El Gobierno respondió a la derrota en Buenos Aires con gestos formales que no alteran el rumbo económico ni modifican la dinámica interna. Las mesas políticas y reuniones de gabinete repiten a los mismos actores, en medio de disputas entre “karinistas” y el círculo de Santiago Caputo. Mientras Milei insiste en sostener su plan sin cambios, gobernadores y aliados marcan distancia y crece la incertidumbre hacia las legislativas de octubre.