Rumbo a la sesión preparatoria de pasado mañana, la Unión Cívica Radical (UCR) busca subsanar su retroceso parlamentario y encarar el nuevo año legislativo desde la mayor fortaleza posible. Persiguen, para ello, un esquema de unidad que, mientras se define la carrera por la renovación del Comité Nacional, podría naufragar en la Cámara baja, donde los distintos sectores negocian en reuniones paralelas y con sugestivas ausencias que se encaminan a bloquear la confluencia esperada. La grieta entre Democracia para Siempre y la bancada radical se reedita, pero bajo nuevas etiquetas.
Dos encuentros comenzaron a delinear el futuro dicotómico del espacio la semana pasada. El miércoles pasado, se llevó a cabo la primera reunión de Provincias Unidas para empezar a darle forma al bloque federal que intentará mediar entre La Libertad Avanza (LLA) y Fuerza Patria. Estuvieron presentes 17 legisladores, entre peronistas y Pro disidentes, socialistas e incluso radicales. Algunos representantes de este último sector también participaron de otro cónclave que se desarrolló ese mismo día, horas más tarde para consolidar una bancada radical “pura” que recupere la identidad del espacio.
“Somos un partido con vocación de poder, por eso estamos trabajando en un bloque de unidad”, aseguró una fuente que participó del segundo encuentro. “¿Qué es esto de romper bloques y que hemos naturalizado?”, cuestionó en relación con la atomización que sufrió el partido centenario bajo la conducción nacional de Martín Lousteau.
El actual senador nacional, que desembarcará en la Cámara baja el 10 de diciembre, habría sido invitado al encuentro del bloque radical, pero no se presentó. LA NACION consultó en su entorno para confirmar la versión, pero no obtuvo mayores precisiones.
Lo cierto es que el titular del Comité Nacional -que dejará su puesto el próximo 15 de diciembre- ya tiene definida su adhesión al bloque de Provincias Unidas, el sello por el que resultó electo diputado en la ciudad de Buenos Aires en una reñida disputa con los libertarios por la banca. Resta saber cuántos correligionarios seguirán sus pasos.
En el bloque de Provincias Unidas dan por descontado que tendrán también el apoyo de Mariela Coletta, diputada de Evolución, la corriente interna referenciada en Lousteau. Sin embargo, según pudo saber LA NACION, la legisladora habría participado de la reunión de la bancada radical de la que hoy permanece escindida: desde su creación, engrosa las filas de Democracia para Siempre, el bloque disidente que se encamina a comparecer ante la reorganización del radicalismo en el recinto y el surgimiento de nuevas etiquetas.

Algo similar sucede con Pablo Juliano, presidente de dicho grupo, cuyo destino hasta 2027 no está definido. Podría, como prevén en el frente federal, confluir con Lousteau -pese al divorcio de su principal referente, Facundo Manes, con el senador- o regresar al bloque radical con legisladores que compartieron lista con LLA. LA NACION intentó contactarlo para averiguar si ya había tomado una decisión, pero al cierre de esta nota no había obtenido respuesta.
La alianza electoral con los libertarios para los comicios nacionales en Mendoza, Chaco y Entre Ríos aún se erige como un obstáculo para la convergencia radical en el recinto. En algunos sectores consideran que tal acercamiento durante la contienda electoral implicó una subversión de los valores del espacio centenario y la desconfianza impera. Otros, en cambio, prefieren obviar las diferencias y se muestran abiertos a trabajar en conjunto. “Soy más de la idea de hacer tábula rasa y empezar a trabajar en reformas. El primero que habló de reforma fiscal y laboral fue Alfonsín. Hay que ponerse a pensar en cómo influir en las agendas que vienen por delante”, deslizó una fuente parlamentaria.
En este contexto, tampoco está definido qué sucederá con el diputado electo por Corrientes Diógenes González que, según indicaron a LA NACION en el partido local, aún no habría determinado a qué bancada suscribirá, una decisión compleja en medio de la presión a su gobernador y jefe político, Gustavo Valdés, para que asuma la conducción del Comité Nacional.
La misma incertidumbre gira en torno a los dos legisladores por Jujuy, María Inés Zingarán y Jorge Rizzotti. En el entorno del gobernador Carlos Sadir evitan hacer referencia a su destino y, en el Congreso, no descartan que la dupla pueda terminar dividida entre Provincias Unidas y el bloque radical, aunque en ambos espacios agitan por anotarse una adhesión doble.
En el Senado, en cambio, el escenario se desenvuelve sin mayores complicaciones. Según confió un legislador a LA NACION, el bloque se encamina a permanecer unido después del 10 de diciembre.




