei, el jueves pasado en la quinta de Olivos, durante la cumbre que encabezó el Presidente con los candidatos de LLA y Pro y tuiteros e influencers de la galaxia digital del oficialismo. De cara a la campaña electoral, el asesor advirtió que no estaban dispuestos a perder su identidad y propuso mantener la narrativa y el espíritu de Milei que lo llevó a la Casa Rosada en 2023. En ese momento, Bullrich tomó la palabra y se atrevió a disentir con el planteo de Caputo. Pidió ser más “flexibles” para convocar o seducir a otros sectores del electorado. En concreto, pensaba en los “ñoños republicanos”, como tilda Milei a los votantes del extinto Juntos por el Cambio, que abogan por mayor institucionalidad o se quejan de las “formas” del Presidente, o los moderados que acompañaron a Horacio Rodríguez Larreta o la UCR hace dos años.

En una de las conversaciones que mantuvo con Milei en la residencia de Olivos en agosto pasado, Macri le sugirió al Presidente que no se desgastara o perdiera tiempo en el armado de un partido en todo el país. Le propuso que utilizara la herramienta de Pro y que condujera a su tropa, como hizo él, dicen los macristas, con el radicalismo durante el mandato de Cambiemos. Quienes lamentan frecuentan a Macri lamentan que Milei haya optado por activar el plan de su hermana, Karina, y por conquistar territorios gobernados por aliados -como la Capital, Corrientes o Salta-.
La “traición”
En las últimas horas, se registraron dos nuevos cortocircuitos en el tablero de la alianza entre LLA y Pro. Por un lado, los diputados Nicolás Mayoraz y Lilia Lemoine, escudera de los hermanos Milei, arremetieron contra su par María Sotolano, integrante del bloque que preside Cristian Ritondo, porque apoyó la terna de la abogada María Paz Bertero, cercana a Axel Kicillof, para ocupar el cargo de Defensora de la Niñez, un órgano de control que está acéfalo. La candidatura de Bertero, identificada con el sector de los “verdes”, fue aprobada por la Comisión Bicameral Permanente de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Congreso por siete votos a diez. El respaldo de Sotolano, alfil de Jorge Macri y diputada bonaerense electa por LLA en los comicios del 7 de septiembre, fue clave para que la oposición pudiera destrabar la nominación. Los libertarios, en cambio, preferían bloquear la votación y dilatar el debate para conseguir que el cargo sea ocupado por un “celeste”.

Envalentonado por el triunfo en Buenos Aires, el PJ aceleró para quedarse con el puesto. Pero Sotolano y Mayoraz no lograron consensuar una estrategia para evitar que el peronismo y el radicalismo impusieran el postulante. La diputada de Pro les propuso a los libertarios empujar el nombre de Héctor Vito. Pero Mayoraz se exhibió intransigente y denunció irregularidades en el proceso. Sotolano, en cambio, argumentó que era preferible votar para evitar que se cayera el concurso. El proceso de selección se había iniciado en julio. “Era el mal menor, no podíamos quedarnos sin defensor de la niñez. Son organismos de control. Ya pagamos el costo de explicar los vetos a las partidas para las universidades o el Garrahan”, dicen en Pro.
Finalmente, el diputado de LLA acusó a Sotolano de “traición”. Es curioso porque la legisladora, que ocupó el segundo lugar en la lista de Maximiliano Bondarenko en la tercera sección hace apenas tres semanas, respaldó los vetos presidenciales el miércoles pasado.
Los libertarios quedaron en minoría y solo fueron acompañados por la senadora María Cristina (Chubut-Pro). Otra singularidad de la alianza entre amarillos y violetas.
Malestar por la coparticipación
En segundo lugar, los representantes del macrismo en el Congreso levantaron la guardia porque el Ejecutivo no incluyó en el proyecto de presupuesto de 2026 el pago del 1,55% de recursos de coparticipación federal para la Capital, la fortaleza política de Pro, que estableció la cautelar de la Corte Suprema de Justicia.
Los representantes del macrismo presionarán para que haya un compromiso taxativo del Gobierno de Milei en el texto que incluye las proyecciones para el año próximo. En rigor, en septiembre de 2024, la Nación y la administración de Jorge Macri llegaron a un acuerdo en torno a la modalidad de pago de los fondos de coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires que fueron recortados durante la gestión de Alberto Fernández.
En ese momento, Luis Caputo, ministro de Economía de Milei, pactó con el jefe porteño el pago del 1,40% de los fondos por goteo diario y el 1,55%, a través de transferencias semanales. En la Ciudad afirman que hubo demoras en los pagos. Por eso, anticipan fuentes de Pro, pedirán “que el 1,55% figure de manera taxativa” en el presupuesto 2026.
Uno de los primeros que alzó la voz para denunciar la maniobra del Ejecutivo fue Ricardo López Murphy, quien competirá como candidato a diputado nacional en la Capital con el sello de Potencia, la fuerza que armó junto con María Eugenia Talerico.

En los equipos de Jorge Macri machacan con que los fondos representan un 10% del presupuesto porteño, por lo tanto quieren tener más garantías de que el Gobierno no interrumpirá de manera unilateral o inconsulta esas transferencias con las que completa el 2,95 de coparticipación en caso de que enfrente una crisis o emergencia.
“Tenemos una lista conjunta de Pro y LLA, y sacan la coparticipación de la ciudad del Presupuesto”, se quejan en la bancada de Cristian Ritondo. Los alfiles más cercanos a los primos Macri ya le pidieron a Ritondo, abanderado de los acuerdistas y un hombre con línea directa con Milei, que interceda.
El conflicto entre ambas jurisdicciones se originó después de que Fernández recortara los fondos de la Ciudad con el argumento de que Macri le había transferido un excedente de coparticipación a Larreta cuando traspasó la Policía Federal a la órbita del gobierno porteño, en 2016. Tras el cambio de mando en la Nación y la Ciudad, Jorge Macri y Caputo llegaron a un acuerdo en septiembre de 2024, después de que el máximo tribunal los exhortara a encontrar una salida consensuada en torno a la forma de pago.
En el seno del macrismo están incómodos porque asumen que pagarán un costo alto si el gobierno de Milei naufraga. Consideran que los números de la parálisis de la economía son preocupantes, pese a que elogiaron el efecto del anuncio de la eliminación de las retenciones y del apoyo de Trump. Tanto el espaldarazo de EE.UU. como la medida de Caputo fueron clave para frenar la corrida cambiaria de la semana pasada que mantuvo en vilo al Gobierno. “Cambió el panorama y es impresionante lo que consiguieron de los Estados Unidos. Pero hay que ver cómo pega en la economía. El paquete de rescate ayuda porque no habrá default ni crisis financiera, pero no alcanza. Tienen que hacer acuerdos y reformas”, dice una de las voces más escuchadas por Macri en Pro.
En los debates intramuros, el expresidente repite como un mantra que aguardarán el resultado de los comicios de octubre para definir el rol que adoptará Pro a partir de diciembre. “Después del 26, volvemos a hablar”, dijo Macri durante la cumbre que organizó el martes con candidatos de su fuerza en todo el país en la sede partidaria de Balcarce 412. Está tironeado por un sector que le pide que Pro apueste por la construcción de una alternativa republicana a Milei y el kirchnerismo -desde Jorge Macri y María Eugenia Vidal hasta Ignacio Torres- y las figuras taquilleras o dirigentes territoriales que están alineados con la Casa Rosada, como Ritondo, Diego Santilli, Guillermo Montenegro y Rogelio Frigerio. “Son los entreguistas”, despotricó un referente de Pro que participó del encuentro que armó Macri en el centro porteño.
El expresidente había retomado el diálogo con Juan Schiaretti, uno de los arquitectos de Provincias Unidas, pero por ahora toma distancia de ese armado de la tercera vía. Prefirió confluir con LLA en Buenos Aires -presionado por los acuerditas- y en la Capital, para blindar a Jorge Macri y evitar otro traspié en las urnas.