Lunes, 28 de julio de 2025   |   Economía

Tensión con el dólar en julio no afecta la inflación, que se prevé se mantendrá por debajo del 2% según mediciones privadas

Las mediciones privadas aseguran que no hubo un traslado relevante sobre los precios de la suba del tipo de cambio oficial, que varió casi 7% en lo que va del mes
Tensión con el dólar en julio no afecta la inflación, que se prevé se mantendrá por debajo del 2% según mediciones privadas

En un contexto de tensiones cambiarias, donde el dólar oficial ha aumentado casi un 7%, los precios han mostrado un contagio limitado: las proyecciones privadas anticipan para julio una leve aceleración respecto al 1,6% de junio, sin trasladar los efectos de la incertidumbre que ha afectado al mercado en las últimas semanas.

En términos generales, las consultoras que realizan seguimientos semanales de inflación prevén un IPC por debajo del 2%. Aunque algunos aumentos puntuales, como el de los combustibles, han presionado al alza el índice general, no se ha identificado una presión significativa en alimentos y bebidas, uno de los sectores que tradicionalmente reacciona de manera fuerte ante movimientos bruscos del tipo de cambio.

Durante la cuarta semana de julio, los precios de los alimentos y bebidas mostraron comportamientos mixtos, de acuerdo con distintos relevamientos privados. Mientras algunas consultoras reportaron leves descensos en ciertas categorías, otras señalaron aumentos moderados que influyeron en el promedio mensual. En general, los datos reflejaron una desaceleración en la inflación de este rubro, aunque la intensidad de dicho freno varió según la metodología empleada por cada firma.

Según EcoGo, los alimentos consumidos en el hogar “no experimentaron prácticamente variaciones esta semana”, con una subida marginal del 0,04 por ciento. Este comportamiento dejó el acumulado mensual en 1,5 por ciento. Sin embargo, al incluir los alimentos consumidos fuera del hogar, que aumentaron un 3,4% en el mes, la inflación en el rubro alcanzó el 1,8 por ciento. Sumando el resto de las categorías analizadas, la firma estimó que la inflación general de julio se situó en el mismo nivel: 1,8 por ciento, lo que implicaría una leve aceleración en relación a junio.

Analytica registró una contracción del 0,3% semanal en los precios de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires durante la cuarta semana del mes. Esta disminución estuvo principalmente vinculada al retroceso en las verduras (-5,7%) y las frutas (-0,7 por ciento). La consultora precisó que, a pesar de esta baja puntual, el promedio de inflación en el rubro para las últimas cuatro semanas fue del 2,2%. Además, destacó que los aumentos más significativos en ese período se dieron en verduras (+4,9%) y en aguas, gaseosas y jugos (+2,7 por ciento).

En contraste, los productos con menores subas incluyeron lácteos (+1,2%) y aceites, grasas y mantecas (+0,7 por ciento). Analytica advirtió que, aunque la caída en los precios de verduras fue significativa, su impacto en el promedio mensual resultó acotado debido a su reciente aparición, ya con el mes avanzado. Para el nivel general de precios, proyectó una inflación mensual del 1,9% en julio.

LCG también reportó una leve caída en su Relevamiento de Alimentos y Bebidas. Según su informe, durante la cuarta semana de julio, los precios disminuyeron un 0,2% semanal, acumulando tres semanas consecutivas de desaceleración. Esta tendencia condujo a que la inflación mensual promedio de las últimas cuatro semanas se redujera en 0,2 puntos porcentuales, situándose en un 1,4 por ciento.

La consultora subrayó que, por segunda semana consecutiva, el porcentaje de productos analizados con aumentos fue inferior al de aquellos con descensos. Además, el 70% de los productos incluidos en la canasta mantuvo sus precios sin cambios, un comportamiento que se ha mantenido estable durante cinco semanas consecutivas.

En su análisis, LCG observó que “en momentos de mayor tensión cambiaria, no parece haber un impacto contundente en los precios, al menos por ahora”. La firma consideró que varios factores podrían estar funcionando como contrapeso frente a la habitual traslación del tipo de cambio a precios. Entre ellos, mencionó la actividad económica aplanada, la mayor apertura de importaciones y la percepción de un nuevo régimen fiscal.

Sin embargo, advirtió que “el sendero de desinflación podría resentirse, encontrando un piso en los niveles actuales”. A juicio de LCG, las cifras actuales reflejan “valores propios de un régimen de inflación moderada (20-30% anual), que resultará difícil de reducir”, no solo por las inercias ya instaladas sino también debido a “los dilemas pendientes de resolución”: tipo de cambio, cuentas externas y la presión por reactivar la economía.

Por su parte, Econviews detectó un aumento semanal del 0,6% en su relevamiento correspondiente a la cuarta semana del mes, en una canasta de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires. Según su informe, el incremento fue fundamentalmente impulsado por el rubro Verdulería, que subió un 3,5% en ese lapso. En el acumulado de las últimas cuatro semanas, la consultora midió un alza del 2,1 por ciento.

Finalmente, Equilibra planteó que, de acuerdo a su última medición actualizada con los datos de la última semana, el índice de precios de julio se acercaría al 2 por ciento. Según el economista Gonzalo Carrera, “el aumento de la nafta generó algo de presión hacia el final del mes, junto con hoteles”, aunque alimentos y bebidas mantuvieron estabilidad.

Según esta consultora, algunos precios importados reflejaron el impacto de la aceleración cambiaria de julio, pero no de manera generalizada, y su efecto en el IPC de julio no es identificable, al menos en alimentos y bebidas, un rubro que reacciona rápidamente ante las turbulencias en el tipo de cambio. “Veremos en agosto, cuando habitualmente cambian muchas listas de precios”, concluyó Carrera.

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