Jueves, 11 de enero de 2007   |   Policiales

Trágico accidente: Volvían del santuario del Gauchito Gil

La mayoría de las víctimas eran adolescentes que regresaban de un viaje a Mercedes, en Corrientes, hasta donde llegaron atraídos por su devoción al Gauchito Gil, el mito que congrega a miles de fieles cada 8 de enero, cuando se recuerda su muerte.
Es la postal misma de la tragedia desatada ayer a la 1.30 en el kilómetro 208 de la ruta 127, cerca de esta ciudad del norte entrerriano, donde un minibús en el que 16 devotos del Gauchito Gil regresaban a Rosario desde Corrientes chocó la parte trasera de un camión brasileño cargado de hierros, con un saldo de ocho muertos y otros tantos heridos, todos ocupantes del vehículo menor. El accidente ocurrió en el tramo más recto de la ruta 127, a unos 8 kilómetros al norte de Federal, donde el furgón Iveco en el que viajaban los rosarinos chocó de atrás al camión Mercedes Benz de tres ejes que, cargado de hierros, provenía de São Borja, Brasil. Las víctimas eran casi todas del barrio Alvear, de Rosario. La policía de Entre Ríos las identificó como Abelardo Dimoteo, Juan Valenzuela, Andrés Valenzuela, Marcelino Valenzuela, Mario Ramírez, Máximo Ramírez, Daniel Solís y Sergio Rodríguez. No fueron precisadas sus edades, pero una fuente policial afirmó que Dimoteo era un ex combatiente de la Guerra de Malvinas. Eso ayuda a entender la inscripción de las puertas del furgón: "Centro de ex soldados", junto al mapa de las islas, pintado de azul. En tanto, se informó que los heridos son Luciano Gómez, de 22 años; Cristian Monte, de 18; Carla Daniela Valenzuela, de 14; Emmanuel Valenzuela, de 18; Daniel Alejandro Fernández, de 16; José Luis Rodríguez, de 16. Todos ellos quedaron internados en el Hospital Justo José de Urquiza, de Federal, con heridas de distintas consideraciones. Más grave es la situación de Ezequiel Gómez, de 21 años, e Iván Valenzuela, de 19, que debieron ser trasladados al Hospital San Martín, de Paraná, ante la delicada situación que revestía su estado de salud. "Yo tengo un hijo de 20 años fallecido y otro de 16 que está internado. Habíamos hablado con ellos a las 23 y nos dijeron que el viaje estaba retrasado porque había llovido. Después, intentamos hablarles a los celulares como a la una de la mañana, pero ya no nos atendía nadie: el accidente había ocurrido", dijo Miguel Rodríguez.

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