
En la situación actual significa una triste maniobra oportunista.
La realidad de la vida política de los partidos debilitados casi detonados, con perfiles retrógrados en materia de afiliaciones y mecanismos de control, todos los cuales fueron abandonados hace años ante el avance democrático de las PASO, hace que la suspensión o eliminación del sistema en meses de un año electoral, solo tienen el objetivo de consolidar un sistema antidemocrático, donde intereses diferentes tengan gravitación en el resultado electoral.
Lla iniciativa sorprende y preocupa, porque en el fondo tiende al estallido de los partidos políticos y la alternativa que las divisiones favorezcan a determinados intereses que son los que promueven este retroceso democrático.
Los fundamentos que sirvieron a las PASO de profundo sentido democrático y modernización de los partidos políticos están hoy plenamente vigentes y necesarios, siendo del caso que más que estas artimañas pre electorales los gobernantes se deberían estar ocupando de dar respuestas ocupacionales y salariales que son el verdadero reclamo del pueblo.
Que esta imaginación en vez de ser retrógrada y perversa, sea virtuosa y los dirigentes usen la creatividad e imaginación en propuestas constructivas, no solo desde el gobierno sino también desde la oposición, para que la política sea gobernar y dar respuestas a las necesidades sociales.
(*) Ex senador nacional del PJ