
Confirmando que muchas veces lo que se dice es una proyecciónde lo propio, Elisa Carrió le dijo “viejo”. “Yo competí con Lavagna y él ya eragrande. Hay que dejarles lugar a las nuevas generaciones. No tiene ni físicopara gobernar, que deje al hijo y se deje de jorobar”. Desde el kirchnerismoAlberto Fernández salió a decir que “a Lavagna lo están proponiendo paradividir la elección y llevarse un 15% de votos, están haciendo lo imposiblepara que Lavagna se convierta en un candidato atractivo”, pero “ningúncandidato de Alternativa Federal puede ganar las elecciones. Hoy en día, siMacri quiere polarizar con Cristina Kirchner, pierde”.
Las coincidencias en la crítica del kirchnerismo yCambiemos son sintomáticas, a ambos Lavagna les genera cierta inquietud. Confirmando,también, que se alardea de lo que se carece, voceros del Gobierno salieron aningunearlo y dijeron a Ambito Financiero que “Lavagna no es un cisne negro dela política”, en textual respuesta a la primera tapa de un medio sobre sucandidatura a fin de diciembre pasado en PERFIL, escrita por Gustavo Gonzálezjusto con ese título: Lavagna: el cisne negro de Macri y CFK. Y agregaron: “Nosconviene que juegue, nos sirve que haya muchos candidatos peronistas nokirchneristas de entre 8 y 12% de los votos, ese caudal va a ir luego a Macrien la segunda vuelta”.
Con la insolencia de la ignorancia acostumbrada,ven a “Lavagna como el sustituto ideal del desinflado Massa” porque funcionacomo “una colectora de votos antikirchneristas para el ballottage: “Necesitamosotro candidato que refuerce la teoría de los tres tercios”. Pero hasta hacepoco el macrismo no apostaba a los tres tercios, sino a los dos medios,aprovechando la polarización y ganar en primera vuelta sin ballottage graciasal miedo que genera la ex presidenta. Si como el Gobierno dice “Lavagna nomodifica el escenario electoral”, algo lo modificó y Lavagna sería una de susconsecuencias.
A los fines no modifica el hecho de que hubo un cambio deescenario, y tanto el Gobierno como el peronismo no K y el kirchnerismo estánrecalculando su escenario electoral. Y no solo a Alternativa Federal (elperonismo no K) le surgió un candidato, también al socialismo de Santa Fe y alradicalismo disidente de Cambiemos. Santa Fe es un túnel de viento perfecto porqueallí siempre hubo tercios: el socialismo, Cambiemos y el peronismo. Con elperonismo unido entre el kirchnerismo representado por Agustín Rossi y elperonismo tradicional, por Omar Perotti. En las elecciones de 2017 acordaronque Perotti no le presentaba competencia a Rossi en las listas para diputados yque en 2019 Rossi no le competía a Perotti en una interna para gobernador. Peroapareció como precandidata a gobernadora otra María Eugenia Bielsa, a quienubican como más cercana al kirchnerismo pero salió a decir que Lavagna no seríaun mal candidato. Quienes apoyan a Lavagna en la provincia en broma imaginanque tanto el socialismo como el peronismo lleven como candidato presidencial aLavagna en Santa Fe, haciendo un todos contra Cambiemos, dos tercios desafiandoa Macri. Santa Fe, al igual que tantas provincias donde no gobierna Cambiemos,desdobló las elecciones y se vota primero a candidatos provinciales y, luego,junto con la boleta a presidente, a legisladores nacionales.
Por eso no solo elsocialismo de Santa Fe empuja la candidatura de Lavagna, para poder poner a suscandidatos a diputados nacionales junto a un candidato presidencial que no seani Cristina Kirchner ni Macri, sino también los nueve gobernadores peronistasde Alternativa Federal, muchos de los cuales se aseguraron su reelecciónprovincial desdoblando las elecciones pero temen quedar prisioneros de CristinaKirchner en la lista de legisladores nacionales al ir junto a la de presidente,si no encuentran un candidato nacional con algún arrastre. Dilema queenfrentan, entre otros, gobernadores como Schiaretti en Córdoba, Gustavo Bordeten Entre Ríos, Mariano Arcioni en Chubut, y aunque él mismo no pueda serreelecto, Juan Manuel Urtubey en Salta. Y otros a ser reelectos que, dependiendodel contexto, podrían estar con un candidato no kirchnerista, como losperonistas de Chaco, Domingo Peppo, y de San Juan, Sergio Uñac, quien a pesarde haber acordado con el kirchnerismo en su provincia fue uno de los primerosen sacarse una foto con Lavagna y decir que “tiene todas las condiciones paraser presidente”.
El gobernador de Santa Fe dijo de Lavagna,después de visitarlo en las playas de Cariló, que “es una de las pocas figurasde la política argentina que genera consensos y que tiene en su haber el méritode haber sacado a la Argentina de una crisis muy parecida a la que estamosviviendo, y de haberlo hecho con éxito. Un gran candidato a presidente porquees una figura de consenso, prestigiosa y valorada por los ciudadanos”.
Después,quien visitó a Lavagna en Cariló fue Miguel Angel Pichetto, quien en la mismalínea dijo que “tiene una lucidez extraordinaria, es un hombre comprometido conla realidad, es muy activo y dinámico. Lleva muy bien su edad. Hay unatendencia en el mundo a la elección de hombres experimentados, el presidente deEstados Unidos (Donald Trump) está por cumplir 73 años”. Pichetto puso énfasisen desarmar el ataque a la edad de Lavagna. El mejor ejemplo fue la foto dePichetto con Lavagna calzando sandalias con medias y bermudas que se convirtióen trending topic de Twitter por lo anticuado de la combinación. Pero quienessalen a criticarlo creyendo que con eso dañan la candidatura de Lavagnadeberían tener cuidado de no estar potenciándolo, como sucedió con Trump, Bolsonaroy otros candidatos de signo ideológico contrario, como es el caso de Lavagna,quienes, mientras eran ridiculizados en algunas características de supersonalidad, subían en las encuestas. Con un par de fotos veraniegas y un lookdemodé se viralizó.
¿Habrá demanda por salir de la grieta? Tanto hizo Cambiemospor lucir moderno, nuevo y cool que asoció esos significantes con el macrismocomo significado. Y todos los votantes que opinen que el Gobierno fracasó,tanto porque instrumentó una política económica equivocada como quienes creanque Cambiemos hace lo que hay que hacer pero lo hace mal, y por uno uotro camino asocie macrismo con fracaso, podrán -por oposición- asociar lossignificantes opuestos a algo positivo.
Con o sin medias, Lavagna se adueñó delverano político, en contra o a favor todos pasaron a hablar de él. No es pocacosa en donde solo había lugar para la polarización Macri-Cristina. Pero faltamucho, y entre lo mucho ver quiénes pagan los 50 millones de dólares que cuestauna campaña presidencial.




